Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla.

¿Puede acusar asombro a alguien en este paìs que ha perdido en gran medida la capacidad de asombrarse, la revelaciòn del Fiscal del Distrito de que al presente hay unos 800 pròfugos de la Justicia que fueron puestos en libertad al amparo de las disposiciones del actual Código Procesal Penal y que no se han presentado ante las autoridades para poder someter sus expedientes a juicio?

¿Acaso no es otra evidencia del llamado “hoyo negro” de que en varias oportunidades ha hablado el prestigioso jurista, magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Luciano Pichardo, y que en otras ocasiones hemos comentado en este espacio?

Ese “hoyo negro”, tal como lo ha advertido Luciano Pichardo, que dispone que nadie puede estar en prisión preventiva por màs de un año sin que se les pase causa, es como una especie de camisa de fuerza para muchos jueces probos a los que, sin embargo, aùn abrigando la ìntima convicción de la culpabilidad de los implicados, no les queda otro remedio que ajustarse disponiendo libertades de elementos peligrosos o acusados de graves delitos.

Abogados astutos utilizan toda clase de artimañas para incidentar y dilatar el conocimiento de los expedientes a la espera de que se cumpla el tèrmino máximo de coerciòn, para de inmediato solicitar la liberación de sus defendidos.  Esto pone en la calle en la mayorìa de los casos a elementos de alta peligrosidad.

En los casos que menciona el Fiscal del Distrito y que mantienen paralizados los correspondientes expedientes se registran tràfico de drogas, homicidios, violaciones, atracos y otra variada gama de delitos, cuyos autores estarìan ahora paseándose impunemente por las calles, posiblemente hurdiendo nuevas y màs graves fechorías.

 

Ahora mismo se estàn conociendo en el Congreso varias modificaciones al Código Procesal Penal propuestas a la luz de la experiencia pràctica de su aplicación.  Los defensores del actual Código exhibe como un logro que el nùmero de sentencias registradas al amparo del mismo, supera a las logradas bajo la precedente legislación.

Ciertamente en el pasado hubo muchos casos de abusos jurídicos.  Pero una cosa no excusa la otra.  No se plantea en modo alguno volver a un Código obsoleto y negador de los derechos elementales de los prevenidos.  Pero sì adoptar los correctivos necesarios para hacer màs eficiente su aplicación y para cerrar brechas por donde delincuentes reconocidos y peligrosos, en muchos casos reincidentes y con un largo historial policial, pudieran disfrutar de libertad cuando debieran estar tras las rejas.

Porque si es vàlido garantizar los derechos de los sometidos, tambièn lo es el de la sociedad a convivir en paz y seguridad, al amparo de malhechores que utilizando los resquicios que ofrece el actual Código, terminan por escapar a la acciòn de la Justicia.

La revelaciòn del fiscal del Distrito en este sentido es tema para reflexionar, pero sobre todo para actuar aplicando los correctivos y modificaciones necesarios para que culpables no terminen arropados por la impunidad.

2007-06-09 02:26:35