Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla

Hace unos dìas se divulgò la insòlita informaciòn, a la que hicimos mención en su oportunidad, de la puesta en libertad de un preso preventivo que purgò màs de quince años en distintas càrceles del paìs sin haber sido juzgado por un delito que jura y perjura no haber cometido.  En todo ese tiempo, incluso se perdiò su expediente.

La iniciativa de un abogado que apreciò lo injusto de la situaciòn logrò que las puertas de la prisión se abrieran al fin para la vìctima de esta crasa injusticia.  Hay que felicitarlo por ello. Pero èste sin embargo, es sòlo un aspecto del problema.

El hoy liberado de la prisión sin dudas continùa preso.  Pero ahora de la càrcel mayor,  pero no por eso menos opresiva que debe representarle el verse arrojado de pronto, indefenso, desvalido, al seno de una sociedad que èl no conoce y que no lo reconoce.  Haciendo frente a los cambios significativos que en todo sentido se han registrado en estos tres largos lustros que permaneció tras las rejas.  Con esos quince años de penoso encierro pesando sobre su maltratado cuerpo y lacerado espíritu.  Sin recursos.  Sin horizonte.  Posiblemente sin parientes ni amigos que le tiendan la mano.

Recordamos que años atràs, ocurriò un caso similar con un infeliz haitiano condenado a un año de prisión, pero al que mantuvieron durante ocho encarcelado hasta que otro perspicaz abogado se diò cuenta de la grosera injusticia y logrò su liberación.  Irónicamente no bien puso pie fuera de la prisión, ¡fue detenido nuevamente por un fiscal con la finalidad de instrumentarle un expediente de deportación por estancia ilegal en el paìs!

¿Cuàntos otros casos de esta misma naturaleza pueden existir actualmente de personas que llevan largos años tràs las rejas indebidamente?  Como preventivos o como de sanción ya cumplida pero con sus expedientes extraviados,  o sin tener la suerte de que alguien se ocupe de su situaciòn.

En otros paìses, errores del sistema de esta naturaleza y envergadura ofrecen, al menos, la posibilidad de una indemnización.  Esta, si bien no le devolverà un solo instante del tramo de vida que le fue robado  le permite emprender sin agobios materiales el resto de existencia que le pueda quedar.  Aquì, que sepamos, ni tan siquiera una excusa.

Ahora que el Congreso tiene en sus manos el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo para la reforma del actual Código Procesal Penal, ¿no serìa oportuno tratar y corregir este aspecto humano del problema derivado de errores de nuestro sistema de justicia?

Pensamos que la Comisiòn de Derechos Humanos tambièn pudiera unir su voz y esfuerzo a este reclamo.

A ella y a los señores legisladores dejamos esta inquietud.

(TELEDEBATE, Canal 23, Telefuturo, a nivel nacional vìa satélite, al exterior en vivo y directo a travès del Internet,. Transmisión del viernes 11 de Mayo, 2007).

2007-05-15 07:18:24