Opiniones

Uribe y el gobierno colombiano reiteran su vocación por el terror y la mentira

Uribe y el gobierno colombiano reiteran su vocación por el terror y la mentira

¡Sigue La Lucha por a libertad de los prisioneros de guerra!

El que pudo tener dudas para aceptar que el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, respaldado e identificado carnalmente con al administración Bush, es el único obstáculo para lograr un acuerdo humanitario de intercambio de prisioneros y para cualquier avance hacia la paz, ya tiene ante sí una comprobación suprema.

Uribe Vélez rompió unilateralmente el proceso hacia ese trascendente acuerdo y dejó sin efecto la mediación del presidente Hugo Chávez Frías y de la senadora colombiana Piedad Córdoba, precisamente en el momento en que esas gestiones avanzaban promisoriamente hacia una fase decisiva.

Y lo hizo, autoritariamente, sin previa comunicación, sin previa consulta, sin previo aviso, exhibiendo un profundo desprecio hacia las sanas expectativas que se iban forjando en la sociedad colombiana, entre los familiares de los presos de ambas partes, en la sociedad venezolana, en los pueblos de nuestra América y del mundo.

El pretexto no pudo ser más ridículo y a la vez más revelador de su temor frente al avance de las negociaciones en torno a un tema de alta sensibilidad y proyección.

Álvaro Uribe y el gobierno colombiano, con esa actitud han evidenciado además, que la aceptación inicial de la función mediadora del presidente venezolano y de la senadora colombiana, formaba parte más de una premeditada maniobra política que de una disposición real a superar obstáculos y alcanzar el acuerdo anhelado.

De ahí se huida cuando el proceso en marcha apuntaba en dirección al éxito.

Huida que revela inhumanidad, insensibilidad, desprecio por el sentimiento de los demás y temor a cualquier avance en dirección a la paz.

Conocidos los permanentes escollos interpuestos por él y los suyos en todo el curso del proceso, esta abrupta determinación sella con una política de muerte y una clara proclividad hacia la guerra, toda esperanza de modificación de conducta.

La debilidad lo llevó a maniobrar exhibiendo una alta dosis de hipocresía, y la debilidad lo condujo a esta absurda ruptura, atropellante de caros esfuerzos y nobles intenciones; ruptura a tono con los actuales designios imperiales y con la esencia cavernaria de la política de los halcones de Washington.

A la sociedad colombiana y a toda la sociedad mundial, solo le resta espacio para la indignación y para la lucha tenaz por imponer los designios humanidad, de justicia y paz a través de un cambio político que abra pasa a la reapertura de la esperanza brutalmente interrumpida.

Ya el presidente Chávez y la senadora Piedad Córdoba han dado las primeras señales de ese justificado estado de ánimo colectivo.

La Coordinadora Continental Bolivariana (CCB) se suma a esa decorosa actitud.

Es claro que el presidente Álvaro Uribe Vélez agrega más descrédito a su deteriorada gestión.

Es claro tambien que el gobierno narco-paramilitar de Colombia deberá pagar bien cara esta nueva inconducta y esta ominosa determinación guerrerista.

La libertad de los(as) prisioneros de guerras seguirá siendo ahora con más fe, más razón y más decisión de lucha, un clamor nacional, continental y mundial.

La incuestionable voluntad de lograr los acuerdos humanitarios expresada sistemáticamente por los familiares de los(as) detenidos(as), por los factores de mediación, por las FARC, el ELN y toda la insurgencia, por las fuerzas civiles revolucionarias, democráticas y patrióticas de Colombia… es una siembra de incalculable valor para proseguir esta necesaria confrontación entre la vida y la muerte, entre la moralidad y la inmoralidad, entre el honor y el deshonor.

Esta realidad jamás podría ser sepultada con estigmatización de terroristas a una insurgencia heroica y digna, reconocida en los hechos como fuerza beligerante; ni tampoco con bajas campañas descalificadoras contra el presidente Chávez y la senadora Piedad Córdoba, quienes pusieron lo mejor de sí para el éxito de su misión.

Solo la resurrección e intensificación de la vocación terrorista de Estado de quienes dirigen los gobiernos de Colombia y EEUU, ha podido bloquear temporalmente esas valiosas y hermosas gestiones y propósitos.

Pero no tenemos la menor duda de que tal actitud esta llamada a desatar una verdadera e incontenible avalancha por la libertad de los(as) prisioneros(as) de guerra, por el cambio de gobierno y por la paz con dignidad en una nueva Colombia.

¡En Bolívar nos encontramos todos(as)!   ¡Hasta la victoria siempre!

Narciso Isa Conde



Presidencia Colectiva de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB)

26-nov-07



Santo Domingo, República Dominicana

2007-11-27 13:41:51