Opiniones

El artículo de Guillermo Caram

El artículo de Guillermo Caram

Catarsis, no forcejeos

Los partidos tienen que asimilar que la ciudadanía no se complace con los forcejeos a que nos están habituando y que cada día van perdiendo sintonía con la dinámica de sociedad

Por Guillermo Caram

La nación, los dominicanos, sus anhelos  de vivir en seguridad y con esperanzas de mejorar sus condiciones de vida; requieren de los partidos en general y del PRSC en particular, que sus cúpulas abandonen los obsesivos forcejeos aferradores al control de sus organizaciones en función de intereses personales; e inicien voluntariamente una catarsis purgatoria y purificadora conducente al cumplimiento de sus obligaciones con la nación, especialmente aquellas que le son consustanciales: preservación, perfectibilidad y eficacia de la democracia.

Nuestras instancias políticas tienen que internalizar que no pueden, so pena de arriesgar la subsistencia de la nación libre y soberana que soñaron los forjadores de la patria, seguir exponiéndola al régimen de inseguridad que está sometida; y a la posibilidad de incrementarlo si las medidas que se están adoptando  no se sostienen y se profundizan.

Los partidos tienen que asimilar que la ciudadanía no se complace con los forcejeos a que nos están habituando y que cada día van perdiendo sintonía con la dinámica de la sociedad que pretenden interpretarla y conducirla en la superación que ella requiere.

Y que en lugar de acrecentar su influencia para actuar como los agentes de cambio que deben ser, terminarán aislándose de sus seguidores y electores hasta convertirse en preservativos del status.

El PRSC tiene que entender que el fracaso del PRD como ente de gobierno y su falta de renovación, le brindan una nueva oportunidad para reposicionarse y  catalizar las inconformidades recreadas por un PLD que no solo está  desaprovechando, sino desvaneciendo, el entusiasmo derivado de su reciente triunfo electoral.

Para este reposicionamiento, la cúpula de la franquicia no puede retener una conducción caracterizada por reiterados fracasos y falta de credibilidad.

Y como esa burocracia no lo está entendiendo sino que se empecina en sus posiciones, la desobediencia debe seguir hasta que lo entiendan: Ningún reformista de corazón debe asistir, p.e., al próximo Congreso anunciado; aunque se llame, irreverentemente, Joaquín Balaguer.

Y ningún dominicano preocupado por la suerte de la nación,  debe contribuir financieramente a este y a ningún otro evento, hasta que, quedada la franquicia sin recursos, se vea obligada a abandonar sus cargos; imprescindible punto de partida para el  reposicionamiento del PRSC.

 

Guillermo Caram es político

2006-08-04 12:13:22