EL TIRO RAPIDO
de
Mario Rivadulla
Despuès de décadas y siglos de ser vìctimas de prejuicios y marginaciòn, las mujeres se han convertido en actoras de un exitoso y cada vez màs amplio espacio de protagonismo, imponiendo su talento, calidad y capacidad de trabajo hasta alcanzar las màs altas cumbres de representatividad en todos los campos.
Hoy por hoy, son muchas las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo en empresas, organismos y todo tipo de entidades con un nivel de eficiencia que en nada tiene que envidiar a sus pariguales del sexo opuesto, y en no pocos casos marcando ventaja.
El espíritu de superaciòn de las fèminas està reflejado en este solo hecho revelador: tanto aquì como en la mayorìa de los paìses donde no son objeto de discriminación cultural, la cantidad de mujeres que estudian al presente en las universidades supera con mucho a la de los hombres.
El poder político, que era posiblemente el ùltimo y màs fuerte reducto de resistencia que enfrentaban en el camino de su liberación y reconocimiento de igualdad, ha venido cediendo un espacio cada vez mayor a mujeres talentosas y luchadoras que han sabido ganarse ese derecho venciendo innumerables obstáculos.
Los ejemplos estàn a la vista.
Michelle Bachelet ocupa la presidencia de Chile por via del sufragio, despuès de haber demostrado su calibre como miembro del gabinete de su predecesor, el muy popular Ricardo Lagos.
Otra dama, de nombre casi impronunciable, preside por segunda ocasión consecutiva la nevada y distante Finlandia.
El gobierno de la pujante Alemania, una de las primeras economìas del mundo, es dirigido por Angela Merkel, quien al igual que la Bachelet, accedió al cargo a travès del ejercicio electoral
En Nueva Zelandia, el cargo de Primer Ministro es ocupado por tercera ocasión consecutiva por Helen Clark, seleccionada por la revista Forbes como una de las veinte mujeres màs poderosas del mundo. Antes de ello sirvió por nueve perìodos seguidos en el Parlamento del paìs oceánico.
La francesa Michelle Montas, viuda del asesinado periodista haitiano Jean Dominique, acaba de ser nombrada vocera oficial de las Naciones Unidas. Ya antes de eso se habìa desempeñado por una temporada como vocera del Presidente de la Asamblea General del organismo.
En Francia, la economista Segolene Royal, de larga militancia socialista, aparecerà en la boleta como candidata a la presidencia en las próximas elecciones. Las encuestas le otorgan actualmente un 52 porciento de preferencia del electorado.
Y en el paìs màs poderoso del mundo, los Estados Unidos, por vez primera en màs de 200 años, una mujer pasa a presidir la Càmara de Representantes: la popular legisladora demócrata Ana Pelosi.
Màs aùn, el coloso norteño pudiera estar abocado a un hecho sin precedentes en su historia: el de que una mujer, la talentosa Hillary Clinton, considerada paradigma de la mujer de èxito, alcance la màs alta magistratura de la naciòn. Serìa tambièn el primer caso en que una pareja de esposos desempeña la Presidencia de los Estados Unidos.
Los señalados son ejemplos vitales y palpables de los avances logrados por la mujer en las ùltimas décadas gracias al talento, valor y tenacidad de que ha hecho gala para vencer prejuicios absurdos y echar por tierra la falsa concepción de su inferioridad frente al hombre.
Los hechos demuestran que no es asì, y en muchos casos, todo lo contrario. Bien por ellas, y en particular por las mujeres nuestras que en el escenario local cada dìa ganan mayores y merecidos espacios en el desempeño y conducción de las màs diversas y complejas actividades.
En el caso de las mujeres, bien cabe aplicarles el lema de è p’lante que van.
2007-01-07 00:25:40