Opiniones

La Nación espera por una respuesta presidencial

La Nación espera por una respuesta presidencial

Por Guillermo Caram

El mayor mérito de los convocantes del exitoso paro escenificado el pasado lunes 9 de julio del 2007 no fue el pliego de demandas sino el haberle brindado a la ciudadanía la oportunidad de protestar contra el gobierno: por sus errores y omisiones; y por la ineptitud y corrupción acompañada de absolutismo, arbitrariedad, indolencia, indiferencia, manipulación,  burla, engaño, abuso y dispendio que está caracterizando sus actuaciones.

Todo ello merma su capacidad para  bien gobernar e incluso la sostenibilidad del proyecto político del presidente y del partido de gobierno.

Ya antes, especialmente en la última encuesta Gallup Hoy, el gobierno había salido mal parado en  encuestas, la haber obtenido “calificaciones” por debajo del 50% en diez de las doce áreas indagadas en las encuestas; no así el Presidente quien mantenía   preferencias superiores al 50%.

Pero una encuesta levantada durante los días previos a las primarias reformistas lo colocó al ras del 50%, a pesar de haber ganado las primarias del PLD y sin que se conociera en ese momento la vocación reunificadora manifestada por el candidato del PRSC cuyas repercusiones inmediatas se reflejarán en la recuperación de las preferencias reformistas concentradas en el Presidente Fernández. No en vano encuestas internacionales llegaron a situarlo en el 38%.

Para colmo, un reciente estudio publicada nada mas y nada menos que por el Banco Mundial evaluó al gobierno, con relación a su predecesor,  un 5% mas irresponsable, 18% menos eficiente y mas corrompible. Y un 28% mas ineficiente con relación a si mismo en 1998.

La situación dibujada ya toca pues al propio  Presidente, su capacidad para liderar un buen gobierno en este su ultimo año  y sus aspiraciones políticas de reelegirse.

Obteniendo calificaciones mas bajas que su predecesor y consigo mismo – y la suma de errores elementales que viene cometiendo como el pretender que el laborantismo político neutralizará o compensará el mal gobierno, la sobreestimación de la que ya hoy se ve como una victoria pírrica en las primarias del PLD y la subestimación del candidato perdedor, así como la apuesta al candidato reformista que consideraban que le haría menos competencia cuando está siendo todo lo contrario por su vocación reunificadora –  las posibilidades de ganar en primera vuelta se hacen remotísimas; lo cual llegará a afectar los estados de ánimo hasta ayer eufóricos hasta dejarlos reducidos a tal mínima expresión que magnifique la disminución progresiva de las preferencias electorales.

La nación está esperando respuestas. Y de gobierno, no político –  partidistas, como los aprestos que se están auspiciando en el PLD para intensificar el proselitismo y la proclamación de su candidatura, cuyas posibilidades comienzan a hacerse seriamente remotas. 

Admitir que las cosas no andan como el gobierno cree o pretende hacer creer, evitar retóricas y eufemismos para minimizar o barnizarlas,  aparentar inmutabilidad frente a ella; constituyen premisas básicas.

Ya no basta recurrir a expedientes agotados como el diálogo. Ya resulta tarde gobernar con promesas y se agotó el tiempo de forjar ilusiones sustitutivas de realizaciones. Al cuarto y último año de gobierno ya no luce echarle la culpa al anterior ni limitarse a presentar resultados aplaudibles en sus inicios.

 

La ciudadanía espera del Presidente identificarse con sus necesidades, como jefe de gobierno que es y no solo el Jefe de Estado que quiere ser.

 

Tendrá que dar respuestas a la situación dibujada, ponderando su liderazgo y autoridad en su partido y en la sociedad. ¿Bastará la simple rotación de gabinete o la incorporación de titulares que muchos plantean o se requiere un cambio de estilos, criterios y procedimientos de gobernar?

¿O es posible imaginar respuestas mas sofisticadas y desprendidas para la gobernabilidad presente y futura de la nación,  como debe esperarse de un gobernante que pregona encontrarse inscrito en la modernidad, como sería el retomar planteamientos formulados hace años, de un gobierno de unidad nacional con participación legislativa en base a un programática de transición que culmine con el traspaso a los incumbentes electos en los comicios del mayo próximo?.

2007-07-20 15:12:12