EL TIRO RAPIDO

de

Mario Rivadulla

EL CORREDOR ECOLOGICO

Vàlido, oportuno, necesario e impostergable el reclamo del Secretario de Estado de Medio Ambiente, Max Puig, respaldado por Omar Ramírez, uno de sus màs valiosos y experimentados colaboradores, para que se reviva con la urgencia que el caso requiere, la Comisiòn Mixta o Bilateral Domìnico-Haitiana. Esto asì,para abocarse a la búsqueda de  soluciones de conjunto para frenar la destrucción indiscriminada de bosques y fuentes de agua en las provincias fronterizas.  Empobrecidas y altamente vulnerables en todo sentido, èstas son terreno propicio para la depredaciòn de los recursos naturales que agudizan màs todavìa su extrema marginalidad y atraso.

El despojo es doblemente perjudicial y condenable. No olvidemos que gran parte del potencial de la regiòn Sur y específicamente de la zona limítrofe,  radica precisamente en sus atractivos y  recursos naturales, siempre a la espera de la acciòn remedial del Estado y de la iniciativa privada de inversionistas emprendedores y creativos que se interesen en su desarrollo.

Tanto Puig como Ramírez, en las respectivas ponencias que llevaron al Foro organizado por diversas instituciones y la Universidad Iberoamericana, proponen la instauración de un “corredor ecológico” en la frontera a fin de evitar que continúe depredándose su patrimonio natural. La responsabilidad de llevar adelante y preservar dicho corredor tendría que ser compartida por las autoridades de ambos lados de la isla.

Para el Secretario de Medio Ambiente esto resulta tan obvio que advierte que sin la cooperación del gobierno haitiano no serà posible frenar la destrucción de los bosques y de las fuentes de agua a lo largo de la línea fronteriza. Conservar lo que resta de ese patrimonio es tema crucial  para Haitì, donde segùn recordò, dos millones y medio de seres humanos pugnan por sobrevivir a su agobiante pobreza sobre un suelo fuertemente erosionado en gran parte.

Segùn Max Puig, al presente ya se han dado pasos en esa direcciòn.  Asì, su despacho ha venido trabajando en coordinaciòn con autoridades medioambientales haitianas para la aplicación de una terapia compartida que frene la obra destructiva de los depredadores de bosques y rìos.

Se trata de una tarea fundamental.  De primer orden.  De la màs alta prioridad.

El territorio haitiano ya està erosionado y empobrecido en muy elevada medida.  Que la Naturaleza recupere lo que la imprevisiòn y extrema codicia del hombre ha destruido en unas pocas décadas al otro lado de la isla, requerirà de varios siglos. Pero tambièn en esta parte ha habido un largo y casi impune proceso depredador de bosques y rìos y de progresiva contaminación de las tierras aprovechables que, segùn reconoció semanas atràs el propio Secretario de Medio Ambiente,  presentan acidez en un setenta porciento.

Tan penosa realidad ha motivado a algunos ecologistas a pronosticar que la Hispaniola pudiera convertirse en el primer desierto antillano si  no adoptamos a tiempo y con tiempo y la debida energía, una firme disposiciòn para la defensa de lo que aùn nos queda de la riqueza natural que nos fue prodigada,  y la recuperación de la que nos ha sido arrebatada por la irrefrenable ambición e irresponsabilidad de quienes la han explotado en forma desmedida.

Sin dudas, la frontera debe ser el punto de arranque de esta impostergable tarea.

2006-09-19 11:14:18