Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla

La desbordada y perversa campaña de odio y deliberado daño a la Repùblica Dominicana como Estado y como sociedad màs que contra determinados intereses, desatada a partir del montaje de un ciclo de costosos documentales presentados en Parìs donde se nos acusa de ser un paìs donde se esclaviza a los haitianos, ha continuado en varias ciudades francesas y es llevada ahora a los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.

Esta multimillonaria campaña movida por dos sacerdotes sacados del paìs por sus respectivas congregaciones debido no a presiones externas, que es muy difìcil que sean acogidas por la jerarquía católica, sino por faltas graves cometidas en el ejercicio de sus respectivos ministerios y por algunas ONGS que reciben un fuerte y sostenido financiamiento de procedencia extranjera, se presenta bajo un falso ropaje humanitario.

En el fondo, sin embargo, es motivada y termina por sacar a la superficie la presencia de intereses espurios que muestran su garra y su premeditada intención de ocasionar perjuicios al paìs, cuando se incita a no consumir azúcar de producciòn nacional y se exhorta a los turistas a no visitar nuestro hermoso y acogedor territorio insular.

Señalar que la vida en los bateyes adolece de muchas precariedades es cierto…pero una media verdad cuando se hace aparentar que los que sufren esas limitaciones son solo los haitianos. Para ello no habìa que ir tan lejos. Basta con darse una vuelta por barrios marginados de la capital y de otras ciudades del interior para comprobar que son fruto de la pobreza y que de ella son vìctimas tambièn numerosos dominicanos que viven en condiciones de extrema fragilidad.

Silenciar que se han venido tomando medidas para mejorar la condición de los bateyes cuya erradicación està en proceso y que existen programas de educación, salud y otros destinados a mejorar sustancialmente la vida de los residentes en la deprimida àrea azucarera, es tambièn la otra media verdad que le falta decir a nuestros detractores.

Afirmar que la industria azucarera emplea decenas de miles de haitianos indocumentados, que son traìdos al paìs bajo engaño, en un doloroso trànsito que dura varios dìas y en el curso del cual varios de ellos mueren, no es una media verdad sino la màs grosera mentira.

Asegurar que los braceros haitianos que trabajan en los ingenios, cuyo nùmero total no llega a diez mil gracias a la mecanización progresiva de las labores de zafra, son mantenidos bajo obligada esclavitud es otra infamia.  Una forma de las màs groseras y divorciada de toda ètica de tratar de impactar emocionalmente al pùblico al que se orienta esta campaña.



Decir que la gran mayorìa de los inmigrantes haitianos que residen en el paìs se encuentra indocumentada debido a que el gobierno dominicano les pone trabas para que consigan los documentos necesarios para legalizar su situaciòn, es una distorsión de la verdad de tal magnitud que resiste toda calificación.

¿Por què no dicen lo que ocurriò en Parìs donde representantes legítimos de la migración haitiana, verdaderos defensores de los derechos de sus compatriotas, desmintieron la sarta de mentiras montada por este grupo de conspiradores y farsantes?

¿Por què no citan los testimonios de haitianos de gran predicamento y prestigio que residen en el paìs desde hace muchos años, como el ex cónsul Edwin Paraison y el ministro Telesforo Isaac negando que aquì se esclavice a sus compatriotas?

¿Por què no recoger y divulgan las terminantes declaraciones del Presidente Renè Garcìa Prèval, quien culminò su provechosa y reciente visita al paìs afirmando de manera categórica que aquì ni se maltrata ni se persigue a los trabajadores haitianos?

¿Por qué no dicen que las calles estàn llenas de haitianos que se ganan la vida en las màs diversas actividades sin que nadie los moleste?

¿Por què silencian que en los hoteles, en la construcción, en las compañìas de seguridad, en casi todas las labores agrícolas miles y miles de haitianos libran el sustento sin que nadie los obligue ni encadene?

¿Por què no mencionan que en el paìs estudian y se preparan miles de haitianos?  ¿Qué en muchos hospitales públicos de la frontera, Santiago, la misma capital dan a luz miles de parturientas haitianas y que cientos de millones de pesos del presupuesto de salud se destinan a las atenciones de nacionales del otro lado de la frontera?

¿Por què no dicen que los haitianos que residen y trabajan aquì remesan millones y millones de dólares cada año para aliviar la situaciòn de sus familiares en Haitì?

Làstima que todavìa a estas alturas, nuestro gobierno no haya reaccionado con la energía suficiente, que haya dejado en solitario al Canciller empeñado en una lucha desigual para presentar la otra cara de la verdad que silencian, ignoran a sabienda, con vileza y premeditación, quienes han montado y continúan esta campaña de descrédito y deliberado daño al paìs de Duarte, Sánchez y Mella.

2007-06-29 15:04:30