Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla

Si algo nos faltaba para aquilatar hasta què punto la corrupción y el màs completo desorden han calado y se han masificado en todas las instancias de nuestra sociedad, bastarìa con la denuncia que acaba de hacer el presidente del Colegio de Abogados de la Repùblica Dominicana afirmando que en el paìs hay màs de tres mil trescientos falsos abogados.  Estos,  en su gran mayorìa, estarian  concentrados en la regiòn Este del paìs, dedicándose a estafar a inversionistas extranjeros interesados en adquirir propiedades en los numerosos proyectos turísticos que abundan en la zona.

Siguiendo siempre el hilo de esta escandalosa revelaciòn, tenemos que muchos de estos abogados estarìan inscriptos en el propio colegio profesional, lo cual ha salido a relucir a partir de una depuración de la matrìcula gremial llevada a cabo por el tribunal disciplinario del mismo.

La importancia de este hecho rebasa la sola,  ya de por sì grave circunstancia,  de que al engañar y estafar a estos inversionistas venidos de fuera, se le estaria ocasionando un tremendo perjuicio a la imagen del paìs como sitio confiable para adquirir propiedades o desarrollar proyectos de inversión foránea. Hay otros aspectos que deben motivar a preocupaciòn.

Existe un protocolo bastante exigente de documentación acreditativa de la condición de profesional del Derecho habilitado para ejercer la carrera mediante el correspondiente exequátur expedido por el Poder Ejecutivo,   para poder ingresar al Colegio de Abogados. Si esto es asì, ¿còmo es que estos falsos abogados pudieron pasar a formar parte de la matrìcula del mismo?  ¿quièn o quiènes les facilitaron el ingreso o de què documentación falsa se valieron para ello?

Otro elemento que llama la atenciòn es que en los tribunales los abogados tienen que acreditar legalmente su condición de tales. Si esto es asi,y además su registro tiene que constar en cada expediente en que actúen, ¿còmo es igualmente posible que hayan podido actuar en los tribunales como abogados legalmente constituidos sin realmente serlos? ¿Desidia? ¿Complicidad?

Ahora bien: ¿Què se va a hacer en estos casos?  ¿Se va a desenmascarar públicamente a estos falsos abogados?  ¿Se va a formalizar una denuncia contra ellos por intrusismo profesional?  O simplemente, como ocurre en tantas otras ocasiones,  ¿tendremos que contentarnos con saber que hay màs de tres mil trescientos elementos aventureros hacièndose pasar por abogados y estafando a quienes caen entre sus garras sin que se ponga freno a sus actividades ilegales?

Sùmase a lo anterior la informaciòn adicional de que en los últimos cuatro años, el tribunal disciplinario del Colegio de un total de 800 casos de alegada estafa cometidas por abogados en perjuicio de sus clientes, fallò 19 a favor de los perjudicados desestimando el resto.  Y ocurre que tan solo en esos 19 fallos,  se dispuso devolver una suma superior a los cincuenta y cinco millones de pesos a clientes que fueron engañados por abogados inescrupulosos.

Ahora bien…aparte de la devolución de esa abultada suma global a clientes que habrìan sido engañados, ¿Se tomò alguna medida disciplinaria y penal contra los citados infractores del Código Etico del Colegio? O, ¿tan solo la devolución del dinero percibido engañosamente lavò la culpa y eximiò de sanción?

Todo lo anterior es sumamente importante por cuanto continuamente nos quejamos con sobrada razón de que el nuestro es un pais sin sanción.  Y las faltas señaladas, tanto el aparentar ser abogado y actuar como tal sin serlo en realidad por un lado, y el estafar a los clientes por otro, tienen que ser reputadas de faltas extremadamente graves.  Y en tal caso, sancionar las mismas sin excesos pero en la justa medida que corresponda es lo ùnico que procede.

Lo contrario, continuar con estas denuncias que a nada conducen ni nada solucionan, es como disparar a la corrupciòn con balas de salva.  Una burla y un incentivo a continuar quebrantando todas las normas en la seguridad de que las faltas, no importa cuàn graves sean, terminaràn sin ninguna sanción,  ni siquiera la de orden social y moral que,  al menos,  desnudar al pùblico los nombres de los culpables.

En este caso especìfico con mayor razón, porque en pocas semanas habrà elecciones para elegir la nueva directiva del Colegio de Abogados, teniendo al denunciante presidente actual como aspirante a la reelección.  Y debe quedar claro que su denuncia està bien sustentada y està motivada por las màs serias intenciones de saneamiento de la institución, y no tratarse de un simple ardid protagónico de campaña.

2007-09-26 19:52:51