Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla

La aparición de tres cuerpos sin vida en el vertedero de Duquesa, con evidencias de haber sido  baleados en lo que a todas luces tiene las características de una clásica ejecución a las que ya nos tiene acostumbrados el narcotráfico,  pone de nuevo en evidencia una vez màs la penetración de esta actividad criminal en el seno de nuestra sociedad, el alto índice de peligrosidad que representa y la casi absoluta impunidad de que disfruta.

Pero tambièn es una amarga demostración de que estamos cosechando lo que por tanto tiempo sembramos con nuestra indiferencia y apatía frente a un problema que se nos venìa encima muy a las claras, de cuya importancia y potenciales riesgos se advirtió una y otra vez sin que ni las autoridades se preparasen adecuadamente para hacerle frente mientras el mismo cuerpo social  se resistiese a asumir  debida conciencia del mismo.

Dejamos de lado el tema, bajo la excusa de que las drogas iban para el mercado norteamericano, como si fuese posible que pasara de largo sin llegar a tocarnos.  El tiempo, por desgracia, nos ha traído a la realidad.  Una realidad cada vez màs desafiante.  Màs peligrosa.   Màs y màs costosa de enfrentar y compleja de resolver.l

Hoy no solo somos uno de los puentes preferidos por los carteles internacionales de la droga para hacer llegar la misma a los atractivos mercados norteamericano,  y màs recientemente europeo.  Tambièn a su vez nos hemos ido convirtiendo de manera creciente en consumidores, en la medida en que perversamente el peaje de los colaboradores domésticos se retribuye  en especie, con parte de la propia droga,  que va permeando todos los estratos sociales,en tanto a travès del empleo de los recursos provenientes del lavado se logran agenciar complicidades y crear espacios cada vez mayores de poder e influencia en este lado de la isla.

Es un hecho comprobado hasta la saciedad que la proliferación de las drogas trae aparejado el incremento de la criminalidad en un elevado porcentaje.  Es lo que ha ocurrido aquì, donde además se presentan condiciones muy propicias derivadas de la marginalidad, la pobreza, el atraso educativo y la degradación de valores en que hemos ido cayendo.  No es solo cuestión de cuantìa sino tambièn de modalidades de crimen ajenas a nuestro medio,  y una mucho mayor agresividad y disposiciòn al  empleo de la violencia por parte de los malhechores.

Una de estas modalidades, la màs sanguinaria, es la de las ejecuciones o crímenes por encargo.  Dependiendo de la importancia del interés involucrado o la ofensa que se quiere castigar, se usan sicarios traìdos del exterior.  En casos de menor significación, los autores son reclutados en los predios locales.



  Pero las características por lo general, son muy parecidas y vienen a resultar como una especie de marca registrada del narcotráfico.

En otro orden, las bandas locales dedicadas al comercio de los estupefacientes en barrios y comunidades han ido tambièn creciendo en nùmero y peligrosidad al tiempo que disminuyendo la edad de sus integrantes.  En muchos casos, ya se utilizan niños para los llamados deliveries o entregas de drogas a domicilio.  Notorio el caso reciente de un padre que utilizaba como mula a su propio hijo de apenas cinco años.  Todo un caso tìpico de la màs repugnante perversión.

Estas bandas estàn fuertemente armadas.  Se baten entre ellas por el control de los puntos màs atractivos para la venta de drogas, cuyo nùmero un anterior jefe policial dijo sobrepasan los veinte mil.  Si bien en ese momento se pensò que era una apreciaciòn exagerada, con posterioridad la acciòn efectiva de la Direcciòn Nacional de Control de Drogas, bajo la enérgica gestión del mayor general Ramírez Ferreira,  ha reportado haber desmontado una gran cantidad  de dichos puestos de venta y apresado y sometido a miles de presuntos implicados. 

Pero esas bandas no solo se dedican a matarse entre ellas. Tambièn repelen a las autoridades a tiro limpio.  El propio Ramírez Ferreira acaba de revelar que cerca de doscientos de los agentes adscriptos al mismo han sido agredidos a disparos por los integrantes de bandas asociadas al narcotráfico. 

El narco ha adquirido tales niveles de gravedad en nuestro paìs que ya ha pasado de la categoría de un delito màs a la de un problema criminal de muy serias características y perfiles propios, de las màs graves consecuencias familiares, sociales, económicas y polìticas que exigen enfrentarlo con una estrategia tambièn muy especìfica.

Para ello se precisa de una voluntad política muy definida y consistente, de una estrategia inteligente y sostenida, de una conducción enérgica, de personal especializado e incorruptible, de recursos de que no disponemos, que nos han sido prometidos por el principal receptor de la droga pero que aùn no han sido recibidos.  Pero tambièn, òigase bien, de una firme toma de conciencia del pleno social y de su enérgica disposiciòn a participar activamente en la prevención y lucha contra la penetración del narcotráfico y la adicciòn.

O lo hacemos asì, o por desgracia, terminaremos llorando làgrimas de sangre cuando el pedazo de isla con que la pròdiga Naturaleza nos ha bendecido termine siendo una agencia de los carteles de la droga y nuestro paìs otro narco estado màs.

Que no llegue a ocurrir jamàs dependerà en gran medida de nuestra propia determinación.

(TELEDEBATE, Canal 23, Telefuturo. Cubriendo el paìs vìa satélite y el exterior en vivo y directo a travès del Internet. Emisión del miércoles 2 de Mayo, 2007).

2007-05-04 16:27:07