El TIRO RAPIDO
de
Mario Rivadulla
Entre las bondades y ventajas que segùn sus defensores reportarìa para el paìs el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Centroamérica, se puso mucho énfasis en que los consumidores se verìan altamente beneficiados al poder adquirir numerosos productos importados a mucho menor precio. Esto como es natural, despertò grandes expectativas en el sentido de que contribuirían a abaratar el costo de la vida.
Pero ahora que el Tratado ha entrado en vigencia, empiezan a surgir dudas al respecto.
Esto asì, porque importadores y comerciantes se han apresurado a advertir que los precios no bajaràn de manera significativa pese a que se señala que son miles los productos de consumo importados que pasaràn por las aduanas sin pagar arancel. O sea, que la eliminación de las cargas aduanales no se reflejaràn de manera matemática en los precios al consumidor final.
El tema es del màs alto interés. Como lo es tambièn aclarar la cantidad e identificar la naturaleza de los artículos de importación que no pagaràn los impuestos de entrada al mercado nacional. Asimismo, cuàl serà el porcentaje de exoneración en cada uno de ellos.
Hasta ahora se han divulgado distintas cifras. Se habla de cuatro mil en la mayorìa de las informaciones.
Pero en otros se menciona la cantidad de seis mil y en un caso al menos, se publicò que pudiera sobrepasar los nueve mil.
¿Cuàl es la cantidad correcta? ¿Cuàles son esos artículos? ¿Cuàl es el monto de los aranceles de que quedan exentos?
Todos son detalles de alto interés para los consumidores. Y es obligación imperiosa de las autoridades de Industria y Comercio despejar dudas al respecto.
Es màs que sabido que en nuestro paìs el pùblico consumidor sufre un gran nivel de desamparo. Salvo algunas empresas que mantienen un comportamiento ètico en cuanto a precios y calidad, existe todavìa un desorden monumental en cuanto a esos dos factores esenciales.
Muchos precios se aumentan de manera medalaganaria y abusiva, a veces de la noche a la mañana, sin ningùn tipo de justificación. La misma calidad queda en entredicho en no pocos casos, en que importadores ganados por un excesivo afàn de lucro compran en el exterior por lotes, grandes cantidades de alimentos y productos de consumo masivo que por ley tienen que ser retirados del mercado en los Estados Unidos y Puerto Rico y los traen al paìs, con su fecha vencida o muy próxima a vencerse. Por desconocimiento, la mayorìa de los compradores no se fijan en este importante detalle que tampoco les resulta advertido por quienes los comercializan.
Si con el DR-CAFTA nos vendieron la idea de que el costo de la vida iba a bajar de manera significativa y ahora resulta que no ocurrirà asì, es imperativo, reiteramos, que las autoridades tomen empeño en orientar correctamente a la ciudadanìa en este sentido para evitar frustraciones y crìticas, que seguramente se dirigiràn hacia esas mismas autoridades reprochándoles carecer de interés en proteger a los consumidores.
Pensamos que el PROTECON, o sea, la recièn creada entidad destinada a la protección del consumidor, pudiera intervenir en este caso exigiendo explicaciones diàfanas y orientaciones claras al pùblico.
Serìa una forma efectiva de evitar burlas a los consumidores, que han sido objeto de ellas por tanto tiempo y en tantas formas, de parte de elementos inescrupulosos que siempre estàn a la caza de ganancias excesivas a costa de saquear los bolsillos ajenos con maniobras especulativas y tortuosas, apelando a todo gènero de subterfugios.
El pùblico consumidor que en su gran mayorìa tiene que hacer malabares para poder estirar el presupuesto familiar hasta fin de mes, merece una orientación clara sobre las posibles ventajas que pudiera reportarle la entrada en vigencia del DR-CAFTA en el costo de la vida.
Y las autoridades por su parte, estàn obligadas a darla por el bien del pùblico, por su propia imagen y por el costo político que el no hacerlo pudiera representarles.
2007-03-14 17:36:48