Opiniones

Las respuestas de Don Negro Veras fueron pulverizadas en el juicio de Baninter

Las respuestas de Don Negro Veras fueron pulverizadas en el juicio de Baninter



Por: Lic. Vinicio A. Castillo Semán

El Dr. Ramón Antonio Veras ha pretendido responder las 27 preguntas que sobre el proceso Baninter tuviéramos a bien hacerle públicamente y para ello tristemente ha apelado a todos y cada uno de los embustes que fueron ya dilucidados y demolidos en el juicio celebrado por ante el Primer Tribunal Colegiado, lo que ha confirmado mi percepción de que, en realidad, es un gran desconocedor de todo cuanto allí ocurrió.

El Dr. Veras aplaude el gasto millonario hecho por el Banco Central en la campaña mediática (en el marco de la cual se reprodujo su artículo) contra el imputado Ramón Báez Figueroa porque, a su decir, con esto “se defiende los intereses del pueblo dominicano” en el juicio paralelo que se ha llevado ante los medios de comunicación.

Para don Negro, el hecho de que un Estado, que está juzgando a un grupo de ciudadanos por ante un tribunal de justicia con toda normalidad, vuelque todo su poder para aplastar a éstos y procure su condena en un juicio mediático, que presione al tribunal que conoce del caso, es un hecho loable, digno de encomio.

Para el Dr. Veras, Ramón Báez Figueroa y los demás imputados no tienen derecho constitucional de la presunción de inocencia, no tienen derecho al debido proceso, ni al derecho a la defensa.¿Por qué? Porque según la saña que denotan sus argumentos, ya él condenó a Ramón Báez Figueroa como culpable de haber cometido un fraude de 55,000 millones de pesos contra el pueblo dominicano, según el expediente que le formó la pandilla de gángsteres más grande que haya gobernado este país.

El Dr. Veras repite una y otra vez el “cuento” del “fraude de los 55,000 millones”, pero no puede aportar una sola prueba que se haya debatido en el tribunal, que compruebe el argumento mercadológico que Hipólito Mejía usó para apropiarse de los activos y medios de comunicación del Baninter y, de paso, culpar a Ramón Báez Figueroa de todas las desgracias económicas que su funesto gobierno le causó al país.

Hecho este preámbulo, paso a rebatir punto por punto los argumentos del Dr. Negro Veras.

1. Defensa de Aurich. Me resisto a creer que un abogado de 53 años de ejercicio profesional como el Dr. Veras asuma la defensa pública de un adefesio y de una vergüenza judicial como es el Informe del denominado “perito judicial” del Caso Baninter, Luis Emilio Aurich.  Confieso que jamás imaginé que la saña persecutora contra Báez Figueroa podía llegar a tal extremo. 

El Dr. Veras dice en su artículo: “los datos de los que dispongo desmienten que los reportes preparados por el Lic. Luis E. Aurich constituyan la base fundamental de la acusación del caso Baninter”. Don Negro se equivoca y demuestra que no ha seguido en lo más mínimo el Juicio de Baninter, porque es un hecho indiscutido, que el “Informe Aurich”  es la única “prueba contable” que existe en la acusación del Caso Baninter y que, según palabras de Francisco Alvarez Valdez, se trata de una prueba “demoledora” del proceso. 

Don Negro debe enterarse que en el expediente de Baninter no existe ninguna auditoría, ningún experticio contable forense que haya comprobado el “fraude” a que él se refiere en su artículo y que, obviamente, al tratarse de un expediente bancario, cuyas operaciones son eminentemente transacciones económicas, el “Informe Aurich” es la pieza fundamental sobre la que se sustenta el pedido de condena contra Ramón Báez Figueroa.

Por si don Negro no lo vio, ni siquiera por televisión, las exposiciones de los acusadores, tanto del Ministerio Público como del Banco Central, tenían como base principal el denominado “Informe Aurich”.  Se aferraron a él atribuyéndole esa importancia capital, a pesar de que en su interrogatorio ante el Primer Tribunal Colegiado, el Sr. Luis Emilio Aurich confesó que “nunca vio la contabilidad del Baninter”, que “no hizo auditoría ni experticio forense”, que “no llegó a conclusiones”, que “no hizo verificaciones”, que no habló de “fraude”.

