Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla



El Cardenal Nicolàs de Jesùs Lòpez Rodríguez ha salido al frente al obispo de Mao Montecristi, a quien se le atribuye haber pedido perdón al pueblo haitiano por la matanza de 1937 en nombre del pueblo y la iglesia dominicanas en el curso de una ceremonia religiosa llevada a cabo este fin de semana en la ciudad fronteriza de Dajabòn.

El alto dignatario eclesiástico, siempre en el tajante estilo que le es tan propio, afirma que ni el pueblo ni la iglesia tienen que pedir perdón por esa acciòn criminal, cuya responsabilidad recae exclusivamente contra el dictador Rafael Leonidas Trujillo, quien la concibió y ordenò en un vergonzoso episodio de sangrienta limpieza étnica.

Al Cardenal le asiste mucha razón y ha sido oportuna y conveniente su intervención, dada la involucraciòn de una autoridad de la iglesia como actor principal de este reclamo de pùblico perdón, justificado pero indudablemente muy mal sustentado.

Desde que se divulgaron las primeras informaciones sobre las declaraciones del obispo de Mao Montecristi, se dejaron sentir distintas voces de protesta y rechazo a las mismas, bajo el mismo alegato empleado por el Cardenal Lòpez Rodríguez. Aquì tambièn hicimos constar nuestra inconformidad, que queremos ampliar ahora porque el tema lo amerita como necesaria aclaración històrica.

Toda persona sensata y con un mínimo de sensibilidad repudia la matanza de haitianos que tuvo lugar en 1937 y cuya cantidad real de vìctimas nunca se ha sabido ni posiblemente se llegarà a conocer, aunque sì, en todas las versiones, hay coincidencia de que fue un nùmero elevado. El valor de la vida humana desde un punto de vista cristiano, excluye todo tipo de prejuicio.

Ahora bien: para que se tenga que pedir perdón por esa matanza al pueblo haitiano por parte del pueblo dominicano tendría èste que ser responsable de la misma, de igual modo que la iglesia.  Y nada màs lejos de la verdad. 

Pôr el contrario, los dominicanos fueron vìctimas de la vesania y crueldad de la dictadura trujillista con la misma saña y ferocidad con que fueron asesinados los haitianos que cayeron en la matanza del 37.

Y si esto es asì y muchos dominicanos y hasta extranjeros de sentimientos democráticos perdieron su propia vida luchando contra aquel oprobioso régimen, y el pueblo dominicano vio cercenadas sus libertades durante tres largas décadas…¿Còmo va a ser responsable de la matanza del 1937 cuando fue vìctima del mismo sátrapa que ordenò dicha acciòn?  ¿Acaso no fue tan vìctima o màs que los haitianos asesinados?  ¿Por què debe pedir perdón al vecino por un crimen que no cometió?  ¿Por què la iglesia?

Lo deseable serìa que las palabras del obispo de Mao Montecristi que han provocado esta enojosa controversia, hayan sido objeto de una interpretación errada.  Que en realidad no haya dicho lo que se le atribuye.  Porque de ser no ser asì entonces habrìa que convenir en que su eminencia estarìa muy mal informado de las circunstancias de este  lamentable, penoso, horrendo asesinato en masa y de la culpa de quien lo ordenò y sobre cuya conciencia recae toda esa sangre derramada, pero nunca sobre el pueblo dominicano ni tampoco su propia iglesia católica.

Bien que se le pida perdón al pueblo haitiano por la matanza.  Pero en todo caso, a quienes corresponderìa hacerlo es a los descendientes de quien junto a ese crimen sumò el de muchos dominicanos que se le opusieron, incluyendo los que en una acciòn desesperada y heroica le dieron muerte.

2007-10-11 04:44:50