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El dictador Trujillo encabeza desfile contra sanciones de la OEA

 SANTO DOMINGO, el  4 de septiembre de 1960, el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina  encabezó un desfile femenino en protesta por las sanciones que aprobó la Organización de los Estados Americanos  (OEA)  contra su régimen, en San José, Costa Rica.

    La marcha se inició en el Parque Duarte y terminó en el Altar de la Patria. La actividad fue observada por el dictador Trujillo Molina  y el presidente interino, Joaquín Balaguer.

    De esa manera el régimen trujillista quiso mostrarle al mundo el apoyo que tenía en la población femenina de la República Dominicana.

    La OEA sancionó a la dictadura por violar los derechos humanos y atentar con el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, quien sufrió una agresión  de sicarios trujillistas.

El dictador Trujillo quería asesinar al presidente Betancourt porque era solidario con  los exiliados políticos dominicanos que mantenían una campaña contra el régimen de opresión que mantenía Trujillo.

   Tras la caída de la dictadura, el 4 de enero de 1962, la Organización de los Estados Americanos (OEA),  aprobó una resolución en virtud de la cual levantó las sanciones que existían contra la República Dominicana. Y quedaron  restablecidas  las relaciones del organismo interamericano con la República Dominicana.

El dictador Trujillo fue asesinado el 30 de mayo de 1961 y en Noviembre   comenzó  un  proceso denominado de  destrujillización.

Trujillo contra Betancourt

El atentado contra el presidente Betancourt fue perpetrado  el 24 de junio de 1960, el día que Venezuela conmemora la Batalla de  Carabobo. Cuando se produjo el hecho iba en su  automóvil con su comitiva tras salir del  Círculo de Oficiales de la ciudad de Ávila. Al pasar  frente a un carro Oldsmobil,  aparcado  en  la avenida de las Fuerzas Armadas fue accionada la bomba de alto poder explosivo que había sido colocada  dentro del vehículo.

La explosión de 100 kilos de dinamita volcó e incendió el auto que iba delante y el del presidente venezolano,  resultando muertos el coronel Ramón Armas Pérez, jefe de la Casa Militar, un segundo  oficial y el chofer del Jefe del Estado.

Un informe  indica que Betancourt salió de entre las llamas de su vehículo con la cara y las manos llagadas por el fuego. En su lecho acusó al dictador dominicano  Rafael Leónidas Trujillo de ser el autor intelectual del atentado y anunció que el embajador de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos, formalizaría la  acusación contra el dictador de República Dominicana.

También  acusó al dictador  Trujillo de violar los derechos humanos,  matar a los expedicionarios del 14 de junio de 1959 y de la represión de los opositores a su régimen.

El Consejo de la OEA designó una comisión investigadora que viajó a Caracas y luego a Santo Domingo y Haití. El informe de la comisión fue presentado en la VI y VII Reuniones de Consultas de Ministros, celebrada en San José, Costa Rica. Y el  20 de agosto de 1960 la VI Reunión de Consultas dictó la resolución contra  la República Dominicana.

El 24 de junio de 1960, el día del atentado, el presidente dominicano era  el general Héctor Bienvenido (Negro) Trujillo Molina, hermano del dictador Trujillo, quien renunció  el 3 de agosto de 1960, y fue reemplazado  por el  vicepresidente Joaquín Balaguer, lo que fue calificado  como una estrategia de Trujillo para  evitar  las sanciones y dejar la impresión de que abandonó el poder.

El Dictador también renunció a la jefatura de las Fuerzas Armadas y anunció su retiro de la política para dedicarse a dirigir  la Hacienda Fundación, en San Cristóbal, pero tras las sanciones  movilizó su maquinaria política nacional e internacional, y  montó  movilizaciones de sus  parciales.

Una de las actividades trujillista fue bautizada como la marcha del millón, y una conferencia  de abogados  internacionales.

Betancourt, fue un crítico de  Trujillo y ofreció la hospitalidad venezolana a los exiliados políticos dominicanos. En septiembre de 1948, durante una Cumbre de la OEA en Washington, Betancourt denunció a la  dictadura trujillista y pidió a los  países miembros del organismo interamericano no reconocer su régimen dictatorial.

De acuerdo con versiones publicadas, el Dictador Trujillo intentó  asesinar a Betancourt en más de una oportunidad. La primera vez fue en Costa Rica, en  1953.