EL TIRO RAPIDO
de
Mario Rivadulla
Este es un relato y un mensaje para el Jefe de la Policìa Nacional, mayor general Bernardo Santana Pàez.
El pasado viernes, a hora temprana de la noche, un joven residente en Cristo Rey, se dirigía a su trabajo en una casa de familia, cuando fue interceptado a punta de fusil por una patrulla de la uniformada que sin alegar motivo se lo llevò detenido.
Otro joven, que viò el hecho y es pariente del interesado, diò aviso a la familia a la que el detenido presta servicios. Esta tratò inútilmente de contactar con el mismo. Se marcò el nùmero de su celular sin lograr comunicación. Se esperò tambièn infructuosamente por la llamada que, de acuerdo al nuevo Código Procesal, debe permitìrsele hacer a todo detenido. Se llamò al destacamento de Cristo Rey y allì negaron que estuviese el detenido. Se pidió auxilio al Departamento de Relaciones Pùblicas del cuerpo sin lograr su localización. Fueron dos horas de angustiosa búsqueda.
Al fin, un miembro de la familia en cuya residencia labora el joven tomò la iniciativa de acercarse al destacamento policial de Cristo Rey, donde pese a la negativa anterior, pudo localizar al detenido. Despuès de varias gestiones y avalar la conducta del mismo, obtuvo su liberación…a cambio de 200 pesos. El peaje se lo plantearon a la franca y sin apelación…”Mòjeme la mano” le dijo el agente que le entregò al preso. Vale señalar que en las afueras del destacamento habìa no menos de medio centenar de personas interesándose por sus respectivos detenidos.
Hay que consignar que el joven protagonista de este desagradable incidente es de conducta intachable y carece de antecedentes delictivos. Tampoco estaba en actitud sospechosa que pudiera despertar la suspicacia policial. La ùnica explicación que le dieron a su empleador fue que la patrulla estaba haciendo una redada, excusa que no deja de ser sorprendente por cuanto se entiende que dichos operativos se realizan contra focos previamente establecidos de delincuentes y no contra infelices e inocentes peatones.
No es el primer caso. Aquì mismo, en este canal 23, no hace mucho, otra patrulla detuvo a un joven tècnico de nuestro equipo cuando despuès de cumplir su horario de trabajo que finaliza a las 11 de la noche, se encontraba esperando un vehículo pùblico para dirigirse a su residencia. La excusa que le dieron fue que “presentaba perfil de delincuente”. El arresto durò toda la madrugada hasta que se logrò gestionar su liberación aunque en esta ocasión no fue preciso pagar rescate.
Nosotros, al igual que la inmensa mayorìa de la ciudadanìa, ha saludado y apoyado las medidas de excepción anunciadas y dispuestas por el Presidente Leonel Fernández semanas atràs para poner freno a la delincuencia. La encuesta Gallup reflejò el sentir positivo de la gente a esas medidas, al otorgarle nada menos que un 95 porciento de respaldo.
Pero desde hace 3 semanas hemos estado recibiendo quejas crecientes de arrestos arbitrarios y cobro de peaje. Sobre esto llamamos la atención en dìas recientes, a travès del Tiro Rápido, advirtiendo de esta situaciòn y el riesgo que comporta de hacerle perder respaldo pùblico al Plan de Barrio Seguro. Y señalando tambièn que con pràcticas de esa naturaleza, no serà posible establecer ese vìnculo de confianza y cooperación entre la ciudadanìa y el cuerpo de orden pùblico indispensable para lograr resultados efectivos y consistentes en la prevención y lucha contra la delincuencia.
No queremos que eso pase. Y de ahì este relato y mensaje que estamos enviando al Jefe de la Policìa Nacional no lamentablemente como un hecho aislado y de excepción, sino como una tendencia peligrosamente creciente que de continuar, harà naufragar el Plan de Seguridad Ciudadana.
Tan seguro como que la vida se extinguirìa inexorablemente en nuestro planeta si se apagase el sol.
2006-10-12 12:21:46