El Dr. Veras repite la mentira del Banco Central de cómo llega Aurich  al expediente de Baninter.  Al parecer, tampoco vio por televisión cómo el Sr. Aurich le explicó a los jueces del Primer Tribunal Colegiado que él no estaba en la terna propuesta por la Asociación de Bancos a la Suprema Corte de Justicia; que estando en su casa recibió una llamada de una ex funcionaria del Banco Central de nombre Daisy Díaz; que fue ésta la persona que lo presentó al Juez de Instrucción, a quien llevó su currículum y el de su esposa, Belcia de Aurich, que había sido Gerente de Operaciones del Baninter bajo el mando de uno de los imputados, Marcos Báez Cocco, y con el cual existía una evidente causa de inhibición.

Me he preguntado cómo puede un hombre con el prestigio del Dr. Negro Veras tratar de justificar un atropello y una maniobra de tan baja calaña, llevada a cabo por esa autoridad corrupta que encabezó Hipólito Mejía, para perder la suerte de los imputados, realizando un supuesto “peritaje” clandestino, sin ninguna participación ni conocimiento de los imputados, ni de su defensa, en el que participó, según la confesión del propio Aurich, la esposa de éste, que había sido despedida de Baninter por el imputado Marcos Báez Cocco.

El Dr. Veras, repitiendo los argumentos de los abogados del Banco Central, trata de confundir a la opinión pública diciendo que Aurich fue contratado por la Suprema Corte de Justicia.  Sin embargo, omite el hecho fundamental de que el contrato por el cual la justicia  le pagó más de un millón de pesos a Aurich, no podía firmarlo el Juez de Instrucción ni ninguna otra instancia que no fuera la cabeza del poder judicial, por motivaciones puramente formales.  Gracias a Dios que la verdad de todo cuanto ocurrió con la selección y designación de Aurich fue descrita, con lujo de detalles, por él mismo, a los jueces del Primer Tribunal Colegiado y en esa descripción, don Negro, no aparece la Suprema Corte de Justicia en ninguna parte..

2.   El Dr. Veras expresa que “tiene entendido” que en el expediente Baninter existen más de 374 pruebas documentales” que comprometen la responsabilidad de Ramón Báez Figueroa y demás imputados. Y yo le digo: Absolutamente falso, Dr. Veras. Toda la papelería depositada por los acusadores, la mayoría en fotocopia, carente de valor probatorio y obtenida en violación de la ley y del debido proceso, está conectada a transacciones bancarias del Baninter que nunca fueron verificadas por auditoría ni por el Perito designado, quien según sus propias palabras, nunca pisó las oficinas del Baninter.

3. El Dr. Veras, alimentado por los embustes de los abogados del Banco Central, se refiere a testigos presentados en el juicio, por lo que me convenzo aún más que nunca siguió el proceso Baninter. Si lo hubiera seguido, hubiese comprobado que, contrario a lo que él dice, la Lic. Benita Castillo desmintió y expresó al Ministerio Público que no podía confirmar la autenticidad de un estado de supuestas pérdidas del Baninter por el orden de los 43 mil millones de pesos, que le fuera presentado en estrado.

El Dr. Veras refiere a los testigos que declararan sobre el sistema informático de Baninter y contrario a lo que él dice, según consta en los videos del juicio que el Consejo de Defensa de Báez Figueroa tuvo a bien reproducir ante el tribunal, éstos negaron la existencia del famoso “sistema informático fraudulento” en Baninter, al grado de que el Jefe de Informatica, Ramón Mola Manzueta le dijo a los jueces que cuando leyó en los periódicos el embuste de la existencia de un software que permitía hacer fraude en Baninter, lo único que pudo hacer fue “reirse”.

4. El Dr. Negro Veras, en una ceguera producto de una saña persecutoria contra Báez Figueroa, llega al colmo, a la barbaridad, de justificar que la Autoridad Monetaria y Financiera pudiera apropiarse de la administración del Baninter basada, según su falsa apreciación, en las atribuciones conferidas en los Artículos 111 de la Constitución de la República y 90 de la Ley Monetaria, los cuales rezan de la manera siguiente:



a) Art. 111, punto 3, de la Constitución de la República.



