José Gell, politólogo.
Para nadie es un secreto que el Comandante en Jefe de Cuba, apoyó y financió a los partidos izquierdistas que buscaban derrocar al presidente Joaquín Balaguer. Sí, señor.
Precisamente, me refiero a los 12 años (1966-1978), periodo en el cual Balaguer gobernó con «mano de hierro».
En efecto, al finalizar la guerra civil de 1965, fueron muchos los dirigentes de izquierda que viajaron a Cuba con la finalidad de entrenarse militarmente y fortalecer su formación ideológica.
En libros, revistas y periódicos, encontramos los nombres de quienes.en el llamado «primer territorio libre de América», incluyendo al coronel Caamaño, fortalecieron sus conocimientos marxistas y también se prepararon para la acción armada.
Sin embargo, pasada esa etapa insurreccional y retornando Balaguer al poder en 1986, con un estilo democrático, se dieron las condiciones necesarias para el acercamiento entre Fidel Castro y quien representaba «la expresión concreta de la dominación imperialista».
Es por ello, que cuando el líder de la Revolución Cubana visitó a RD, no perdió tiempo en reunirse con el amigo expresidente en su propia casa. Y es que Balaguer ya mantenía, en su último gobierno, una relación amistosa con el comandante «en cuestión» y había fortalecido las relaciones económicas y culturales con la nación revolucionaria.
¿Fue una «visita sorpresa»? De ninguna manera. Pero que no se olvide, finalmente, que en política lo que prevalece son los intereses y las conveniencias. Sí señor!!!