Opiniones

VIOLENCIA Y ARMAS EN LA UASD

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla

VIOLENCIA Y ARMAS EN LA UASD

La pasada semana la Universidad Autónoma de Santo Domingo resultò escenario de una serie de acciones violentas en alegada protesta por el aumento de los pasajes.  En el curso de las mismas, el Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria resultò con una herida en la cabeza y su vehículo fue incendiado quedando totalmente destruido.  

Al final, ocurriò lo de siempre.  Los grupos estudiantiles que responden a diferentes corrientes políticas se inculpan unos a otros de ser responsables de los desòrdenes.  Cuenta inclusive el testimoio de quienes aseguran que en los disturbios participaron elementos que habìan sido extrañados de la Universidad por su comportamiento antisocial. 

Ahora, de la propia fuente universitaria, surgen dos muy preocupantes denuncias.

Una de ellas corresponde al vicerrector de la UASD, Franklin Garcìa Fermín, a quien con frecuencia hemos tenido como invitado en La Entrevista Exclusiva, de nuestro colega Joaquín Ascenciòn.  El conocido docente, en declaraciones que aparecieron en el matutino Hoy de este dìa,afirma que tanto en esa casa de estudios como en otros recintos de educación del paìs existe un elevado consumo de drogas.  En adiciòn, se registran numerosos actos violentos como asaltos y violaciones sexuales.

Se suma a esta situaciòn, otra a denuncia a dos voces por separado provenientes de la propia universidad estatal. 



Los profesores Alejandro Pichardo, vicerrector docente de la UASD y Ramòn Valerio, ex Secretario General de la misma, advierten  el primero sobre el clima de creciente violencia que està imperando a lo interno del campus universitario, y el segundo, en esa misma direcciòn pero en forma màs precisa, señalando que a su interior ingresan muchos estudiantes portando armas de fuego sin ningùn tipo de regulación.

La pasada semana, la opinión pùblica norteamericana se viò estremecida por la matanza registrada en la Universidad Tecnológica de Virginia. Treinta y dos alumnos y profesores perdieron la vida, vìctimas de los resentimientos y frustraciones de un alienado estudiante sudcoreano.  El hecho, por su brutalidad, registrò tambièn un fuerte impacto a nivel internacional.

El profesor Valerio expresa el temor de que una tragedia similar pudiera ocurrir en el campus uasdiano de persistir el clima de violencia que se ha vuelto a entronizar en el seno de la casa de estudios y la ausencia de controles efectivos para evitar la introducción de armas de fuego a la misma.

Seguramente habrà  quienes piensen que se trata de un temor exagerado.  Hasta posiblemente de un afàn excesivo de llamar la atención.  Pero pensamos que es una advertencia que no debe echarse al safacòn sino de una posibilidad muy cierta, quizàs no en la dimensión de lo ocurrido en el Tecnològico de Virginia ni tampoco por las mismas motivaciones, pero no por ello desdeña ble.

Lo cierto es que despuès de un perìodo razonablemente prolongado en que pareciò que de la UASD se habìa extrañadon las protestas incendiarias y el empleo de métodos violentos, tanto hacia fuera como a su interior, hoy se percibe un preocupante retorno a esas viejas y peligrosas pràcticas.



En la UASD cursan estudios màs de ciento sesenta mil alumnos que reciben enseñanza de varios miles de profesores.  En ellas labora de manera permanente un buen contingente de empleados y personal de apoyo.  La aspiraciòn de la inmensa mayorìa de esos estudiantes es obtener un tìtulo con el que puedan mejorar sus oportunidades de trabajo, de ingreso y de calidad de vida.  La de la mayor parte de los profesores, es igualmente la de impartir docencia.  Y la empleomanìa disponer de un trabajo estable que sirve de sustento a sus familias.

Los violentos son los menos.  Son menos los que van a tratar de imponer consignas y lìneas partidarias en el seno de la UASD.  Son menos los que pretenden promover desòrdenes y entronizar el caos en la casa de estudios.  Son menos los provocadores, agitadores y terroristas.

Las autoridades universitarias han anunciado que tomaran medidas para impedir el acceso de estudiantes armados al campus.  Es de esperar que sea una norma de rìgido cumplimiento aplicada sin excpeciones y con el respaldo de los alumnos que quieren estudiar sus carreras, los profesores que se preocupan por impartir docencia y los empleados que quieren realizar su trabajo en un clima de seguridad y armonìa tienen que unirse para hacer frente vigorosamente a los menos que quieren llevar de nuevo a la UASD por los mismos derroteros de un pasado que es preciso evitar que regrese.

De la unión de los màs, los muchos màs que aman a la UASD y quieren proteger su status como prestigiosa casa de estudios,  dependerà en gran medida que los muchos menos no se salgan con la suya.

2007-04-26 01:44:40