Llamado a no cooperar con el II Congreso JB Convocado por el PRSC
Por Guillermo Caram
Ningún reformista que se respete debe cooperar en la organización, promoción, asistencia y financiamiento del II congreso anunciado por el PRSC para el próximo mes de octubre; al que se le ha dado la denominación, en búsqueda de simpatías populares y tomando nuevamente su nombre en vano, de Joaquín Balaguer. Y ningún dominicano auténticamente interesado en el perfeccionamiento de nuestra democracia, debe contribuir económica, promocional o logísticamente, con dicho evento.
Para los reformistas, el participar, apoyar o contribuir con dicho evento constituiría exponerse nuevamente y en vano, a ser tomado como conejillo de indias a las manipulaciones que suele recurrir la burocracia que administra el PRSC cada vez que sufre un fracaso electoral; tal y como se ha hecho ya costumbre reiterada cada vez que ha sido vergonzosa la derrota sufrida en todas las elecciones celebradas en el país en los últimos 10 años, seis en total, en ninguna de las cuales ha emergido como partido triunfador. Y tanto para los reformistas como a los dominicanos, cooperar con ese congreso significará prestarse a seguir siendo burlados por el funcionariado del PRSC, en su propio provecho y para mantenerse en la conducción de un partido cuya fortaleza resulta imprescindible para el mejoramiento de nuestra democracia; quienes para vencer las presiones internos a que se ven sometidos crecientemente en la medida que se aleja como opción de poder, acuden a este tipo de subterfugios.
Al respecto, bastaría recordar la experiencia en eventos similares.
Recuérdese el I congreso JB celebrado inmediatamente después del ascenso al poder del PLD, donde los concurrentes clamaban al unísono “¡oposición”! y un PRSC con camino propio; para que luego la cúpula de la franquicia lo convirtiera en la misma bisagra de siempre, al intentar pactar primero con el gobierno por lo que quien sabe no le hizo ninguna oposición durante su primera mitad, y para terminar convertidos en aliados del PRD mediante la funesta alianza rosada.
Recuérdese que la convención estatutaria celebrada meses después terminó con unos estatutos tan manoseados que fueron impugnados ante la JCE; para luego ser violados arbitrariamente por los mismos promotores al permitir que sus ejecutivos fueran candidatos – no obstante disposiciones estatutarias que lo prohibían y que aplicaron arbitrariamente a unos si y a otros no – y designando candidatos no escogidos mediante primarias a pesar de haber consagrado, con carácter de obligatoriedad en los nuevos estatutos, dicho método .
Recuérdese que la convención convocada para escoger los directivos del partido tuvo a punto de convertirse en una pactada repartidera de cargos al que no le hizo ninguna oposición al presente gobierno durante su primera mitad, públicamente suscrita; afortunadamente dejada sin efecto luego de la alarmante protesta de la opinión pública manifestada a través de los medios, que no salía del asombro de lo pactado.
Recuérdese que para escoger candidatos a las pasadas elecciones se convocaron primarias que concitaron la participación personal y económica de miles de reformistas; las cuales no se sabe en que medida se celebraron, sus resultados nunca se dieron a conocer cuando se celebraron, ni se respetaron los resultados cuando fueron celebrados y conocidos.
Recuérdese que al término de la convención donde supuestamente se aprobó la Alianza Rosada el Presidente del PRSC declaró que en ella no se había aprobado ninguna alianza; para luego suscribirla, violentando tanto los estatutos como la ley electoral y su propia credibilidad testimoniada en la última encuesta.
Ante estos precedentes, asistir, promover, organizar o contribuir financieramente al congreso convocado por la cúpula de la franquicia; significaría convertirse en instrumentos de esa cúpula para distraer la atención frente al descalabro interno que reflejan las encuestas y las percepciones ciudadanas, y para aferrarse a los privilegios que le brinda su calidad de dirigentes partidarios.
Ningún reformista que se respete debería prestarse a esas manipulaciones, debiendo proseguir en cambio, en la ruta de la desobediencia que ha puesto en jaque a una dirección que solo tienen beligerancia en la medida que el gobierno se la proporciona, al invitarla a participar en el proceso de una reforma constitucional que cada día luce mas vana y estéril; o cuando la agonizante complicidad partidaria que nos arropa le ofrece caldo de cultivo para una beligerancia hipócrita, como es el caso del circo levantado en torno a la secretaría de la LMD a la que todos los principales ejecutivos del PRSC aspiran, aunque digan que no la quieren luego de exigírsela al PRD en el marco de la Alianza Rosada
Boicotear el II congreso JB significará en cambio, contribuir a la desobediencia que debe culminar con una exigencia de la Comisión Política o Ejecutiva a los principales ejecutivos de la organización, para que abandonen sus cargos con miras a dar paso a una dirección concertada que propicie el reagrupamiento y relanzamiento, y reencauce hacia reconquista del poder, a un partido de realizaciones y ejecutorias como lo fue el PRSC; en contraste con la cultura del discurso y la retórica, y de exclusivismo, que se nos está imponiendo desde las esferas del poder que domina la conducción de la cosa pública.
Y solo así podrá evitarse que el PRSC se encamine nuevamente a otra confrontación, o que se extinga definitivamente, en perjuicio de la democracia dominicana, del desarrollo nacional, de los dominicanos y de los propios reformistas.
2006-09-13 12:47:13