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¡Reuniones en funerales!

Franklin Almeyda Rancier

Santo Domingo, R. D., 5 de septiembre, 2022.- Se informó en estos días de un encuentro entre Danilo y Abinader, en un funeral en San Cristóbal. Ningún medio de comunicación ni participantes en las redes sociales creyó que aquello era “casual”. Más bien supuso una oleada de especulaciones, las cuales tomaron más cuerpo cuando un juez cambió para favorecer las medidas de coerción al hermano de Danilo Medina.

Ese encuentro me hizo recordar las veces que Peña Gómez se hizo acompañar por Manny Espinal y por mi para sostener “reuniones casuales” con dirigentes de izquierdas, sindicalistas, empresarios y militares. Corría la década de los sesenta, y en especial, después del golpe de Estado contra el profesor Juan Bosch y luego desde el proceso electoral  impuesto en 1966  por las tropas interventoras norteamericanas.

Para esos años aún se realizaban los funerales en las casas de familias del difundo. El ataúd se colocaba en la sala o un saloncito apropiado, sobre tablas amarradas en forma diagonal o banquetas en los extremos y el centro del ataúd con grandes blocks de hielo para retardar la descomposición del difundo.

Los funerales iban acompañados de rezos y para caracterizarlos por “mujeres lloronas” que por paga gritaban y les daban “ataques de nervios por amor al fallecido”, Chochueca era un “loco manso”, típico personaje que junto a otros pocos eran bien conocidos en la ciudad capital.

Dónde estaba presente Chochueca, y rondando el Macopenpén había un velatorio. El primero se llevaba el blocks de hielo para vendérselo a los que. Endian ”frio frío”; hielo guayabo con sirope de varios sabores de frambuesas, coco y otras frutas. La ropa del difundo se la entregaban al mismo Chochueca o al Macopenpén, otro “loco manso”.

Eran personajes de la época que distraían con su sola presencia. En ocasiones Manny y yo debíamos averiguar con ellos, en especial “Chochueca” dónde había un velorio para darle el pésame a la familia y convidar a los que teníamos que “reunir casualmente”..

En estos tiempos los difuntos se llevan a funerarias, pero las reuniones “casuales” se siguen haciendo en funerales. El encuentro en el funeral de San Cristóbal entre Abinader y Danilo fue tan “casual” como aquellos de finales de los años sesenta. Solo que el tema del Presidente Abinader y del expresidente Danilo Medina es porque ambos lo saben por sus propias encuestas y por lo que dice la gente en las  calles y es que a Leonel no hay quien lo ataje. Ni con campaña sucia ni usando los recursos del Estado. Ellos dos al reunirse  dieron una señal de acercamiento, pero dónde van a hacer los acuerdos es en el Congreso tocando la Constitución para habilitar a Danilo y bajar al 45% para ganar en primera vuelta.

Para llegar a formalizar un acuerdo de esa naturaleza, tendrán que atenerse a la reacción que desataría un hecho de esa naturaleza.  Abinader y Danilo parecen no entender que el pueblo dominicano está sacudido por múltiple crisis, siendo las más sensibles por sus efectos, la económica (inflación desempleo, inseguridad alimentaria) y alta tasa de crímenes y delitos. Todo acompañado por una demostrada incapacidad de manejo del Estado.

De lo que no hay dudas es que Leonel tiene las condiciones para gerenciar exitosamente la crisis y hacer del Estado un paraguas de todos, sin importar filiaciones.