EL TIRO RAPIDO
de
Mario Rivadulla
En tanto el despacho de gasolina regular tiende a normalizarse, el de la premium todavìa acusa escasez y el de gas oil continùa en estado crìtico.
Si la carestía de gasolina sufrida durante los pasados dìas provocò un estado de casi general histeria, originando largas filas frente a las bombas de expendio que disponìan del limitado combustible en existencia, la falta de gas oil amenaza con parar el transporte pùblico y afectar todas las principales actividades económicas del paìs.
Gremios de propietarios y choferes de ómnibus, camiones y patanas han advertido que a partir de mañana, el servicio pùblico de transporte de pasajeros y el de mercancìas pudiera mermar sensiblemente debido a la falta de gas oil.
Las entidades empresariales de mayor peso, entiéndase Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), Asociación de Industrias de la Repùblica Dominicana (AIRD) y Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), en declaraciones por separado, coinciden en señalar que la falta de gas oil està afectando sensiblemente la producción y todas las operaciones de los sectores productivos.
¿Què es lo que ha ocurrido con los combustibles? ¿Por què estas carestías a las que no sirve de excusa la salida de servicio de plantas de PEDEVESA, la empresa estatal venezolana a cuyo cargo corre suplir al paìs la mayor parte del crudo, si era una situaciòn que al parecer habìa sido advertida con mucha anticipación? ¿Por què la demora en acudir a fuentes alternativas de suministro? ¿De quièn o quiènes es la responsabilidad? ¿Hay algo màs detràs de todo esto que un simple aunque censurable descuido?
Todavìa a estas alturas, el paìs no ha recibido una explicaciòn confiable de las causas que determinaron la escasez de gasolina la pasada semana y continùa provocando la de gas oil a estas alturas. Y este vacìo de información oficial, ha dado lugar a todo gènero de conjeturas, especulaciones, acusaciones, reproches y desvìo de culpas de un sector a otro creando un clima de general desconocimiento y confusión.
Lo menos que merece la opinión pùblica es que se le diga sin tapujos de ninguna naturaleza, què es lo que ha motivado estas carestìas.
Que se depuren responsabilidades y se apliquen las sanciones de rigor si proceden. Y sobre todo, que se tomen previsiones para que en el futuro no vuelva a repetirse una situaciòn de la que todavìa no acabamos de salir sin saber aùn a derechas por què caìmos en ella, teniendo al parecer todos los elementos a mano con suficiente anticipación para haberlo evitado.
2006-10-13 12:37:46