Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de

Mario Rivadulla



Las cifras son abrumadoras y contradictoriamente reveladoras

Hoy el Diario Libre da cuenta de que el gobierno actual invierte nada menos que quince mil millones de pesos en un profundo y amplio proceso de transformación de la UASD.  Este abarca la construcción de nuevas instalaciones, entre éstas un hospital Oncológico de 500 camas y una terminal de ómnibus con capacidad para albergar 50 unidades.  Los centros regionales también están incluidos en este ambicioso proyecto encaminado a colocar el nivel de la Universidad Primada de América a la altura de las mejores.

Hasta ahí todo marcha bien y hay que saludar con beneplácito este empeño por hacer de la cinco veces centenaria casa de estudios,  un moderno centro de enseñanza superior del que todos podamos sentirnos orgullosos. 

Pero en esta misma edición del tabloide mañanero, que su condición de resumido, bien elaborado y gratuito ha convertido en el diario de mayor circulación surge la contradicción a partir de otra información que involucra la educación universitaria.

Resulta que el Colegio de Abogados tiene una matrícula de 33 mil 870 miembros. Pero  en la práctica de la profesión, según el presidente de ese gremio profesional, hay apenas unos 16 mil.  El resto se encontraría inactivo en el ejercicio del Derecho.  Y de éstos, unos tres mil han emigrado hacia los Estados Unidos y alrededor de quinientos han ido a dar a Europa.  A no dudarlo, la mayor parte de esos egresados proceden de la UASD.

¿Què quiere esto decir?  Sencillamente se confirma lo que tantas veces hemos advertido sobre el acceso indiscriminado a carreras cuyo mercado laboral está sobresaturado, como ocurre con la Abogacía y otras más.  Mientras tanto hay carreras de las cuales tenemos un gran déficit de graduados. y que son esenciales para satisfacer las necesidades de personal calificado, profesional y técnico, que demanda el desarrollo económico del país.

La educación, sobre todo la superior, no puede brindarse en base a conceptos populistas.  El criterio de una universidad abierta de manera indiscriminada a un estudiante por el solo hecho de ser de escasos recursos económicos, resulta obsoleto y errado. Es preciso que a ese estudiante se le apliquen los criterios de evaluación a fin de determinar si posee aptitudes para cursar una carrera universitaria y la vocación debida para la que pretenda escoger.  No todos servimos para todo,  y existen procedimientos definidos y probados para establecer con claridad por donde se orientan las capacidades de cada quien.

La universidad estatal no puede seguir recibiendo estudiantes que en alto porcentaje terminan por desertar de carreras para las cuales no están aptos, consumiendo valiosos recursos que pueden dedicarse a mejorar la calidad de la enseñanza de quienes sí lo están.   Ni tampoco graduando profesionales deficientes, de pobre índice académico,  que después se reflejará negativamente en su profesión, si es que llega a ejercerla. 

Tiene además que hacerse más exigente el acceso a carreras de mercado sobresaturado, y en cambio, fomentar y facilitar el de aquellas otras que el país requiere para su crecimiento económico y desarrollo tecnológico.

Bien que tengamos una UASD bien dotada de instalaciones físicas, buen equipamiento docente y facilidades para su estudiantado.  Pero indispensable también,  que se destierren prácticas populistas y se actúe con riguroso criterio académico para acoger en su seno a quienes realmente posean las condiciones para realizar sus estudios superiores, sobre todo en aquellas carreras que tengan espacio suficiente en el mercado laboral y que contribuyan al progreso del país y a su propio bienestar.

Porque insistimos: todos no servimos para todo.  Pero hay sitio para todos, si nos preocupamos por facilitar el camino para que cada quien pueda desarrollar sus reales aptitudes que le permitirán realizar el trabajo eficiente para el que esté mejor dotado.  Esto así,  en vez de adquirir a duras penas y con baja calificación el título universitario de una profesión para la que no dispone de verdadera capacidad y en la que luego, si acaso, se verá condenado a desenvolverse  con escaso rendimiento y provecho, o lo que resulta más frustrante, ganarse la vida en actividades marginales totalmente ajenas a la misma.

2006-09-07 11:54:53