“Párrafo III. La regulación del sistema monetario y bancario de la Nación corresponderá a la entidad emisora, cuyo órgano superior será una Junta Monetaria, compuesta de miembros que serán designados y sólo podrán ser removidos de acuerdo con la ley y responderán del fiel cumplimiento de sus funciones de conformidad con las normas establecidas en la misma.”



b) Art. 90 de la Ley Monetaria y Financiera:



“Artículo 90. Disposición Derogatoria General. Quedan derogadas todas las disposiciones legales o reglamentarias en cuanto se opongan a lo dispuesto en la presente Ley. En tanto se publican los Reglamentos para el desarrollo de la Ley, seguirán en vigor las disposiciones reglamentarias existentes a la fecha de publicación de esta Ley, en las partes que no resulten expresamente derogadas por la misma. Si existiese conflicto en cuanto al alcance de la derogación, la Junta Monetaria dictaminará al respecto, sin ulterior recurso hasta la publicación del nuevo Reglamento.”

De la simple lectura de los textos legales citados por el Dr. Veras se comprueba claramente que en ninguno de ellos se le otorga facultad a la autoridad monetaria para convertirse en un suprapoder, que le dé potestad para asaltar la administración de un banco, haciendo lo que le venga en gana. Estos textos son muy claros en cuanto a que los poderes que le son otorgados a la Junta Monetaria siempre tienen que enmarcarse en lo dispuesto por la norma legal adjetiva que, en este caso, es la 183 Monetaria y Financiera.

El Dr. Veras sabe mejor que nadie que la Ley 183 Monetaria y Financiera, no solo no le daba a la autoridad monetaria facultad para asaltar la administración del Baninter, sino que le prohibía taxativamente participar en la administración de una institución de intermediación financiera y en el párrafo final de su Artículo 15 establece igual prohibición para que el Banco Central pueda asumir o garantizar obligaciones de otros, como lo hizo al asumir todos los pasivos del Baninter:



Parte final del Art. 15, Ley 183 Monetaria y Financiera:



“El Banco Central nunca podrá garantizar obligaciones de otros, ni tampoco dar aval, ni ningún tipo de garantía personal, ni asumir solidaridad alguna por obligaciones de terceros.”

Don Negro Veras sabe mejor que nadie que la única manera que tenía el Banco Central de entrar al Baninter era cumpliendo con el proceso de disolución que establece la Ley 183 y que, al no haberlo hecho, sino pisoteando la ley, vició de forma absoluta todo cuanto allí se hizo.

5. Pero al prestigioso abogado santiagués lo han puesto a repetir los argumentos de los abogados de Hipólito Mejía en el Caso Baninter, en cuanto a la corrección y los precedentes de las actuaciones de las autoridades monetarias y financieras. Sin embargo, parece que al Dr. Veras no le dijeron esos abogados lo que dijo sobre esa actuación el actual Gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, cuando los jueces de la Cámara de Calificación lo cuestionaron al respecto, por lo que pasamos a describirlo a continuación:



“Eso fue un manejo inadecuado que no es usado en ninguna parte del mundo y eso provocó una inflación de casi un 60% y provocó una devaluación inconcebible, esa decisión fue una locura, el querer pagarle a todos los depositantes sin tener con qué responderle.”

6. El Dr. Veras se refiere igualmente al Panel de Expertos del FMI como supuesta prueba contra Ramón Báez Figueroa y demás imputados. Al parecer, don Negro Veras tampoco ha tenido tiempo para leer pormenorizadamente ese informe. Si lo hace, y creo que aún tiene tiempo, podrá confirmar dos puntos esenciales: 1) Que los entrevistados por los expertos enviados por el organismo internacional para nutrirse de informaciones sobre lo ocurrido en Baninter, son en un noventa y cinco por ciento los mismos acusadores de Ramón Báez Figueroa, incluyendo todos los abogados del Banco Central. 2) Y que aún con esta circunstancia, estos expertos concluyeron expresando que las malas prácticas detectadas en Baninter y los demás bancos colapsados no eran propias de éstos, sino una práctica generalizada en toda la banca dominicana y que resultaba inverosímil que éstas pudieran estarse desarrollando sin el conocimiento de las autoridades regulatorias.

