Mi Voz, Portada

EL GOBIERNO DE LAS EXPECTATIVAS

A dos años de gestión gubernamental, se puede concluir que el gobierno del presidente Luis Abinader sigue siendo el gobierno de «las expectativas» y posibilidades. Sí, señor. Es que es más lo prometido que lo realizado aún.

Su «buque insignia» lo es la lucha contra la corrupción pasada, y la novedad de un ministerio público «sin ataduras» partidarias. La deuda externa es la escogencia favorita, sin que se note beneficios de ello. Las ayudas sociales y los subsidios se han incrementado, a sabiendas de que políticamente son beneficiosos.

Aunque no todos los méritos alcanzados son del capitán de la nave, habida cuenta de que hay vientos a su favor en el orden económico y el turismo.

En educación solo hay lamentos, en salud poca cosa, la política migratoria sigue siendo ambigua, obras públicas «en lista» de espera, en el sistema eléctrico «más de lo mismo», y la inflación galopante justificada por la geopolítica y combatida por la política monetaria.

Respecto al avance de la delincuencia, todavía no ha conseguido frenarla; sin embargo, existen planes para tal fin.

De todos modos, dicho gobierno dispone de dos años «por delante» y las promesas, que son muchas, podrían materializarse en ese trayecto de tiempo. Por lo pronto, este es un régimen con vocación de continuidad «más allá» del 2024, y con cuatro años más disponibles, podrá competir con ventaja con los regímenes peledeistas pasados en exhibición de resultados.

Pero la verdad es que el llamado cambio ha sido, hasta el momento, «mucha espuma» y poco chocolate. Sí señor!!! (J. Gell)