EL TIRO RAPIDO
de
Mario Rivadulla
Asì como es preciso continuar insistiendo en el tema del narcotráfico que utiliza como corredor y puente al paìs, el incremento del microtràfico barrial y el creciente consumo local, sobre todo en adolescentes y niños, hay que hacer énfasis en el tema del fraude de documentos oficiales. Especìficamente actas de nacimiento y cèdulas de identidad y electorales.
El escàndalo de la expedición de cèdulas falsas en base a actas de nacimiento igualmente falsas puesto al descubierto en el seno de la Junta Central Electoral y que abarca a oficialìas del Registro Civil en todo el paìs, parece que tiene muchos capítulos por escribir.
Ahora mismo se ha descubierto una nueva y màs peligrosa vertiente. Es la entrega de cèdulas de identidad de personas fallecidas a narcotraficantes y malhechores tanto dominicanos como extranjeros, en particular colombianos, en la ciudad de Nueva York.
Por este hecho estàn somentidas a investigaciòn empleadas de la propia Junta, quienes supuestamente estarìan vinculadas a esta operación mafiosa. Las mismas, según el informe rendido por el Departamento Nacional de Investigaciones, habrìan estado recibiendo instrucciones directas de dos magistrados de la anterior Junta Central Electoral. La red estarìa integrada por otros funcionarios y empleados del organismo, tanto aquì como en el exterior. Pero tambièn, de acuerdo al DNI, estarian involucradas tres ONGs que reciben financiamiento del exterior y un profesional no identificado pero al que califica de “muy prestigioso” de la capital.
Identificar, probar la responsabilidad de cada quien, y en los casos de elementos suficientes y convincentes probatorios de culpa someterlos a la Justicia serà una tarea delicada pero absolutamente necesaria para que esta acciòn depuradora no pierda credibilidad y, como en tantas otras ocasiones, se quede en las ramas sin llegar a las raíces.
Pero al parecer el lucrativo negocio de las cèdulas falsas no era exclusividad de un solo grupo. Las investigaciones del DNI apuntan a la existencia de varias redes envueltas en esta operación ilícita. De ahì que paralelamente al caso que comentamos, se haya desmantelado otra banda dedicada igualmente a la falsificación y duplicación de cèdulas integrada por nueve personas.
Llama la atención el hecho de que los mismos son calificados de reincidentes en esta pràctica. De alto interès establecer còmo se manejaron en la Justicia los expedientes anteriores y la razòn por la que estos elementos se encontraban disfrutando de libertad y dedicados a los mismos menesteres ilícitos.
Pero si todo lo anterior debe ser motivo de acentuada preocupación por todas las implicaciones involucradas en el fraude de la nacionalidad, no menos debe serlo la revelación de que fichas pertenecientes a narcotraficantes, mafiosos y malhechores de cuidado han sido suplantadas en los archivos de los organismos de Seguridad del Estado involucrando en su lugar a personas inocentes.
¿Còmo ha sido esto posible? ¿Còmo se concibe tal nivel de vulnerabilidad en archivos que deben estar protegidos a cal y canto de robos y sustracciones? Una acciòn tal sòlo puede entenderse como posible mediante complicidad o acciòn directa a un alto nivel de autoridad, o a muy deficientes y censurables controles sobre el necesariamente limitado nùmero de empleados y funcionarios con acceso a tales archivos.
Tanto en el caso de las actas de nacimiento, cèdulas e identidades falsas como en la suplantaciòn de fichas delincuenciales, estamos en presencia de dos situaciones de extrema gravedad.
La primera porque, reiteramos, atenta contra las bases mismas de la nacionalidad y la segunda porque evidencia una increíbles filtración en los organismos de inteligencia del Estado que pone en riesgo la seguridad ciudadana y la propia soberanìa. Y en ambos casos, una prueba màs de nuestra preocupante debilidad institucional que es preciso superar cuanto antes.
Para que despuès no nos lastime el orgullo el que nos clasifiquen como “estado fallido” y de fuera nos miren bajo la óptica de “indios con taparrabos”. Y lo que es peor: que nos quieran tratar como tales.
2007-02-07 13:48:08