PUNTO Y COMA
Por Santos Aquino Rubio
LO QUE SE ESPERA DEL TLC
El pasado primero de marzo entró en vigencia en el país, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica conocido por las siglas de DR-CAFTA, culminando con un agotador período de espera para todos los sectores de la sociedad dominicana.
La decisión del presidente norteamericano, George W. Bush, puso fin al traumático proceso seguido por las autoridades dominicanas, cuyos esfuerzos parecían infructuosos.
Ahora bien, la alegría causada por la noticia servida desde el Palacio Nacional por el presidente Leonel Fernández, el embajador Hans hertell y el secretario de Industria y Comercio, Francisco Javier García, tocó a la mayoría de los dominicanos, muchos sin conocer aún el contenido del acuerdo multilateral de liberación de aranceles.
Se habla de la posible rebaja en sus precios de unos cuatro mil artículos de consumo común y el resurgir de las empresas de zona franca, liberación de renglones económicos que podrían hacer más llevadera la pesada carga de la mayor parte de los dominicanos y dominicanas que apenas consiguen con que sobrevivir.
Una mayor facilidad crediticia, el incentivo a la producción y el fortalecimiento de las instituciones, a partir de políticas transparentes y de un ejercicio equilibrado y equitativo, pondría ser el eslabón perdido en esta búsqueda incesante de una mejor calidad de vida.
Falta ahora, que los beneficios que puedan devenir de la entrada en vigencia de este procurado y anhelado acuerdo, llene las expectativas de la población y no las arcas de sectores particulares que, en cada ocasión están disponibles para recibirlo todo.
Ojala que DR-CAFTA se convierta, aunque sea en una panacea y no en un nuevo escollo para el despegar definitivo hacia desarrollo, en una sociedad que lo ha tenido todo, menos el favor y la valoración de muchos de hijos.
El autor es abogado y periodista.
2007-03-09 15:11:32