Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla

La comunidad de Boca Chica se ha convertido en material noticioso en estos dìas.  Pero no lo ha sido por el atractivo de sus hermosas y acogedoras playas que atraen tanto a turistas dominicanos como extranjeros.  Lamentablemente la razón dista mucho de ser positiva y se ha convertido en piedra de escàndalo local que ha trascendido a los medios de comunicación nacional.

Un alegado norteamericano,  quien ya habrìa regresado a su paìs, con la complicidad de elementos locales, entre èstos una dominicana quien ya ha sido arrestada, se dedicò a reclutar niñas y jovencitas de entre 13 y 20 años de edad, quizàs menos, para filmar películas pornográficas. Segùn se ha publicado a las mayores se les retribuìa con unos tres mil pesos, mientras que las màs jóvenes, niñas màs bien, recibìan cinco mil.   Copias de estos filmes son luego comercializados en distintos paìses derivando jugosas ganancias.

El caso saltò a la luz pùblica porque alguien en Boca Chica viò uno de tales filmes que  apareció en Internet, reconociendo a varias de las menores.



Cuando la voz se corriò,  medio Boca Chica se pegò al sistema para verle los rostros a las participantes. Hubo casos en que padres, ajenos totalmente a esa situaciòn, pasaron por la inesperada y desagradable sorpresa de enterarse y hasta ver a sus hijas a travès de la pantalla dedicadas a las màs pràcticas sexuales.  

Ya la tal película desapareció del Internet.  Pero queda ahora la resaca de la vergüenza y el dolor en el seno de algunas familias; estudiantes expulsadas de los respectivos planteles escolares;  y hasta alguna que otra niña expulsadas de sus hogares por padres indignados.

No es sin embargo, la primera vez que esto ocurre.  Ni es tampoco primera ocasiòn en Boca Chica. Hace algùn tiempo se divulgò la informaciòn de que otro extranjero en esa misma comunidad y actuando con cómplices locales, habìa sido arrestado porque se dedicaba a filmar películas pornográficas  utilizando jóvenes prostitutas y prostitutos que  abundan en la zona, debido sobre todo como oferta a turistas extranjeros-

No hace tantos dìas se denunciò que en otro lugar del pais, cercano a un punto turístico,  padres alquilan y venden a sus hijas e hijos menores entregándolos a la enfermiza voracidad sexual de visitantes de fuera que son llevados por guìas inescrupulosos, quienes sirven de enlace para este tipo de transacciones vergonzosas.

La industria turística es muy importante para el paìs.  Un puntal de su economìa y una gran fuente de ocupación laboral para decenas de miles de dominicanos.  Cada año estamos recibiendo millones de visitantes extranjeros y su nùmero va en aumento.  Tambièn van en incremento las inversiones que se llevan a cabo en enclaves de recreaciòn, algunos ya de fama mundial bien establecida,  mientras se van descubriendo y fomentando nuevos paraísos turísticos.

Es lógico y de hecho, una especie de riesgo calculado e inevitable,  que entre esa marejada de visitantes venidos de todas partes del mundo, nos lleguen tambièn elementos indeseables.  Enfermos y degenerados sexuales que nos visitan a la búsqueda de placeres prohibidos que, por diversas razones,  se ven impedidos de disfrutar en sus paìses de origen.

Pero eso no excusa sino por el contrario, impone, que sin caer en mojigaterías hipócritas ni pretender ser màs papistas que el papa,  despleguemos todos los esfuerzos necesarios para mantener el turismo nacional y con ello la imagen del paìs,  dentro de convenientes niveles de decencia.

No podemos permitir situaciones como las señaladas.  No podemos dejarlas que proliferen ni tolerar que pasen sin ponerle freno y sancionar este tipo de comportamientos torcidos, sean de extranjeros o dominicanos,  o de ambos en vergonzosa complicidad. 

Tenemos que cuidar la imagen del turismo y por extensiòn del paìs. Si lo hacemos seremos siempre un destino de recreaciòn cada vez màs atractivo y de sano disfrute para el turismo decente,  que es la inmensa mayorìa.  De lo contrario, correrà la voz de que somos una especie de vertedero de todas las impudicias, excesos orgiásticos y enfermizas desviaciones, y como ocurre con todos vertederos,  lo ùnico que terminaremos recibiendo es basura. 



Simple y sencillamente, basura.  Y con ello, mataremos una de las pocas gallinas con que contamos que ponen huevos de oro.

2007-05-24 16:08:11