Opiniones

De guerra contra el terrorismo

De guerra contra el terrorismo

Por Julio Concepción González

Permítanme compartir algunas reflexiones con ustedes en torno a la cacareada guerra contra el terrorismo proclamada por la administración del presidente George Bush y su más reciente actuación, que evidencia la doble moral practicada por ese gobierno; que mientras envía a la muerte a jóvenes norteamericanos a lejanas tierras del oriente en aras de la lucha contra el terrorismo, libera a Luis Posada Carriles, en mi criterio el más peligroso terrorista de que he tenido conocimiento.

Y no es que estemos hablando de un simple “luchador anticastrista”, como intentan definirlo sus seguidores de Miami, estamos hablando de un terrorista confeso, y no precisamente ante algún tribunal, sino ante las cámaras de la televisión de Miami y ante las páginas del New York Times.



Ni siquiera Osama Bin Laden se atrevería a presentarse ante un medio de comunicación norteamericano para reconocer y regocijarse de sus viles actos.

Pero Posada, refiriéndose al sabotaje del avión civil que costó la vida a 75 pasajeros, la mayoría miembros del equipo juvenil cubano de esgrima, dijo a los medios “duermo como un bebé”.

O cuando se le preguntó que pensaba del joven italiano muerto por una de las bombas que él hizo estallar en la Habana, respondió que el joven Di Selmo “estaba en el lugar y en el momento equivocado”.  Como pudieron haber estado equivocados los dos niños españoles, o el grupo de pequeños que celebraban una fiesta infantil a unos escasos metros de otro de los artefactos explosivos que estalló en otro Hotel cubano, escasos minutos después de haber sido descubierto, lo que permitió evitar esas muertes.

La hipocresía de la administración Bush sobrepasa los límites de la cordura. Recientemente leía en la prensa las respuestas que el actual Fiscal General de los Estados Unidos Alberto González dio al congresista demócrata William Delahunt, al ser interrogado  sobre la liberación del terrorista Luis Posada Carriles ante la Comisión Judicial del Congreso norteamericano.

Todo fueron respuestas evasivas:   «Quiero tener cuidado acerca de lo que puedo decir públicamente»; «Estoy al tanto de este caso»;  «Lo que le puedo decir, congresista, es que estoy preocupado con lo que sé. Y hemos realizado pasos ante tribunales para tratar… «.

González admitió que, de acuerdo a la “Ley Patriota”, pudo decretar como terrorista a Posada Carriles, incluso sin necesidad de recurrir a un tribunal; tal y como se ha hecho con los detenidos en la ilegal Base de Guantánamo. Al responder de porque eso no se hizo así dijo: “Necesito más información”.

¿Cuánta más información segura necesitó Estados Unidos sobre la presencia de armas de exterminio masivo en Irak para lanzar a miles de jóvenes norteamericanos a morir en ese país y a causar muerte y destrucción en un pueblo de una cultura milenaria; para incentivar los odios en todo en mundo que trajeron más tarde muerte en el pueblo español a través de los atentados terroristas; para mantener detenidos sin derecho a defensa alguna a cientos de musulmanes en Guantánamo y otras partes del mundo; o para torturar a los prisioneros de guerra con tanta impunidad?

¿Acaso no es suficiente estas declaraciones de Posada Carriles, no es suficiente el rastro de heridos y muertes que ha causado al pueblo cubano; tampoco tienen valor las acusaciones de los torturados en Venezuela por Posada cuando se hacía llamar Comisario Basilio; o sus actuaciones al servicio de la CIA en El Salvador y Guatemala?

¿No es suficiente el hecho de ser prófugo de la justicia venezolana o el reciente intento de atentar contra el Presidente de Cuba Fidel Castro en Panamá? Si el intentar atentar contra un líder de un gobierno con el que Estados Unidos se niega a tener relaciones de respeto a su soberanía no es terrorismo. ¿Qué me dice de los miles de jóvenes universitarios panameños que iban a perder la vida en la explosión que tendría lugar en el Paraninfo de la Universidad panameña con el objetivo de acabar con la vida del comandante Fidel? ¿Eso tampoco es prueba suficiente?

Hace unos días Cuba acabó de revelar nuevas evidencias sobre la participación del terrorista Luis Posada Carriles en atentados con bombas en La Habana en 1997.

En las grabaciones se escucha decir a Posada:

“Estas acciones con quien tienen que ver es conmigo y ahora te aseguro que estoy apoyado por mucho billete», asegura Posada Carriles en una llamada a Venezuela el 25 de agosto de 1997 a su cómplice Francisco «Paco» Pimentel.



Continúa diciendo Posada: «…estoy trabajando muy fuerte en esto Paco, no tienes idea, todo va mejor de lo que nadie pensó, pero fue muy complicado y bien difícil organizar lo de las oficinas de Cubanacan en el DF y Cancún» (1).

En otra llamada efectuada el 11 de agosto de 1997 por Francisco «Paco» Pimentel a Posada Carriles desde Venezuela a El Salvador, este le decía al terrorista protegido ahora por Miami: «… yo creo Luis, que además de los hoteles y cosas del turismo sería muy conveniente hacerle algo a los intereses de los empresarios vinculados a la construcción de tiendas y centros comerciales en Cuba, por ejemplo al mariconcito ese de Oscar de la Renta…”(2).

¿Cuánta más prueba necesita el gobierno norteamericano para decretar a este sujeto como terrorista? Y me pregunto por qué la llamada prensa libre norteamericana no publica todos esta información sobre las acciones de Posada, así a lo mejor el presidente Bush o el Fiscal General podrían llegar a conocer de esa información que dice les falta tener sobre este caso. O es que temen que las madres, esposas o hijos de los jóvenes norteamericanos que hoy mueren en Irak descubran que realmente no están enfrentando al terrorismo, que no existe en los políticos por los que hoy mueren sus familiares una causa verdaderamente justa que defender.

Así están las cosas hoy.

En 1997 y 1998 se realizaron ataques con bombas en la capital cubana por mercenarios contratados directamente por Posada Carriles y pagados con dinero de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), que opera en la ciudad estadounidense de Miami.

En total se prepararon 14 artefactos, de los cuales ocho explotaron, materiales. Cuatro fueron desactivados y otros dos ocupados en el aeropuerto cuando trataban de introducirlos en la Isla.

Dichas bombas ocasionaron un muerto, varios heridos y cuantiosos daños. Además,  fueron atacadas con explosivos las oficinas de turismo de las empresas Havanatur, en Bahamas, y de Cubanacán, en México.

(2)»Francisco Pimentel Masó (Paco), es un comerciante de nacionalidad venezolana, de origen cubano. En los años en que Posada Carriles trabajaba para la DISIP y era conocido como el terrible “Comisario Basilio”, ya Paco mantenía estrechas

relaciones con él. Hoy Pimentel se mueve libremente entre Caracas, Miami y otros destinos, se reúne con Luis Posada y sus peones en la Florida, y sirve en Caracas de financista de Joaquín Chaffardett, abogado y vocero autorizado por Posada para representarlo en Venezuela.



Julio Concepción González



Primer Secretario



Oficina de Prensa



Embajada de Cuba



República Dominicana.



http://embacu.cubaminrex.cu/dominicana

2007-05-16 18:00:12