7. El Dr. Veras hace referencia igualmente a un supuesto informe del consultor Aristóbulo de Juan, que no conocemos, porque no formó parte de debate alguno en el juicio, y que en todo caso fue alimentado con toda la sarta de embustes de esa autoridad corrupta que encabezó Hipólito Mejía, a la cual don Negro Veras tanto le cree.

8. El Dr. Negro Veras, al parecer, en su intento de defender la actuación de su compueblano Hipólito Mejía contra el Listin Diario y demás medios, ha descubierto la fórmula legal para que un Presidente de la República pueda designar administrativamente los directores de medios de comunicación que puedan ser incautados con una sola llamada a un fiscal y sin la intervención de ningún juez. Si el Dr. Veras hubiera visto el juicio por televisión, se hubiese enterado de que el mismo querellante José Lois Malkún fue el que expresó que Hipólito Mejía fue quien sugirió la designación del director del Listín Diario.

Si don Negro Veras hubiera leido los periódicos de lo que ocurrió aquí después del 2003, se hubiera enterado de que la justicia dominicana, tanto en primer grado, apelación y Suprema Corte de Justicia (en cuanto a la ejecutoriedad de la sentencia de la Corte de Apelación), declararon inconstitucional y violatoria a derechos fundamentales, la incautación del periódico Listin Diario y la destitución de sus directores, que él trata de defender.

9. El Dr. Veras dice que él nunca estuvo de acuerdo en que le devolvieran recursos a los ahorrantes, depositantes, accionistas y funcionarios del Baninter, en violación de la ley. Sin embargo, no se da cuenta que su posición contra Ramón Báez Figueroa, atribuyéndole el daño económico inmenso que se le produjo al país por esa violación de la ley, en realidad representa una defensa abierta a estas autoridades delincuentes.



Don Negro quiere achacarle a Ramón Báez Figueroa, lo que en realidad fue en mucho mayor medida la responsabilidad del gobierno corrupto de Hipólito Mejía.

El Dr. Veras sabe mejor que nadie que si ese gobierno hubiera cumplido la ley y los activos del Baninter se hubieran liquidado conforme a ésta, este país no tuviera hoy un déficit cuasifiscal en el Banco Central, que se inició de 26 mil millones y hoy ronda por más de 200 mil millones.

Don Negro quiere una condena contra Báez Figueroa, culpándolo de daños causados por otros. Quiere a Báez Figueroa en la cárcel, y a los que violaron la ley, crearon el déficit cuasifiscal, destrozaron y canibalizaron los valiosos activos de ese Banco, y defalcaron las arcas nacionales en violación a la ley, tenerlos celebrando, junto con él, “que se hizo justicia en el Caso Baninter”.

10. El grado de obnubilación del Dr. Veras ha llegado a tal extremo que quiere culpar a Báez Figueroa hasta de la devolución de más de 500 millones de pesos a Guaroa Liranzo. Para el Dr. Veras, Hipólito Mejía, que fue quien ordenó de forma ilegal que se usaran dineros del Estado a favor del Tesorero del Baninter, no debe ser jamás tocado ni procesado por ésto. El culpable de esa devolución es Ramoncito Báez. Ahí, al parecer, no hay crimen que ver, ni pueblo que defender.

11. Confieso que jamás pensé que el Dr. Veras pudiera justificar como un asunto prácticamente normal, que en el caso del Baninter, los archivos y las pruebas de cargo y de descargo del proceso fueran manejadas discrecionalmente por los abogados acusadores. Al parecer, el Dr. Negro Veras no conoce nada acerca de lo que dice la doctrina y la jurisprudencia sobre la “cadena de custodia”, ni de cómo éstas tratan la “contaminación de las pruebas”, ni ha oido hablar de la teoría del “fruto del árbol envenenado” en materia probatoria. En pocas palabras, el Dr. Veras pretende condenar a Ramón Báez Figueroa con las “pruebas” no verificadas por nadie, que fueron recolectadas por los abogados del Banco Central de los archivos del Baninter. Según la visión del Dr. Veras, cuando Carlos Salcedo y el Dr. Pina Acevedo dicen en la recolección de sus pruebas que determinada transacción no tenía la documentación requerida, esto es palabra de Dios que debe ser creída por la justicia, suficiente para condenar a Báez Figueroa. Yo creo, con todo el respeto que le tenemos al Dr. Veras, que, ni aún en los juicios sumarios revolucionarios, con los que he oido simpatiza el distinguido letrado, se puede dar cabida a tanta barbarie, aunque ésta sea usada bajo la subjetiva bandera de lucha de que se está defendiendo “los mejores intereses del pueblo”. Si fuera así, no hubiera estado de derecho, sino el “fusilamiento o el linchamiento popular” y, por consiguiente, el caos de las turbas.

