Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO

de



Mario Rivadulla

En las distintas càrceles del paìs guardan prisión un total de 14 mil 400 reclusos en números redondos.  De esa cifra, según revela el Procurador General de la Repùblica, un cincuenta por ciento, es decir la mitad, alrededor de 7 mil 200,  estàn vinculados al tràfico y consumo de drogas.

Esta cuantiosa población penal por delitos ligados al narco y uso de sustancias prohibidas es por lo pronto, una demostración de que real y efectivamente la Dirección Nacional de Control de Drogas està haciendo un trabajo efectivo de persecución de esta grave actividad criminal.

Sancionar a los involucrados, es competencia exclusiva de los tribunales de justicia.  Del mismo modo que someterlos a la disciplina carcelaria, evitar que se fuguen como ha ocurrido en tantos casos,  o que continúen traficando y consumiendo drogas dentro de los reclusorios es tarea que compete a las autoridades en cada uno de ellos, bajo la supervisión de la Direcciòn General de Prisiones.

Lamentablemente no parece estar ocurriendo asì.  El propio doctor Radhamès Jiménez al ofrecer estos datos, admite que a lo interior de las càrceles continùa el consumo de drogas, y por consiguiente, la distribución. Se trata de una situaciòn tan penosa como preocupante,que hemos señalado en distintas oportunidades y que es una evidencia màs de la vulnerabilidad de nuestro deficiente sistema penitenciario, donde por desgracia ocurre de todo, incluyendo como ya ha sucedido,  hasta la ejecución de crímenes por encargo.

Recordemos que en màs de una oportunidad, autoridades carcelarias han admitido de manera pùblica que en los establecimientos a su cargo entran bebidas alcohólicas, prostitutas, armas y drogas. Esto sucede de una u otra forma, en unos casos utilizando procedimientos ingeniosos, en otros apelando a la complicidad comprada de los propios custodios.

Se tiene entendido inclusive que algunos elementos vinculados al narco quienes se encuentran guardando prisión, conservan dentro de los reclusorios los mismos niveles de autoridad y liderazgo que en la calle.  Se convierten en verdaderos capos carcelarios. En ley, batuta y Constitución para los demàs presos e inclusive en no pocos casos, para los propios custodios quienes se pasan a su servicio.

Mientras eso ocurre tràs las rejas, en la calle la droga sigue presente y continùa el combate que lleva a cabo la Direcciòn Nacional de Control de Drogas contra los carteles y el microtràfico barrial.  Miles de puestos de venta han sido desmantelados en todo el paìs.  Y miles de involucrados enviados ante la Justicia.

Pero la lucha es interminable y el riesgo permanente.  Ahora mismo, la presidenta del Consejo Nacional de Drogas, Mabel Fèliz Bàez, advierte que el consumo de estupefacientes ha aumentado entre los jòvenes de los barrios y en las escuelas de educación básica. 

Quizàs el hecho màs preocupante es que el problema de la droga en el paìs es màs grave y complicado de lo que nuestra sociedad està todavìa en disposición de admitir, por lo que se necesitan esfuerzos mayores de prevención y lucha.  Para ello se requiere de màs recursos, pero sobre todo de un compromiso y una colaboración màs amplia y dinámica del pleno ciudadano.  Dios quiera que acabemos de entenderlo de una vez y por todas.

(TELEDEBATE. Telefuturo, Canal 23. Transmisión del martes 12,06,07).

2007-06-14 15:08:26