Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla

En dìas recientes comentamos en este mismo espacio la carta dirigida por el Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano y Obispo de Santiago, monseñor de la Rosa y Carpio, a la Junta Central Electoral conteniendo una serie de oportunas y valiosas sugerencias.  Entre èstas figuran dos en las que focalizamos nuestro Tiro Rápido y que han sido acogidas de inmediato por el alto tribunal.  Son:  el prolongado tiempo y el elevado monto de recursos empleados en las campañas políticas.

Es precisamente en torno a estos dos aspectos esenciales que el máximo organismo electoral acordò ayer convocar a una cumbre de los partidos políticos asì como sectores religiosos y de la sociedad civil a fin de discutir  acortar el calendario de actividades electorales y reducir el nivel de gasto de las mismas.  Al anuncio hecho por la Junta en este sentido, se han apresurado a extenderle su conformidad y participaciòn tanto el PRD como el PRSC, esperándose que lo hagan en breve tanto el partido oficial y organizaciones emergentes reconocidas como los demàs sectores convocados.

El hecho de que el paìs se mantiene en permanente campaña política, ya que no bien finaliza una elección  se comienzan a hacer aprestos para la siguiente, y la gran cantidad de fondos destinados a financiar las actividades proselitistas, ha levantado crìticas y reclamos crecientes desde diferentes litorales de la sociedad, incluyendo voces partidarias.  Se entiende que de esa forma no solo se mantiene a la ciudadanìa en constante situaciòn de zozobra,  sino que se distraen la atención`y los esfuerzos del paìs sobre temas puntuales al tiempo de  dispendiar una suma importante de recursos parte de los cuales  pudieran destinarse a otros fines màs prioritarios y útiles,  como son la salud y la educación.

Sobre el tiempo de campaña, ya el Presidente de la Junta Central Electoral advirtió que el organismo serà estricto al disponer que el perìodo,  tal como dispone la ley electoral, se vea limitado a un plazo máximo de noventa dìas antes de las elecciones generales del 2008.  No obstante, dejò sin esclarecer de què mecanismos pudiera valerse el tribunal para evitar que esa disposiciòn legal sea violada como ha ocurrido hasta ahora de manera reiterada e impune.

Refiriéndose al tema,  el Cardenal Lòpez Rodríguez se mostrò en extremo radical al abogar porque el plazo de campaña sea reducido a tan solo tres semanas.  En otro orden, el alto dignatario eclesiástico se mostrò partidario de que se deje sin efecto la ley de financiaciòn de los partidos políticos.



Esta,  cada año,  sangra el presupuesto nacional con cientos de millones de pesos por ese concepto que son entregados a travès precisamente de la propia Junta Central Electoral. El pastel se lo dividen por partes iguales el PLD, el PRSC y el PRD.  El resto, en atención a los votos que hubiesen obtenido en las elecciones inmediatamente anteriores, se entrega a las restantes organizaciones.

Obviamente, el planteamiento del Cardenal Lòpez Rodríguez sobre el tèrmino de duración de la campaña política, si bien pudiera considerarse una meta ideal, dista mucho de tener posibilidades de ser acogido al presente y en muy largo tiempo.  En este caso, cabe señalar que si los políticos se pasan, la propuesta del Cardenal se queda muy corta.

Màs realista y viable en cambio, es su propuesta de que se deje sin efecto la entrega de recursos del erario a los partidos políticos, algo por lo que hemos abogado desde hace mucho en Teledebate y en este espacio de opinión.

Esto asì,  en tanto dicha ley no ha logrado los objetivos que supuestamente le dieron vida, o sea, el posibilitar que los partidos políticos no tuvieran que tocar a las puertas del sector privado para requerir aportes que,  en la medida de su importancia,  implicasen asumir un mayor  compromiso con los donantes y sus respectivos intereses.

La pràctica ha demostrado lo irreal del  propòsito que motivò el origen de esa legislaciòn por cuanto además de recibir cientos de millones de pesos del presupuesto nacional, los partidos y candidatos han seguido reclamando la ayuda financiera privada en cantidades cada vez mayores.  Siendo asì, no hay ninguna razón para que se mantenga vigente una ley que, a fin de cuentas,  desvía hacia el clientelismo y las actividades partidarias valiosos y cuantiosos recursos que debieran destinarse a otros fines màs útiles, como los antes señalados de fortalecer la salud y la educación.

Aunque se alega, no sin razón, que aquì se han celebrado muchas cumbres en las que se aprueba todo y luego no se cumple nada, creemos oportuna la convocatoria de la Junta Central Electoral, aunque sea por aquello de que no hay peor esfuerzo que el que no se realiza.    Ella ofrecerà la oportunidad de conocer confrontar las posiciones y opiniones de distintos segmentos de la sociedad civil tanto como la de los partidos reconocidos asì como la posibilidad de dar pasos orientados a viabilizar el ejercicio político sobre bases màs racionales, austeras y constructivas.

Porque lo que resulta hecho cierto, cada vez màs evidente y màs allà de toda duda,  es que no podemos continuar viviendo en un continuo y cada vez màs costoso carnaval electoral en detrimento de la soluciòn efectiva de los principales problemas que de vieja data y de nuevo cuño aquejan al paìs.

2007-05-11 03:53:31