PUNTO Y COMA
Por Santos Aquino Rubio
MANUEL MEDINA, UN HERMANO PERDIDO
Cuando me enteré a través de los medios de comunicación de la muerte accidental del hermano y colegas Manuel Medina, mi alma y cuerpo se juntaron en un solo pesar y comprendí que en cualquier momento puede ser.
Medina fue siempre un muchacho sano, dulce, escasamente comunicativo, pero de conversar abundante, que irradiaba sinceridad, amistad, amor y apego a su trabajo y medio profesional de vida.
Su partida, de la forma más increíble, sorprendió, como a mí, a decenas de colegas que tuvimos la oportunidad de compartir con él en las salas de redacción de los distintos medios a los cuales sirvió como redactor deportivo.
Compartimos con Medina en El Caribe, Listín Diario y otras publicaciones coyunturales y siempre le vimos como un hermano, como un amigo sin requisitos y como un trabajador sin tiempo ni espacio.
Era eso, un periodista deportivo, dispuesto siempre a colaborar con sus colegas y sin límites para el trabajo.
Dios sabe porque ahora y de esa forma. Nosotros esperamos que sus frutos se verifiquen con el tiempo.
Ojala las nuevas generaciones de comunicadores deportivos sean capaces de emular su sencillez, humildad y capacidad de resistencia y comprensión y la imprudencia no siga cobrando vidas útiles.
El autor es abogado y periodista.
2007-02-26 13:24:15