Opiniones

Las boticas populares, negocio o servicio

PUNTO Y COMA

Por Santos Aquino Rubio

Las boticas populares, negocio o servicio

Dicen que con el tiempo el humano se hace más sabio. Y esto es así, no sólo por el conocimiento, sino por la experiencia de los años y por los tropezones que damos en la vida.

Desde que  se creé el sistema de Boticas Populares, la gente sensata tiene la creencia de que fue una decisión extraordinaria, sobre todo, porque su misión era la de4 favorecer a los buscadores de salud y de medicamentos de menos recursos y se concibió como una especie de protección del Estado.

Sin embargo, parece que esta percepción es errónea y que, con honrosas excepciones, la  razón verdadera de su existencia, es la de favorecer a clientes políticos, amigos y correligionarios, a quines el Estado debe resarcirle por la labor política hecha a favor de tal o cual partido.

Lo grave del caso es, que los administradores y empleados de esas Boticas Populares, son designados y cobran un salario, para hacer sus propios negocios. Esto así, porque en poco difieren de las farmacias comerciales, que pagan sus impuestos y tienen derecho a comercializar en sus establecimientos lo que les venga en gana sin transgredir las exigencias sanitarias.

En muchas de estas boticas y, ojala la directora de Promesa haga una investigación, para que compruebe que en esas boticas se expenden productos de marcha, se recibe a los vendedores de laboratorio y, que incluso expenden hasta esmaltes y de uñas, perfumes y variados cosméticos.

En gran parte de estos establecimientos, sobre todo, los que funcionan en los barrios fuera de los dispensarios y hospitales, expenden medicamentos de marcas y a los mismos precios que las boticas privadas.

Es decir, que si estos establecimientos no han de cumplir con la acción social y humana para la que fueron creados, no vale la pena que estén operando a cargo del Estado, es decir, de los impuestos que debemos pagar para tener la facilidad de estos servicios.

Ojo con esto, porque no es justo ni razonable lo que se está, amén de la competencia desleal a los establecimientos que deben cumplir con las exigencias fiscales y laborales.

El autor es abogado y periodista.

2007-02-04 23:18:18