Opiniones

ORLANDO DICE…

ORLANDO DICE…



EL ESPECTÀCULO.-  Esta columna había adelantado que el acto de proclamación del presidente Leonel Fernández sería una producción de televisión y no un mitin a la vieja usanza, y todos quienes se colocaron frente a sus aparatos pudieron comprobarlo. Se discutió mucho sobre el espacio, si pequeño o grande, y sobre la modalidad del escenario, si abierto o cerrado, y al final se resolvió dar una demostración de fuerza, pues se llevó un extra de gente para dar la impresión de que se rebosó el local. Los locutores insistieron en que afuera había una concurrencia superior a que estaba dentro, y a pesar de que el entusiasmo y el interés s llevan a desbordar la realidad, la verdad es que esa proyección estaba pautada, y no sólo con palabras, sino con imágenes. El espectáculo no sólo fue variado en cuanto a ritmos, sino que tomó en cuenta los diferentes  públicos, aunque privilegiando a los jóvenes. No fue casual que en la animación participaran Pamela Sued y Milton    Cordero ( Lechuga ), que son los presentadores de Verano Presidente, una actividad artística dirigida a la clase media, o Miguel Ortega y Sheila Acevedo, que cumplen iguales roles, pero cuando el  auditorio es más popular. El propósito era llegarles a los jóvenes, y se aplicó la fórmula de Mcluhan de que el mensaje es el medio, en este caso los mensajeros. Se quería fiesta y contagio, y se logró…



LA ANIMACIÒN.- Tal vez mucha gente no se ocupó de estudiar la puesta en escena, pero fue obvio que el acto de proclamación del domingo lo que menos parecía era una manifestación política, aun cuando hubo discursos de más. Lo que importaba era el público que estaba en las graderías, o que se quedó afuera, y por eso — por primera vez — encargaron a un presentador acostumbrado a manejar multitudes para que lo mantuviera  motivado a lo largo de un espectáculo. Los coros y los testimonios no iban dirigidos a quienes estaban en el recinto, sino al exterior, fueran los alrededores del Palacio de los Deportes o los hogares. La música fue por igual un elemento clave, pues el género de calle, que Acroarte no toma en cuenta en sus premiaciones, se impuso como instrumento político. No solo fue Fernando Villalona, Sergio Vargas, Ramón Orlando, Frank Reyes e Ileana Reynoso, que pertenecen a la vieja ola, sino la novedad de Quico El Presidente, de Omega y del Lápiz. Es decir, que no sólo se quiso llamar la atención de los jóvenes, sino de los que viven en los barrios, pues estos grupos constituyen sus expresiones musicales. Nandy Rivas, que fue el productor general, advirtió la importancia del hip hop o del merengue que por ahora arrebata a los muchachos y lo utilizo como carnada con buenos resultados…



LOS JÒVENES.- 
Como todos estos performance forman parte de la campaña electoral, vale recordar que la semana pasada Miguel Vargas Maldonado habló al país teniendo como auditorio en estudio a un grupo de jóvenes desconocidos, y ese no fue un acto impensado o inocente, sino que buscaba proyectar una imagen más limpia y menos contaminada de perredeismo. La gente extrañó que no apareciera con su “ gabinete de campaña ”, pero fue correcto que intentara posicionarse  entre jóvenes que por su talante daban la impresión de que pertenecían a la clase media. Aunque suene irreverente, los políticos quisieran decir como Jesús de los niños: dejad que los jóvenes se acerquen a mí, pues de quienes sean como ellos será el reino del Estado. En ese juego de estrategias cada cual busca la mejor compañía. Aunque se advierten las diferencias.



El presidente Leonel Fernández buscó los jóvenes, pero los procuró por la vía de la música, sin renegar de sus compañeros de partido, ya que hablaron Franklyn Almeyda y Relucho Jiménez, que pertenecen a la vieja ortodoxia, pero cuyo desempeño en el gobierno los ha llevado a polemizar con personas y sectores. Figuraron en el acto, que es lo importante, aun cuando los oradores y los discursos sobraban ante un público que estaba en salsa, merengue, bachata y hip hop…

2008-01-28 20:07:15