12. En cuanto a la práctica ilegal de intervenir teléfonos en la que el Dr. Negro Veras dice que “no todos los bufetes del país pueden escupir para arriba”, creo que es un buen señalamiento a los abogados de la Autoridad Monetaria y Financiera, que fueron acusados junto con su jefe Héctor Valdez (al que el Dr. Negro Veras hoy aplaude), por la defensa de Luis Alvarez Renta, de intervenir los teléfonos de los imputados y de sus defensas técnicas en el Caso Baninter.

13. El Dr. Negro Veras dice que quien esto escribe entiende que el hoyo del Baninter es imaginario y se pregunta “¿dónde están los cuartos?”. Esa es muy buena pregunta, don Negro, para Hipólito Mejía y la gavilla que descuartizó los activos del Baninter. El Dr. Negro Veras se resiste a entender que la noción de hoyo financiero en un banco, es la diferencia entre sus activos y sus pasivos. Y no se refiere en ninguna de sus respuestas, a que fue el propio querellante José Lois Malkún el que dijo en la ciudad de Santiago, el 1ro. de mayo del 2003, que “los activos del Baninter eran suficientes para cubrir sus pasivos”.

14. Repite don Negro Veras el “cuentazo” de que existen “documentos reconocidos y autenticados que muestran que las pérdidas que comenzó a acumular Baninter desde 1993, alcanzando para marzo del 2003, casi 49,000 millones de pesos”. Con esta falsa aseveración reconfirmo mi convicción que el Dr. Veras ha estado totalmente desconectado de lo ocurrido en el juicio ante el Primer Tribunal Colegiado. Si se hubiera tomado un tiempecito para seguirlo, se hubiera dado cuenta de que en el mismo nunca se presentó documento auténtico sobre pérdidas del Baninter, y que el documento apócrifo (preparado por los acusadores) que se le intentó poner a confirmar a la testigo Benita Castillo, fue desmentido por ésta, quien dijo textualmente: “Yo no puedo confirmar que habían pérdidas en Baninter”.

15. También repite una y otra vez la mentira, el Dr. Negro Veras, de que se comprobó que los activos por 80,000 millones de pesos consignados en el Contrato de Fusión con el Banco Dominicano del Progreso, eran inexistentes. Esa versión nunca pudo ser probada en el juicio, ya que nunca se hizo auditoría, experticio contable, comprobación de activos y pasivos y, cuando esto se intentó hacer en el proceso de debida diligencia que realizaba el Banco del Progreso durante el período de la fusión, los funcionarios de esta institución fueron sacados abruptamente por las autoridades de las oficinas del Baninter, tal y como lo declarara el Sr. Ismael González Estrada, testigo de la causa y responsable del equipo técnico del Banco del Progreso que entró al Baninter durante el proceso de fusión.

16. El Dr. Negro Veras penosamente acude a los sinónimos para calificar el supuesto “fraude, desfalco y hoyo” del Baninter, proponiendo los siguientes términos: “robo, timo, ratería, hurto, asalto, atraco, saqueo, pillaje, estafa, y fullería”. Qué lástima que el Dr. Negro Veras no se haya dado cuenta que a quienes le caben estos términos, son a los personeros que dirigieron el gobierno más corrupto de la historia, que fabricaron el expediente de Baninter y lo difundieron al mundo desde el Palacio Nacional el 13 de mayo del 2003, y a los cuales don Negro lamentablemente defiende, atribuyéndole a Báez Figueroa lo que esa autoridad rapaz hizo con las decenas de miles de millones de pesos de activos del Baninter.

