EL TIRO RAPIDO
de Mario Rivadulla
La informaciòn estadística no puede resultar màs dramática: en el paìs existen al presente cuatro millones de personas a las cuales no fluye el agua potable por los canales normales de distribución. Es decir no llegan a las plumas. En consecuencia se ven obligadas a abastecerse de la misma en forma precaria y almacenarla sin la menor condicion sanitaria.
El primer requisito para la conservación de la salud y la prevención de enfermedades es la higiene. Y para lograr una buena higiene es indispensable disponer de ese recurso vital que es el agua.
Precisamente en TELEDEBATE tuvimos el pasado viernes la presencia del doctor Humberto Salazar, ex Asesor Mèdico del Poder Ejecutivo y actual incumbente de COPRESIDA. El expresò de forma categòrica que la prevalencia recurrente del dengue està íntimamente asociada a la falta de higiene. El hacinamiento, la contaminación, esa agua almacenada en recipientes carentes de protección constituyen caldo de cultivo para el desarrollo del mosquito que provoca el dengue. Pero lo es tambièn para muchas otras enfermedades.
Hacer llegar el agua a esos cuatro millones de seres humanos que en nuestro pedazo de isla carecen de acceso fluido a la misma es por consiguiente, una prioridad de salud tanto como una necesidad de carácter social. Lograrlo requerirà tiempo y cuantiosos recursos.
Pero antes que nada la necesidad de preservar nuestras fuentes acuíferas, depredadas y hechas desaparecer de la geografìa nacional en buen nùmero, y con elevados índices de contaminación en la mayorìa de los que nos restan. Esto, como es obvio, tendrà que enmarcarse dentro de una política general de preservación del medio ambiente encaminada a evitar la desertificaciòn progresiva del paìs, de cuyos perjuicios tenemos un cercano, vivo y dramático ejemplo en el territorio vecino.
Esto por un lado.
Por el otro, desarrollar una cultura del valor del agua, sin la cual no es posible la continuidad de la vida humana. De la necesidad de hacer un uso racional de ella, evitando todo desperdicio y de pagar por el servicio. O lo hacemos asì o a la vuelta de pocos años pudiéramos correr el riesgo ya advertido por no pocos ecologistas de tener que importar agua.
El problema por consiguiente es de toma de conciencia de parte de las autoridades para desarrollar las estrategias requeridas, a fin de dotar de agua corriente a quienes carecen de ella en el màs breve plazo posible. Y tambièn de la ciudadanìa para apreciar el valor de tan vital recurso.
Tan sencillo como eso.
2006-10-05 11:16:47
