Mi Voz, Portada

LA LECCION CHILENA

José Gell, politólogo

Hay quienes piensan que una nueva constitución es la solución de los problemas que durante muchos años no han podido ser resueltos. Sí, señor.

Es que con opciones inviables, propuestas utópicas y soluciones conflictivas, no resolveremos los grandes problemas que nos han hecho sufrir «a lo largo» de la historia.

Una reforma constitucional no puede ser panacea, «ni la llave» maestra que abrirá las puertas del desarrollo, poniendo fin a las injusticias sociales imperantes en América Latina.

Pero además, para impulsar una reforma constitucional es imprescindible tener legitimidad y liderazgo. Precisamente, esto es lo que no posee el joven gobernante chileno.

Hace tiempo que su popularidad se viene desplomando y, en consecuencia, éste carece «de autoridad» para impulsar la reforma constitucional en cuestión.

El resultado de las urnas, por tanto, fue indiscutible y la lección de la derrota obtenida no deja dudas. Y no se trata «de resucitar» al tirano Pinochet, como dijo el desafinado Petro, sino de caminar «de cara» a la realidad.

Chile, en efecto, demanda una constitución coherente y sobria, sin radicalismo ni propuestas absurdas.

La izquierda chilena debe abandonar «la alquimia» y aceptar que la mayoría del pueblo no quiere caminar más «en arena movediza». Sí señor!!!