17. El Dr. Negro Veras asume la defensa de Hipólito Mejía y las Comisiones de Liquidación del Baninter que su gobierno nombró, llegando a la barbaridad de decir que la auditoría ordenada por el Banco Central sobre la liquidación de los activos del Baninter no pudo llegar a conclusiones porque Ramón Báez Figueroa y demás imputados se habían llevado los papeles y la documentación de ese banco y hace la siguiente pregunta: “¿Qué conclusión puede sacarse de un intento de auditoría saboteado porque los directivos de una institución bancaria no tuvieran a manos las cuentas y los registros de sus operaciones?”. Y la verdad, confieso, me da mucha pena que el Dr. Negro Veras exponga su bien ganado prestigio, para incurrir en un dislate como el que lo han puesto a cometer los que le suministraron las falsas informaciones que plasma en el artículo que intenta responder nuestras preguntas públicas.

Dr. Negro Veras, la auditoría de la BDO Ortega & Asociados, para su información, no se refiere al período de la administración de Ramón Báez Figueroa y demás imputados. La auditoría de BDO la ordenó el Banco Central para auditar el proceso de liquidación de los activos y pasivos del Baninter hecho por las comisiones designadas por quien usted defiende. No se puede llegar al abuso de decir que esa auditoría no llegó a conclusiones por falta de información o documentación imputable a Ramón Báez Figueroa, porque no es la gestión de éste a la que se estaba auditando, sino la gestión de las distintas Comisiones de Liquidación de activos y los pasivos del Banco Intercontinental, para determinar el destino de éstos.

El Dr. Veras transcribe un párrafo de la BDO Ortega & Asociados en el que esta compañía auditora afirma lo que le dijo la Comisión de Liquidación investigada, como excusa para no dar las informaciones que le fueron requeridas por los auditores. Sin embargo, cuando trata de respondernos sobre el mar de irregularidades en el ilegal canje de certificados del Baninter por los del Banco Central, por decenas de miles de millones de pesos, dice que “no tiene constancia de los mismos”. Para que tenga esa constancia le transcribimos solo tres párrafos (y sólo como muestra), de lo que dice la BDO Ortega & Asociados sobre ese desastre: Páginas 127 y 128:



“433. Como puede observarse en el listado de referencia, faltan informaciones como la fecha, el valor del certificado y el cheque de BANINTER que fueron solicitados como información complementaria para poder hacer el cruce de información durante la revisión. Además en la mayoría de expedientes que revisamos aleatoriamente, existían documentos soportes en copia (no en original) y otras informaciones necesarias para la evaluación no estaban anexas como el caso de los certificados endosados. Estas situaciones encontradas motivaron que detuviéramos el proceso para poder solicitar nueva vez que revisaran la organización de la información y completaran los datos faltantes para poder continuar.



434. Una situación similar se presentó en la Oficina Regional del Banco Central en Santiago, donde además de las situaciones planteadas anteriormente, en esa dependencia se pudo observar la aplicación de un procedimiento distinto por el aplicado en la sede principal de BCRD aduciéndose desconocimiento de los procedimientos formales indicados en el Reglamento establecido para el Canje de los Certificados de Baninter, por los Certificados de Inversión Especial del Banco Central y el nivel poco formal de organización de los expedientes limitó la continuación de la revisión, situación que fue informada de inmediato al Departamento de Auditoría Interna de la Sede Principal del BCRD. No obstante, a la fecha de nuestra salida de las oficinas de la CLAB, el 25 de noviembre del 2005, no se recibió respuesta alguna, por lo que el proceso quedó inconcluso.



435. Las limitaciones indicadas anteriormente, representan la más importante dentro del proceso de revisión de las emisiones de Certificados del BCRD para canjes de los depósitos del BANINTER.”

Según el Dr. Negro Veras, esa Autoridad que usó el dinero del dinero del pueblo dominicano en violación de la ley, de la forma descrita por los auditores de la BDO Ortega & Asociados, “actuó correctamente”. Don Negro, por si usted no lo sabía, esos son parte de los mismos certificados cuyos montos la autoridad delincuente está reclamando a Ramón Báez Figueroa, como parte del supuesto hoyo. ¿De qué justicia, don Negro, usted habla? ¿De la que pretende dejar impunes, como héroes, a los que con dinero del pueblo participaron en ese gigantesco desfalco?



