Otro falso cónsul
Roberto Lebrón
Un abogado que representa a varios miembros de una humilde familia de Baní, víctimas de otra gran estafa por parte de un traficante de personas, me ha hecho llegar un legajo papeles en los que se detalla -con pelos y señales- las maniobras que habría hecho un individuo para despojar a sus clientes con cerca de RD$4.0 millones, con el alegato de que los dotaría, juntos a otras personas, de visas para viajar a los Estados Unidos.
Esas personas, junto a varios vecinos, se dejaron exorcizar por un tal Julio Artiles Castillo y/o Jaime Adorno, quien les vendió la idea de que tenía las conexiones suficientes para ´ayudarles` a materializar el llamado ´sueño americano`. De un golpe empeñaron todo para buscarle la exorbitante requerida por el hombre en cuestión, lo que incluyó hipotecas de casas y hacer otros líos que para ellos serían difícil superar.
Esta gente, por suerte, logró que un juez de la instrucción de la Provincia Santo Domingo, a requerimiento del Ministerio Público, enviara a la cárcel a este individuo, después de que la Fiscalía y la Policía Nacional reunieran una serie de evidencias que tipifican varios crímenes cometidos por el indicado falso cónsul. Lo primero fue que se determinó violó los artículos 147, 148 y siguientes del Código Penal.
Estamos hablando, inconsecuencia, de que enfrenta cargos por falsificación, sin incluir la estafa, agravio contemplado en el artículo 405 del mismo Código. Y de la Ley 137-03 vulneró una caterva. Me refiero a la ley que sanciona la trata humana, una norma de alcance internacional que quienes la vulneran, al menos en EEUU, saben lo que les espera cuando caen en manos de las autoridades.
De los incautos que les hablo son los señores Bienvenida Méndez Báez, Wellington Méndez Báez, Wilfredo Báez, Mercedes Obdulia Báez y Jacqueline Báez Herrera, todos con nexos sanguíneos claros; así como Ana Virgina Pérez Avalo, Clara Rosa Pérez, también parientes; además de Josefa Santana, Mercedes María Roa Patrocinio y Altagracia Xiomara Thomas Castillo.
Esta infeliz gente, confiada en que este hombre les ayudaría a conseguir la `visa americana´, buscó las sumas siguientes, per cápita: RD$205,000.00, RD$300.000.00, RD$150,000.00, RD$400,000.00, RD$700,000.00, RD$40,000.00, RD$300,000.00, RD$400,000.00 y RD$205,000.00. En total, si sumamos esas cantidades, los estafados tuvieron que reunir la friolera de RD$,3,450.000.00 y entregarla al falso cónsul.
Estas personas, no hay dudas, de que han sido víctimas de un vulgar engaño, término empleado en uno de los primeros considerandos de la Ley 137-03, en los que se detalla que millones de personas -la mayoría mujeres, niños, niñas y adolescentes- son vendidas, coaccionadas o sometidas de alguna manera a situaciones de esclavitud, explotación sexual, trabajos forzados y otras formas de explotación.
“El tráfico de seres humanos y la introducción, paso y salida ilegal de estos en diferentes países del mundo se ha convertido en un negocio que genera enormes beneficios para los traficantes y para los sindicatos del crimen organizado”, se advierte de manera precisa en el primer considerando la indicada ley, de modo que no estamos inventando nada en el caso de que se trata.
Entre los papeles entregados por el abogado amigo, Rafael Esteban Lara Polanco, hay una serie de copias que concluyen en que la persona detenida -por suerte está en La Victoria- tenía un consulado clandestino en su casa, la cual fue allanada por la Fiscalía. Allí fueron encontradas copias de cédulas, formularios de solicitud de visas para España, carnés falsos de los cuerpos de Bomberos de Boca Chica y Palmear de Ocoa.
Ese caso comenzará a ser dilucidado el 15 de este mes en el Segundo Juzgado de la Instrucción de Santo Domingo, donde varios testigos han sido convocados para la audiencia preliminar. El falso cónsul tenía una tarifa mínima de RD$350,000.00, pero falta por determinar quienes son los posibles socios de este camaján.
2007-03-14 17:33:24