Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla



Si bien impactante y preocupante no resulta novedosa la noticia de que al mercado nacional estàn  llegando medicamentos prohibidos en otras naciones, donde existen controles màs estrictos y mecanismos màs eficientes para proteger a los consumidores.

Hoy el Listìn Diario despliega como informaciòn principal que hay un total de 39 fàrmacos, muchos de ellos salidos de los laboratorios de algunas de las principales firmas internacionales fabricantes de medicamentos, que se encuentran en esa condición.  En el cuerpo principal de la informaciòn se cita al Director General de Aduanas, Miguel Cocco, denunciando la entrada al paìs de medicinas que han sido sacadas del mercado por la FDA norteamericana.  En no pocos casos el retiro se debe a  los negativos efectos colaterales que han demostrado en el tiempo sobre la salud de los usuarios.

No es sin embargo, la ùnica irregularidad que se ha venido confrontando en el àrea de los fármacos sin que en todos los casos, las autoridades hayan tomado las medidas preventivas y sancionadoras de rigor.

Desde hace mucho, las asociaciones de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos conocida como ARAPF, y un tanto en menor medida, la de los Laboratorios Nacionales que se amparan en las siglas de INFADOMI han venido denunciando tanto la introducción al paìs de medicamentos que son traídos de contrabando en maletas y hasta furgones,  y que carecen del correspondiente registro sanitario local, requisito indispensable para su comercializaciòn.  En honor a su gestión, hay que señalar que la de Miguel Cocco al frente de las aduanas del paìs se ha mostrado mucho màs vigilante y eficiente en este sentido que las precedentes.

Màs grave todavìa es el hecho de los medicamentos falsificados, que llegan al extremo de copiar los nombres, etiquetas y envases de los originales pero que no reùnen los requisitos de calidad de èstos ni contienen su sustancia curativa, al menos en la dosis requeridas.  Se estima que el volumen de estas falsificaciones pudiera alcanzar entre 800 y mil millones de pesos anuales.  Las incautaciones que se han llevado a cabo al amparo del todavìa joven Código Sanitario actual si bien significativas, constituyen una pequeña parte de ese volumen.

Por la libre, en boticas, moteles y colmados se venden estimulantes sexuales, consumidos en  su gran mayorìa por jóvenes en busca de un desempeño extraordinario, sin receta mèdica y sin la menor advertencia sobre los riesgos de su uso pese a que urólogos y sexólogos han llamado la atención sobre los daños que pudieran provocar a los consumidores su empleo reiterado e indiscriminado.  Los mismos son anunciados profusamente a travès de campañas publicitarias millonarias,  sin que se haya puesto freno a esta situación por las autoridades sanitarias.

Se ha llamado la atención en el caso del valioso plan de medicamentos populares de PROMESE sobre la posibilidad de que, buscando economía, se hayan podido adquirir lotes de los mismos en paìses con bajos controles de calidad y un largo historial de fabricación de fármacos de dudosa eficacia.  Tales India y China Continental,de donde proviene un agua destilada, que en dìas recientes mèdicos del Cibao han pedido no siga siendo enviada a los hospitales por las reacciones dañinas registradas en numerosos  pacientes.

Hace pocos años un laboratorio local sacò al mercado un producto en cuya etiqueta se anunciaban entre otras bondades, la servir de cura para el cáncer. El periódico Hoy hizo la denuncia y reprodujo gráficamente el producto.  Las autoridades sanitarias no tomaron entonces la menor medida de sanción contra la empresa infractora,  y si la etiqueta del producto fue sustituida por otra màs veraz, resultò consecuencia de la denuncia mediática y no de la acciòn de las autoridades.

Suerte que ahora el Secretario de Salud Pùblica acaba de condenar y prohibir categóricamente el uso de un medicamento que alegadamente cura el SIDA y que fue usado ya en decenas de ilusionados pacientes quienes, en cambio, abandonaron sus tratamientos convencionales que de manera probada alargan y mejoran la vida del enfermo. Hay que felicitarle por ello.

Pero làstima en cambio,  que el Encargado de Drogas y Farmacia de la Secretarìa y uno de sus departamentos màs importantes declare que no puede ejercer un control efectivo para evitar que se comercialicen localmente medicamentos prohibidos en otros paìses porque carece de personal para ello.

O sea, que la salud de los pacientes queda en riesgo por ese motivo, mientras enquistados en la Administración Pùblica hay, como siempre, un ejèrcito impresionante de gentes que cobran sin hacer nada, verdaderos botelleros que justifican el cheque que reciben a cambio de sus alegados mèritos partidarios o la amistad o parentesco con algún funcionario que los nombrò.

Una situaciòn que sin duda conspira contra la salud de la gente, con cuyo carácter sagrado no es permisible ni jugar ni descuidarse.

2007-08-02 16:01:54