18. Otro punto al que se refiere el Dr. Negro Veras es a un préstamo tomado por Ramón Báez Figueroa al Banco de Reservas en febrero del 2003, de 30 millones de dólares, equivalente a 675 millones de pesos, cuyo objeto fue capitalizar al Baninter, sobre el que dice” nunca fue pagado por el deudor” y que “terminando ese baile con el Banco Central pagándole al Reservas los 675 millones que debía el Sr. Báez Figueroa”. Si el que le dio ese dato al Dr. Negro Veras, que posiblemente sea un abogado de Santiago, le hubiera dicho que ese préstamo tuvo como garantía las acciones de La Intercontinental de Seguros, S.A. y la empresa de cable Aster, seguro que el Dr. Veras no hubiese incluido en el rosario de mentiras del Banco Central esta versión. A lo mejor se hubiera enterado también que, precisamente, la oficina de ese abogado, concluyó recientemente una ejecución prendaria de ese préstamo sobre la empresa Aster Comunications Ltd., que valía en aquel momento más de 100 millones de dólares, algo similar a lo que costaba en ese entonces La Intercontinental de Seguros, S.A., antes de ser devastada por el ciclón Hipólito.

19. El Dr. Veras dice que caemos en contradicción, porque afirmamos que al momento de intervenir Baninter, “no sólo Baninter estaba hecho un desastre, sino toda la banca”.



Vuelvo a reiterar que parece que el Dr. Negro Veras ha estado totalmente ausente del seguimiento del Juicio del Baninter, porque esa afirmación textual no es de Vinicio Castillo Semán, sino nada más y nada menos que del querellante José Lois Malkún.

20. El Dr. Negro Veras se refiere a la carta del Lic. Freddy Pérez, de Price Waterhouse, enviada a Ramón Báez Figueroa con posterioridad a la intervención de las autoridades en el Baninter, como supuesta prueba de que allí se estaba cometiendo fraude. Vuelvo a manifestar mi pena porque el Dr. Veras no se haya enterado al través de la televisión que el Sr. Freddy Pérez, al referirse a la carta que él transcribe, le dijo a los tres jueces del Primer Tribunal Colegiado que Price Waterhouse no comprobó ninguna irregularidad en Baninter y que la alusión de su carta en ese sentido, provenía de la información que le había dado Alberto Atallah, entonces Superintendente de Bancos, en un parqueo de esta institución. Qué pena, don Negro, que usted no conociera ese testimonio, para usted darse cuenta que “los varios quintales de peso en la balanza de la justicia” que usted estaba esperando que tuviera la cartita de Freddy Pérez, quedaron totalmente convertidos en un simple granito de basura, listo para echarlo en el zafacón de las infamias con las que se creó la acusación de Baninter.

21. El Dr. Negro Veras, refiriéndose a los préstamos en sobregiro, dice: “El grueso de estas operaciones no estaban debidamente documentadas, carecían de una solicitud real de préstamo, nunca fueron aprobadas por ningún comité de crédito alguno, no tenían contrato, se otorgaban sin garantía, casi nunca se amortizaban ni su capital principal, ni sus intereses”. Y yo le pregunto, Dr. Veras: ¿Quién comprobó eso? ¿El Dr. Pina y el Dr. Carlos Salcedo, cuando tuvieron a su cargo los archivos del Baninter para seleccionar las pruebas que iban al expediente y que, según usted, actuaron correctamente? ¿Cree usted de verdad, don Negro, que si sus colegas Pina y Salcedo hubieran encontrado los pagarés, los documentos, las solicitudes de préstamos y todo lo que usted dice que no estaban en Baninter, lo hubieran mandado al tribunal para que Báez Figueroa y demás imputados pudieran defenderse? Usted sabe mejor que nadie que ese “cuento” nadie lo va a creer. Don Negro, para eso está la cadena de custodia y el tema de la contaminación de las pruebas; por eso la Ley 183 establece la obligación de las Autoridades Monetarias, al momento de intervenir un banco, a llevar un cuerpo de notarios, que autentifique los documentos encontrados en sus archivos, lo que nunca ocurrió en el Caso Baninter.

Y aún así, don Negro, si usted hubiera seguido el juicio, se hubiera enterado de que la propia Zunilda Paniagua, empleada de los acusadores, al referirse a los préstamos de Bankinvest, Interduty Free y Ultra Sport, le dijo a los tres jueces, que todos los préstamos tomados por estas compañías en el Baninter estaban plenamente documentados con sus pagarés. Pero eso tampoco pudo don Negro verlo por televisión.



