Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO

de



Mario Rivadulla

Si de algo puede alardear el presente gobierno es de haber conseguido el casi milagro de haber mantenido la prima del dòlar estable desde su ascenso al poder.  Se trata del principal logro de la presente administraciòn en el campo de la economìa, obtenido y sostenido  a despecho de las sombrìas estimaciones de no pocos calificados expertos, quienes pronosticaban un nuevo y catastrófico salto de la tasa de cambio antes de finalizar el año 2004.

Ha ocurrido todo lo contrario.  Y no sòlo no se han cumplido tan negras expectativas sino la prima se ha mantenido en el rango promedio de 33 por 1, cheles de màs y de menos segùn las circunstancias, pero sin amenazar nunca la estabilidad cambiaria gracias a las políticas aplicadas por el Banco Central y a la fuerte reserva de divisas que ha ido acumulando a travès de ellas.

En todo tiempo, sin embargo, no han faltado las voces que unas veces en forma susurrante, otras a grito abierto han venido preconizando por lo que llaman “sincerizacìòn” del valor del peso.  Sus principales instigadores son empresarios del àrea de zona franca con el alegato de que es la ùnica forma de salvar sus negocios del cierre, principalmente en el àrea textil, donde ya se han producido algunas bajas con la consiguiente cesación de personal, debido a la ruinosa competencia de China Continental y la la eliminación del Acuerdo sobre Textiles y Vestidos.

A estos reclamos acaba de hacer coro el ex senador y Presidente del PRD, Ramòn Albuquerque,  planteando se deje deslizar la prima del dòlar. Es una posiciòn coherente con la que mantuvo durante la gestión de Hipólito Mejìa en que se jugò al alza de la tasa de cambio para alegadamente elevarla al rango de 21, provocándose un desbordamiento incontenible de la misma que la hizo subir hasta por encima del 55.  Fue època de oro para los especuladores quienes, segùn revelò públicamente el entonces mandatario, como consecuencia de la inestabilidad de mercado cambiario se ganaron unos 15 mil millones de pesos.  Data precisamente de esa etapa tan aciaga, que el propio Albuquerque, como premio de consolación, declarò que “el pueblo no come dólares”, una frase tan inolvidable como “entren todos”.

Ciertamente el cierre de las textileras de zona franca ha provocado la pèrdida de unos 55 mil empleos.  En contrapartida, de acuerdo a los datos que ofrecen los registros del Banco Central,  entre Octubre del 2004 y Abril del presente se han creado casi 346 mil nuevas plazas de trabajo. Aunque esto compensarìa con creces dicha pèrdida en términos absolutos,  esto no sirve de consuelo para quienes hayan perdido sus puestos laborales.

Ahora bien…¿puede ser el deslizamiento de la prima del dòlar la soluciòn a que se apele para que las empresas textiles de zona franca puedan seguir operando?  ¿Es justo y vàlido apelar a ese remedio de sobrevivencia de las textileras en esos parques industriales? 

¿Se ha pensado acaso en cuàles serìan los efectos negativos para otros sectores de la economìa que verìan aumentados sus costos y reducida su competitividad en el mercado local frente a importaciones subsidiadas en muchos casos y con aranceles ya eliminados en la mayorìa,  al amparo del DR-CAFTA y otros tratados de libre comercio que parecen ser la norma de moda en estos tiempos de universalizaciòn y libre comercio?

¿Para la gran mayorìa de los dominicanos, incluyendo los propios trabajadores de zona franca, que verìan incrementado el costo de la vida, que si hoy con la tasa de cambio al 33 por uno hay mucha gente con el grito al cielo, habrìa que imaginar a còmo subirìa ese costo con el alza de la prima?

¿Se ha pensado en la factura petrolera? ¿Cuàntos pesos màs harìan falta para comprar los dólares necesarios para honrar la misma?  ¿Còmo se afectarìan los costos de prácticamente todos los bienes y servicios debido al reflejo multiplicador de los combustibles?

Y el propio gobierno, ¿còmo se las arreglarìa al tener que buscar mayor cantidad de moneda local para comprar las divisas que requiere el pago del servicio de la deuda externa?  ¿Acaso creando nuevos impuestos con el consiguiente costo social y político?  ¿O transfiriendo recursos de otras àreas del presupeusto para suplir la diferencia que le permita suplir con ese inexorable compromiso?

¿Què garantizarìa además que el deslizamiento del dólar se detuviera en la franja solicitada por los zonafranqueros,  en vez de dispararse como ocurriò en el gobierno anterior?

En fin, lo de volver al juego de la prima, como ya sucedió antes, tiene todas las características ser el màs peligroso de los juegos. Y es de esperar que el gobierno no caiga en el mismo. Bien que se preocupe y ocupe de ir en ayuda de las empresas de zona franca amenazadas de cierre y evitar el despido de su personal. Pero nunca a base de perder la estabilidad cambiaria. Porque el llamado deslizamiento de la prima pudiera a su vez, deslizarnos tambièn al mismo tiempo,  hacia una situaciòn de graves consecuencias para el paìs y para el propio gobierno.  Que la economìa no està para hacer malabares,  ni el horno para galletitas.

2007-07-25 15:42:37