Opiniones

Leonel se vio obligado a suspender la “cumbre de Izquierda”

La tormenta Noel terminó de tumbarle la máscara:

Leonel se vio obligado a suspender la “cumbre de Izquierda”

Por Narciso Isa Conde

El presidente Leonel Fernández y la cúpula del Partido de la Liberación Dominicana, aun después de las que ha evidenciado la tormenta Noel, intentó convocar el anunciado “encuentro o cumbre de partidos y movimientos de izquierda” del continente en nuestro país. Pero pocas horas después tuvo que replegarse y anunciar su suspensión indefinida.

Desde su práctica neoliberal y desde la corrupción que arropa su gestión gubernamental, en pleno despliegue de sus ambiciones reeleccionista, el señor Fernández se empeñó fondo en el intento de apropiarse ilegítimamente de la condición de convocante de las izquierdas del continente y trató de continuar ese esfuerzo a pesar de su elevadísima responsabilidad en el desastre que agobia a nuestra nación y en la tragedia social desatada por ese fenómeno natural.

Pensó en pasarle por encima a innumerables organizaciones de izquierda de nuestra América, que advertidas sobre las características neoliberales del partido oficial y del gobierno, y de la corrupción que arropa su tren administrativo, no estaban en actitud de hacerle el juego a esa farsa.

 

Confió en la posibilidad de atraer algunos jefes de estados y líderes importantes del continente, pese a solo haber logrado inicialmente la confirmación de Lula.

Pretendió de todas maneras realizar ese acto de simulación frente a un país destrozado- no simplemente por los efectos de una tormenta tropical de no mucha intensidad- sino sobre todo por la deuda social acumulada, por la previa devastación de los recursos naturales, por la imprevisión y la ausencia de políticas frente a los llamados desastes naturales, por la irresponsabilidad y por el ocultamiento de información que han acompañado su administración y su reacción frente a un hecho previsible.

Insistió en comprometer a Evo Morales a raíz de su reciente visita destinada a recibir el merecido título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), pero no logró dado que éste a lo sumo contempló enviar una delegación de su partido.

Y entonces los acontecimientos se precipitaron en su contra porque ante los ojos del país y del mundo el señor Fernández, su partido y su gobierno aparecen de más en más como autores relevantes de esta tragedia social, exhibiendo y reiterando, una conducta que nada tiene que ver con la postura de una dirigente y una fuerza progresista o de izquierda.

Contrastó incluso lo acontecido aquí con lo que pasó en Cuba, nación golpeada por el mismo fenómeno natural. Allí no hubo ni un solo muerto y los daños fueron mínimos.

Resaltó demasiado su norme distanciamiento de una gestión calificable de popular, patriótica, sensible, humana…atributos inseparables de toda conducta de izquierda, avanzada, progresista…

La hipocresía se tornó más cruda, más golpeante.

Y por eso alertamos efectivamente nueva vez sobre las consecuencias de cualquier debilidad o tolerancia frente a esa convocatoria. Reiteramos el rechazo firme y enérgico.

De la máscara “progresista” para consumo externo le quedaba poco y procedía tumbársela completamente. La Tormenta Noel sin dudas ayudó a cumplir ese cometido y Leonel y su corte de renegados, después de fallar en sus últimos y desesperados intentos, se montó sobre el desastre para escurrir el bulto y emprender la retirada.

Anunció recientemente que no iría a la cumbre de Chile y que aquí tampoco habría “cumbre de izquierda” el 23 de noviembre.

 

Triunfamos, derrotamos la farsa, venció la verdad sobre la simulación y la mentira.

Porque la historia heroica de la izquierda dominicana y continental tenía ser respetada y reivindicada.

Porque ese evento, encabezado por un gobierno neoliberal y corrupto, desacreditado y culpable de penurias pasadas y presentes, no merecía respaldo alguno.

Y Leonel no tuvo más remedio que recular y suspender indefinidamente el pretendido teatro.

Hicimos honor a la verdad, contribuimos a respetar lo sentimiento de un pueblo nueva vez burlado, engañado, abandonado. Nos atrevimos a nadar contra el poder. Hicimos posible lo que parecía imposible.

7 de noviembre 2007, Santo Domingo, RD.

2007-11-08 15:12:37