Qué pena.

22. Usted dice recordar, don Negro, la carta que Félix Calvo le dirigiera, pero, al parecer, no concretamente lo que éste le decía sobre el agujero negro del Banco Central, “chorreante de pus y de corrupción”. Tampoco al parecer, don Negro, usted recuerda la identidad del funcionario a quien acusaba en ese entonces Félix Calvo, que es precisamente a quien usted hoy enaltece como “defensor de los intereses del pueblo”, Héctor Valdez Albizu, el mismo que le manda a reproducir sus artículos, sin su enojo. Así, es difícil, don Negro, a pesar de sus buenas intenciones, que se pueda clamar por una justicia esclarecedora, que tenga una venda y que no tenga culpables favoritos.

23. Don Negro, nosotros no estamos pidiendo perdones en el caso de Baninter.



Estamos pidiendo justicia, que se sea justo, y hemos dicho y no nos cansaremos de repetirlo, que el Estado no puede tener la hipocresía, la doble moral, de, por un lado, calificar hechos y actuaciones como crimen y por el otro lado, al mismo tiempo, amnistiar esas mismas conductas de forma administrativa y otorgar planes de regularización para subsanar malas prácticas bancarias que, por décadas, operaban con el conocimiento y la aprobación de las autoridades.

Lo que hemos pedido, don Negro, es acogernos a una previsión legal establecida en el Código Procesal Penal, acerca de conductas que ciertamente infringieron la ley, pero que fueron permitidas y toleradas por las Autoridades, como eran las imperantes, no en Baninter, sino en el sistema bancario de la República Dominicana hasta el año 2003.

24. En modo alguno la admisión que hemos hecho de esas infracciones a la ley bancaria implican el supuesto fraude de los 55,000 millones de pesos, ni mucho menos que fueran éstas las causales del colapso del Baninter. Don Negro, debo repetirle, aunque usted no haya contestado una pregunta que le hice en ese sentido, que el Baninter a Septiembre del 2002 no le debía un centavo al Banco Central y su proceso de desestabilización y crisis de liquidez, surgió a raíz del rompimiento de Ramón Báez Figueroa con el poder político representado por el Hipólito Mejía que usted defiende y en ocasión de la querella contra el Coronel Pepe Goico por el uso de una tarjeta de crédito del Baninter. Por si usted tampoco se enteró, más de diez testigos refirieron la ola de rumores y de los retiros masivos como la causa primaria de la desestabilización del Baninter en Septiembre del 2002.

25. El daño que usted refiere, don Negro, lo provocó esa autoridad gangsteril que sale muy bien librada de responsabilidad en su artículo; esa misma que andaba con el jefe del narcotráfico con vestimenta del ejército nacional, en la persona de Quirino Ernesto Paulino Castillo; el mismo que tenía su helicóptero en el hangar presidencial de la Base Aérea de San Isidro; esos que a raíz de la querella de Pepe Goico crearon cadenas de llamadas telefónicas para provocar retiros del Baninter, socavando sus depósitos. El daño inmenso al país que representó ayer, representa hoy y representará mañana el denominado “déficit cuasi fiscal”, lo provocó el gobierno troglodita que violó la ley y usó decenas de miles de millones de pesos del pueblo dominicano para robarse los activos del Baninter. Esos son, don Negro, los verdaderos autores del daño al que usted alude y que tienen la suerte de encontrar voces tan altas como la suya para lograrse escabullir ante la opinión pública de tan grave responsabilidad.

26. Finalmente, en cuanto al tema de Playa Grande, me adelanto a aceptarle su invitación a acompañarlo a la justicia para pedir que se esclarezca uno de los robos más grandes que se haya cometido contra este país con la venta, a precio vil (5 dólares el metro), de más de 8 millones de metros cuadrados en los que está ubicado el proyecto Playa Grande en Río San Juan, en el que conservadoramente pueden estimarse perjuicios al Estado por más de 24 mil millones de pesos, con la ventaja que para formar ese expediente, don Negro, no se necesita ni de experticios ni de auditorías. Sólo hay que ir a Río San Juan y preguntar a cuánto se está vendiendo el metro cuadrado en las tierras colindantes a las vendidas por el Banco Central.

2007-10-11 04:34:34