Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla

Durante el recièn finalizado Congreso que cada dos años monta la Asociación de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos, màs conocida como ARAPF, sobre diferentes aspectos de la industria de fármacos, el tema de los medicamentos falsificados cobrò vida nuevamente como un punto de significación en la agenda de dicho evento.

La elaboración y venta de fármacos falsificados en uno de los negocios ilegales de mayor volumen.  Su monto se  estima  entre el 10 y el 12 porciento del total de los que se comercializan a nivel mundial.  Esto representa varias decenas de miles de millones de dólares cada año.

Los perjuicios para los pacientes son incuestionables y potencialmente fatales.  Hace ya bastantes años, pero permanece como un trágico ejemplo, en Bangladesh miles de personas murieron en el curso de una epidemia, no por la enfermedad sino por el hecho de que el antibiótico que se adquiriò para combatirla habìa sido adulterado y disponìa de una dosificación muy inferior a la necesaria.

En menor escala pero tambièn con resultados fatales, son muchos otros los casos de fallecimiento que se han reportado por la ingestión de un medicamento falsificado ya por contaminación, ya por no contener la cantidad de principio activo requerido por la enfermedad.

De efectos no letales pero mucho màs numerosos y frecuentes,  son los casos en que enfermedades curables se han vuelto crónicas,  o resistentes al medicamento,  o que el enfermo ha requerido de un proceso de curación màs largo y costoso, debido a la aplicación de fármacos falsificados.

En nuestro paìs, segùn cifras ofrecidas por el vocero de esa entidad, ingeniero Fernando Ferreira, el mercado de fármacos mueve unos 260 millones de dólares anualmente entre medicamentos de marca y genéricos, importados y fabricados en el paìs. Esto, si aplicamos la tasa de cambio del 33 por 1, nos dà un aproximado de unos 8 mil 500 millones de pesos anualmente.

Tambièn de esa misma experimentada y confiable fuente, tenemos que el estimado de medicamentos falsificados que se comercializan asciende a unos 800 a mil millones de pesos anuales.  Es decir, alrededor de entre un 8 y un 9 porciento del total.  Ni que decir la elevada proporciòn de beneficios que reporta a los tramposos y malhechores que se dedican a esta pràctica ilegal, ya que en la totalidad de los casos los elementos que contiene el medicamento falsificado son de muy inferior calidad y costo, cuando no de un simple relleno de harina, por citar una de las tantas formas que utilizan los hampones para vender medicamentos adulterados.

A iniciativas de esta propia Asociación, hace un tiempo el Congreso modificò el Código de Salud a fin de criminalizar la venta de medicamentos falsificados.  La misma entidad ha mantenido una campaña constante en este sentido,  tanto para evitar el contrabando como la comercializaciòn de productos farmacéuticos que no reùnan los requisitos de calidad y registro sanitario correspondientes.   Sus esfuerzos han logrado sacar del mercado unos 40 millones de pesos en medicinas adulteradas.

Para frenar el contrabando han contado con la colaboración cercana del Director General de Aduanas, cuyo personal ha desplegado una labor muy eficaz en este sentido.  Otras autoridades en cambio,  no se han mostrado igualmente cooperativas al momento de realizar operativos para la incautación de falsos medicamentos.

De ahì la necesidad de hacer insistencia, una y otra vez, en entrarle con la manga al codo y sin mayores contemplaciones a quienes sean responsables de este delito que, por sus alcances y implicaciones, hay que calificar de extremadamente grave.

Porque tal como hemos dicho en otras ocasiones refiriéndonos al mismo tema y vale la pena repetir ahora: Con la salud no se juega.  Y èste, de los medicamentos falsificados, es un peligroso juego con la salud y hasta la vida de la gente que no es posible tolerar por màs tiempo.

2007-09-12 13:31:42