¡Por fin se va Hertell!
Por Narciso Isa Conde
El Embajador de EEUU en República Dominicana, Hans Hertell, anunció su retirada del país y a la vez criticó la impunidad de los corruptos, poniendo como ejemplo el caso del robo a través del programa de asistencia barrial bautizado PEME y puesto en práctica durante el primer gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, presidido por Leonel Fernández.
Ojalá que ese señor se vaya ya, lo antes posible. Que no se quede ni un minuto más, a no ser en la cárcel de Najayo o La Victoria.
Es verdad que el robo de Estado que significó el PEME, invento de Leonel manejado por Luis Inchausti y Danilo Medina, sigue impune (1.400 millones de pesos equivalentes entonces a unos 60 millones de dólares).
Más aun – y esto no lo dijo el señor Embajador de los EEUU- el propio Leonel en este segundo periodo empleó su condición de titular del Poder Ejecutivo para “desinteresar al Estado” de ese proceso judicial, autoprotegiéndose y protegiendo a los demás involucrados (as) de la querella judicial presentada por el gobierno anterior.
Es verdad que los beneficiarios del PEME disfrutan de su pillaje con absoluta tranquilidad, hasta el punto que el propio Inchausti ha pasado a ser el principal promotor de la reelección de Leonel.
Es verdad también que la corrupción debe ser atacada y desenmascarada.
Todo eso es verdad
Pero llama la atención que esto lo diga Hertell cuando anuncia su retirada del país y después de un largo silencio sobre un tema que afecta directamente a su amigote Leonel Fernández.
¿Que señal está interesado en propagar?
¿Por qué ahora y no antes?
Una razón es porque se va y ya no tendría que darle la cara a la gente del Palacio Nacional.
Pero evidentemente no solo se trata de eso.
Coincide esa reacción con la salida de Danilo Medina del gobierno (ex-Secretario de Estado de la Presidencia y segundo hombre de PLD), con el acelerado desgaste de Leonel Fernández, con el fraccionamiento del gobierno y del partido que lo sustenta, y con los efectos nocivos de su intento de reelección.
Los jefes gringos son expertos en “sacarle el pie” a sus gobernadores de colonia cuando están en declive, cuando la crisis demanda revelar figuras y reciclar la dominación. Sacarle el pie y también sacarle nuevas concesiones en el contexto de su debilitamiento.
Los jefes gringos no conocen ni de agradecimientos ni de lealtades, su pragmatismo es inmensamente cruel.
Ese es un aspecto del motivo de esa declaración del procónsul Hans Hertell.
Pero hay otro quizás más relevante.
Hertell –con mucha cola a rastro- está intentando protegerse de todo lo que le puede venir por sus estrechas relaciones con los protagonistas de la conexión dominicana del escándalo Marbella, convertido en expediente judicial en España.
Necesita presentarse como un combatiente anticorrupción cuando su propia corrupción puede ser develada en gran escala.
Hertell está vinculado a esos turbios negocios de bienes raíces, asociado al grupo Hazouri, al magnate español Jesús Barderas, y a su testaferro Georgy Nader, todos en “sal muera” por lo de Marbella.
A ese grupo también se vinculó inicialmente Miguel Vargas Maldonado, señalado como pieza clave de esa conexión. Y Vargas Maldonado, precandidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, se asoció con el apoyo del ex-presidente Hipólito Mejía a uno de los productos de la corrupción trujillista-balaguerista, Roberto Prats, en negocios turísticos en la península de Samaná.
Todos –según lo rebelan publicaciones españolas, especialmente la revista Interviu- se relacionaron con los operadores Carlos Sánchez y Andrés Liétor, actualmente presos en Alhaurín, España.
Con ellos y otros agente de la llamada Operación Malaya (Escándalo Marbella), la más grande operación de lavado de dinero sucio de la historia europea, a través de fuertes inversiones en bienes raíces y proyectos turísticos en República Dominicana.
Hertell esta siguiendo lo pasos de Hazouri: ponerse adelante, presentarse como denunciante del mal siendo parte del mal.
Así hicieron los Hazouri por sus medio de comunicación al denunciar la conexión dominicana del escándalo Marbella exclusivamente en las personas de Vargas Maldonado y Roberto Prats, siendo ellos también parte importante del vínculo con Carlos Sánchez y otros implicados (Andrés Liétor, Jesús Barderas, Enrique Sarazola, Tomás Olivo, José Ávila Rojas e Ignacio Coronado Ruz).
Los servicios prestados por Hertell son tan valiosos para los Hazouri y otros magnates del país que le “regalaron” una lujosa villa en la exquisita zona Casa de Campo, La Romana; además de terminar siendo propietario de no pocas iniciativas empresariales formalmente registrado a nombre de Georgy Nader.
Barderas trajo a Carlos Sánchez con el apoyo de Sarazola. Y Barderas es cómplice de los Hazouri y del propio Hertell.
Y Carlos Sánchez esta situado en el escalón inferior al “capo de tuti capi” de la Operación Malaya, que generó el escándalo Marbella, en el escalón inferior del padrino español Juan Antonio Roca.
Hertell necesitaba presentarse ahora como crítico de la corrupción y escogió con esos fines el caso PEME, sumamente útil para chantajear al gobierno de turno.
Y si se retrasó tanto en aparecer atacando un escándalo de corrupción que toca muy de cerca al presidente Leonel Fernández, se debió a que estaba pendiente además una importante mediación para garantizar que la empresa Verizon no sea penalizada con el pago de impuestos por la venta de sus propiedades en la dimensión que la ley establece y que la Dirección General de Impuestos Internos le reclamaba.
Antes de hablar así debía utilizar su condición de representante de la corrupta administración estadounidense que encabeza George W. Bush para lograr una transacción favorable a Verizon y perjudicial para el Estado Dominicano. A ese propósito se debió la reunión que gestionó con Leonel Fernández para tratar ese caso.
Y logró su meta.
Verizon solo pagará cerca de la mitad de lo que está obligada a pagar, unos 250 millones de dólares de un total muy superior a los 400.
Cincuenta millones de dólares fueron destinados para el pago de “comisiones” por “servicios prestado” en el marco de esa negociación, publicitada con el mayor descaro del mundo.
¿Cuánto fueron a parar a los bolsillos de Hertell?
¿Cuántos al fondo pro-reelección?
¡Adivina adivinador!
Esos “detalles” forman parte de la trama oculta de todo lo publicitado. La famosa “transparencia” no llega a tanto.
De ahí en adelante Hertell entendió conveniente condenar la impunidad del PEME y anunciar su retirada del país, dejando un gobernador de colonia más vulnerable, capaz incluso de dejar con la cara larga a su propio Director de Impuestos Internos (empeñado en aplicarle la ley a la empresa estadounidense), y ahora acusado por el titular de la embajada gringa de apadrinar la impunidad de su propia corrupción. No se extrañen si lo ven pronto renegar de algunas poses respecto a Cuba o a Venezuela, o cediéndole más a la política de intervención de la Administración Bush.
2006-11-25 23:16:36