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Mickey  Mena



JOHNNY NARANJO.-  Como dice la famosa canción de Alberto Cortez, “ Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, una estrella se ha perdido, se detienen los caminos, queda un árbol caído que ya no vuelve a brotar, porque el tiempo lo ha vencido”..  Johnny el querido e inolvidable Johnny, era más que un amigo para este columnista, fui uno de sus protegidos desde que me colocó en su programa en 1980.



Protección que continuó cuando me recomendó para trabajar como comentarista del Escogido en el 1986-87, para también trabajar junto a él y Ernesto Kranwienkel en “Tele-Depor-tres”.



Nunca me trazó pautas en cuanto a la forma de producir y realizar el programa de radio, confió plenamente en mi desde el primer momento.



Fue siempre un consejero de todos, un hombre siempre alejado de los chismes y zancadillas que no escapan nunca en cualquier profesión.



Me dolió cuando dejé de trabajar a su lado por mis propios proyectos, por ondear mis propias alas, pero nunca olvidando esa primera mano, esa mano de ayuda en esos difíciles inicios que todos siempre atravezamos  desde que estamos en el vientre de cada madre, la cual nos brinda esa primera ayuda de comenzar a formarnos.



Me dolió cuando el Escogido lo separó de sus transmisiones, me dolió terriblemente cuando perdió su pierna y cuando veía la otra en malas condiciones.



Me duele enormemente su muerte, aunque sepamos que este es un camino inexorable, una triste verdad.



Me ha golpeado esta muerte, como me marcó la de mi hermano apenas con 22 años de edad, nunca me he recuperado de ese inmenso dolor, como tampoco he logrado recuperarme de las perdidas de mis abuelos, mi cuñada, mis suegros, mis inolvidables padres y en fin tantos familiares, amigos y compañeros de profesión que han partido primero.



Cuando estoy a solas en mi inseparable lugar que es mi oficina (en mi propia casa) los lloro a todos cuando nadie me ve, los recuerdo tanto con ese amor que me brindaron y les brindé (y sigo brindando eternamente).



Me comunico con Dios y le pido siempre lo mismo (hasta el cansancio), nunca permitas que mi esposa y ninguno de mis hijos y nietos partan primero, no podría resistirlo.



Rezo por todos, por mi profesión, por la de mis hijos, por la salud de todos y por la educación de mis nietos (cada vez más  importante en el mundo de hoy).



Con  la partida de Johnny , recuerdo también otros queridos colegas ya ídos, como Billy Berroa, Lilin Díaz, Félix Acosta Núñez, Ramón Naranjo, Orlando Cotes, Jorgito Bournigal, Claudio Garcia Lee, Tano Martino y tantos otros.



Hasta luego Johnny: Te querré siempre. 

Listín Diario 28012008

2008-01-28 20:11:25