EL TIRO RAPIDO
de
Mario Rivadulla
Si de algo està fatigada la opinión pùblica nacional es de denuncias que hacen sobre todo funcionarios oficiales que proceden como si estuviesen en la oposición, que se quedan a medias y nunca llegan a concretarse.
De expedientes de corrupciòn que se orquestan a bombos y platillos en los medios de comunicación y no conducen a sanciòn, proyectando la impresión de que tenemos que resignarnos a seguir sufriendo todo gènero de vagabunderìas arropadas por la mpunidad.
El màs reciente y sonado de estos casos involucra a la Secretarìa de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales y al Congreso de la Repùblica, en particular el Senado.
Semanas atràs, el titular de la cartera medioambiental, Max Puig, hizo una alarmante denuncia pùblica advirtiendo que se pretendìa modificar la Ley de Areas Protegidas por parte de un grupo de legisladores de todos los partidos,con la finalidad de promover proyectos particulares en terrenos clasificados como reserva ecológica.
La denuncia de Puig estremeció el àmbito congresional y provocò fuertes reacciones de rechazo, incluyendo el propio Presidente del cuerpo, Reinaldo Paret Pérez quien calificò la misma de un acto de perversidad.
Llevado a interpelación, cuando se esperaba que el denunciante cumpliese su promesa de identificar con “pelos y señales” segùn propias palabras, a los responsables de este alegado intento depredatorio, su comparecencia dejò un amargo sabor de total frustración. Salvo el del senador peledeìsta Rubén Cruz, conocido como Rubén Toyota, quien se responsabilizò con estar promoviendo el proyecto de modificación aunque bajo la excusa de que su finalidad era corregir fallas y lagunas de la ley, Puig no ofreció ningùn otro nombre ni detalles sobre el tema y màs bien, presentò sus excusas al cuerpo legislativo.
Se rumorò entonces que el factor disuasivo habìa sido de orden político, dado que Puig encabeza la Alianza por la Democracia, aliado al PLD y que fue el partido emergente que para sorpresa de muchos, aportò màs votos a la candidatura presidencial del hoy Presidente Leonel Fernández. Se le habrìa convencido en ese momento, que la polémica acusatoria con senadores pertenecientes a la parcela oficial, como es el caso del propio Rubén Toyota, afectarìa el prestigio del gobierno y mermarìa su caudal electoral.
Sorpresivamente sin embargo, hace pocos dìas, el Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales retomò el tema y la denuncia. En esta ocasión, insistiò en que el propòsito que anima a quienes buscan modificar la ley de Areas Protegidas no es mejorar la misma, sino por el contrario entregar playas y bosques, hoy considerados reserva natural, a la explotación de particulares.
Llama la atención y en cierta medida suma credibilidad a la versión de Puig, que a punto de viajar al exterior, el Secretario de Estado de Turismo, Felucho Jiménez, cuestionase de manera enfática la existencia de algunas àreas protegidas alegando que lo fueron sin ajustarse a un criterio realmente tècnico, y mostrándose partidario de que sean utilizadas por particulares para proyectos de desarrollo turístico.
Por su parte, la reacciòn del senador Rubén Toyota, eje de este conflicto, ya que es en su despacho se que ha venido cocinando el proyecto de modificación de la ley en cuya defensa rompe lanzas el Secretario de Medio Ambiente, no se ha hecho esperar advirtiendo con acento amenazante que si Max Puig quiere guerra, tendrà guerra.
Todo esto en verdad es muy penoso y pone en entredicho la coherencia de la gestión gubernamental. Porque lo que està en juego no es ya la credibilidad de Max Puig ni el prestigio del senador Rubén Toyota, sino una parte significativa del patrimonio territorial, que lo es de todos y no de nadie en particular.
Lo que demanda en este caso la ciudadanìa no es una guerra entre el Secretario Puig y el senador Toyota. En todo caso, eso solo le interesa a ellos. Lo que realmente importa, lo que es de verdadero interés colectivo es una definición clara, honesta y confiable sobre el carácter y el destino de estas àreas reservadas.
Ojalà lo entiendan asì y dejen de continuar dando el penoso espectáculo de un pleito cuyos aspectos personales no son de la incumbencia ni el interés de nadie, salvo de ellos mismos.
2007-07-09 16:09:09