Boicot al II Congreso JB
De nada sirvieron las ilusiones forjadas con el i congreso celebrado en 2004, ni con las convenciones para modificar estatutos y elegir dirigentes durante el 2005, como tampoco la de este año para elegir candidatos.
Por Guillermo Caram
Ningún reformista que se respete debe cooperar – organizando, promoviendo, asistiendo o financiando – con el II congreso anunciado por el PRSC; como tampoco debe hacerlo nadie comprometido con el perfeccionamiento de la democracia dominicana que requiere un PRSC fuerte.
El malestar del PRSC no se supera con ninguna actividad concebida por su cúpula carente de credibilidad, como lo demuestran los intentos llevados a cabo después del estrepitoso fracaso electoral del 2004.
De nada sirvieron las ilusiones forjadas con el I Congreso celebrado ese año, ni con las convenciones para modificar estatutos y para elegir
dirigentes durante el 2005, como tampoco la del presente año para escoger candidatos: El PRSC volvió a fracasar en el 2006.
Cooperar con este evento implica además, exponerse a ser nuevamente instrumentado por las manipulaciones a que acude la burocracia del PRSC cada vez que sufre un fracaso electoral para distraer la atención de los reformistas y mantenerse en la conducción del partido.
Subterfugios como estos ya no valen para un partido que ha perdido las 6 elecciones celebradas en los últimos 10 años.
Significará por tanto una nueva frustración en el relanzamiento del partido y prestarse a seguir siendo burlados para beneficiar dirigentes que se valen de ellos para salvar las presiones internas a que son cada vez mas sometidos en la medida que se alejan como opción de poder.
Todo reformista que se respete debería proseguir más bien el camino de la desobediencia que debe culminar con una exigencia de la Comisión Política o Ejecutiva para que los principales ejecutivos de la organización abandonen sus puestos y viabilicen una dirección que reagrupe y relance el PRSC hasta reconvertirlo en opción de poder; bajo la premisa de gobernar en base a ejecutorias y realizaciones de interés general, en lugar de la retórica discursiva y el exclusivismo que hoy nos rige.
Esta premisa es más necesaria ahora, cuando, a pesar del apoyo recibido por el gobierno en las pasadas elecciones, los responsables de haber concitado tal apoyo comienzan a dar señales desconcertantes, desvanecedoras de las esperanzas concitadas.
Por demás, así podrá evitarse que el PRSC se exponga a una nueva confrontación que acabe de extinguirlo, o a su extinción vegetativa; en
perjuicio de nuestra democracia y desarrollo, de los dominicanos y de los reformistas.
Guillermo Caram es político
2006-09-15 22:55:59