Opiniones

Tu, Juan de los Palotes y yo





Tu, Juan de los Palotes  y yo



Por Milton Olivo

Había llegado el día de nuestra señora del manejo (del cobro). El rumor de la algarabía sé hacia presente en cada pasillo de la compañía.  Por desgracia, había cobrado, a partir de ese instante, Juan de los Palotes,  perdía la paz de una quincena en olla. Porque -naturalmente- el salario era insuficiente.

 

A los prestamistas, que como tiburones voraces  le buscaban,  ese día hacía magia para esquivarlos en cada pasillo. Ellos, desesperados, tratando de recuperar sus chelitos. Y él, tratando de llegar a la casa con algo.

Esto no puede seguir así, se dijo un día.  Vivimos de mentiras en mentiras. Vivimos repitiendo que estamos bien, por vergüenza, cuando realmente nos está llevando el mismo Diablo.  Y trabajamos solo para estar cansados.

El gran dilema es; ¿que hacer?  Todos sabemos que hay que cambiar la situación -pensó-. Claro pensando en termino colectivo.  Pero eso solo es posible desde el poder político. ¿Pero como?..Cuando los partidos tradicionales se han convertidos en asociaciones comerciales de grupos de intereses, que invierten en campaña y luego cobrar multiplicado,  a costa de nuestros sueños de cambio.

En revolución, en estos tiempos no se puede pensar. La única opción que queda, es que nosotros, los que no participamos, decidirnos a participar.



Pues con la indiferencia y el yo no me meto,  con esa posición, la verdad es que nos va  cada vez peor. 

Los resultados de nuestra indiferencia ante los intereses públicos, sus resultados han sido; mas inseguridad, mas endeudamiento externo, mayor invasión de ilegales, más deforestación, más apagones y más deforestación.

Fue el momento que se pregunto.. ¿De que nos sirve que cada elección se incremente la abstención?  Significa que cada vez mas ciudadano han optado por renunciar a participar y exigir. Que cada vez más individuo se han entregado a la desesperanza, atrapados por la desilusión.

¿Dónde estará el problema de la poca motivación en la  participación ciudadana? Uff, pienso, que es un problema de ausencia de esperanza.



Resultante de tanta frustración.

Hemos caído -se dijo-, en un nivel de descreimiento, que nos ha convertido en individuos-androides, incrédulos, que ya no tenemos fe en nada,  ni en nadie.  Tampoco en la posibilidad, siquiera, de que nosotros mismos podamos hacer algo. Nos hemos convertidos en cerdos. Donde todo se reduce a buscar para consumir. Tal como ellos en sus pocilgas.

Lo que no sé, sinceramente, es,  si es por cobardía o por comodidad. Pues con el descreimiento nos justificamos para no participar. Haciéndonos co-responsables de la situación nacional. Y facilitándoles las cosas a los depredadores de turno.

-Ahora, la pregunta del millón es..   ¿Cual es la solución?

 En eso, con la seca estridencia de un trueno, previo relámpago de plateada luz,  estalló en su cabeza con múltiple eco, el sonido de la palabra mágica ¡¡PARTICIPAR!!

Significa; que en cada barrio y cada esquina, tenemos que crear o sumarnos a algún grupo que piense igual que nosotros. Aunque solo seamos tres.



Total así comenzaron los Trinitarios. Y  en ocho años independizaron crearon la Republica, y eso, en condiciones más difíciles porque el país estaba invadido por un ejercito extranjero.

¡Sí! Ser parte de un grupo decidido -realmente- a trabajar por hacer realidad la sociedad que queremos. Aprovechando la Radio, la televisión, haciendo visita  a los periódicos.  Y luchar por hacer realidad una sociedad de oportunidades, donde la política este al servicio de la producción, del progreso y la institucionalidad. Además, esto le daría una razón trascendente a nuestro  existir.

¡¡PARTICIPAR!!..   Volvió a retumbar en SU cabeza. ¡¡PARTICIPAR!!  Como un agradable eco la volvía a escuchar. ¡PARTICIPAR!  Claro se dijo, ser parte de la solución.  Peor es no hacer nada.

Y el día que seamos, cincuenta o cien,  cuando salgamos juntos a expresar nuestro sentir, necesariamente, tendrán que escucharnos.

Juntos, presionar para que no se haga lo incorrecto. Y tratar de que las cosas se hagan mejor. Seria trabajar por nosotros,  y para dejarle una mejor sociedad a nuestros hijos.

Si no nos ponemos las pilas en el presente, envejeceremos y ellos crecerán en una sangrienta selva saturadas de fieras hambrientas y armadas, dispuestas a atracarte en cada esquina.  Por lo que es imprescindible despertar y actuar. Pues a la verdad, los Quisqueyanos nunca hemos sido cobardes, y no hay tiempo que perder.

El autor es Escritor



milton.olivo@gmail.com

2007-05-31 16:31:42