Opiniones

Crónicas del Progreso

Crónicas del Progreso



Ramón Puello Báez

Beneficios inadvertidos del crecimiento económico

La mayoría de los trabajadores o empleados de cualquier país, por lo general, no advierten el conjunto de beneficios que reciben cuando la economía crece con estabilidad y baja inflación.



Incluso, la percepción positiva que pudieran tener suele llegarles distorsionada, cuando la información económica es manejada con perversidad por parte de sectores políticos a quienes pudiera perjudicar esos logros, alejando sus posibilidades de alcanzar el poder, si los ciudadanos conscientes de las bondades del crecimiento dan su respaldo electoral al partido que les ha garantizado esos beneficios.

Habitualmente saltan a la palestra algunos políticos que desdicen de los informes que periódicamente emite el Banco Central acerca del comportamiento de la economía, que dicho sea de paso, constituye la entidad pública de mayor credibilidad, de acuerdo a los economistas más profesionales y objetivos. Los referidos políticos declaran con una simpleza absoluta y una alta dosis de insensatez, que “los beneficios del crecimiento no llegan a los más pobres”. Esto se ha convertido en un estribillo al que siempre apelan como una fórmula para tratar de minimizar el impacto de las noticias del crecimiento.

El problema es que esa expresión los pone en evidencia acerca de su desconocimiento del tema de la pobreza y su complejidad económico-social, donde también existen elementos históricos y culturales. Debe reputarse como elemental, para una persona que conozca las nociones del comportamiento económico, que el sólo crecimiento de la economía no supone la erradicación de la pobreza. Crecimiento y desarrollo, son dos conceptos distintos, aunque entrelazados. El crecimiento es una condición indispensable y una etapa previa para que pueda alcanzarse el desarrollo. El crecimiento crea un ambiente propicio para la inversión y la generación de empleos, incluido un determinado grado de bienestar colectivo para algunos segmentos poblacionales.

Contrario al crecimiento y en el otro extremo, está la economía paralizada o decreciendo, que es la que provoca una situación de malestar, debido a la pérdida de los empleos y las oportunidades. Un ambiente propicio a la crisis, que aumenta la pobreza con toda su secuela negativa. Es lo que le ocurrió a la República Dominicana en los años 2002-2004, según lo determinó el Estudio sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) 1995, que concluyó en que la crisis que se originó en ese periodo, convirtió en pobres extremos a un millón 400 mil dominicanos, adicionalmente a los pobres extremos que ya existían.

Cuando hay un crecimiento sostenido de la economía, se producen de inmediato un conjunto de beneficios para el ciudadano. Esos logros son los que tratan de ser ignorados por quienes se perjudican políticamente de esa realidad, y es lo que vamos a destacar en el presente trabajo.

En el periódico Listín Diario, de fecha 17 de diciembre del 2002, apareció publicada la noticia que revelaba que 2,000 pequeñas y medianas empresas habían quebrado durante el año que finalizaba. Unas semanas más adelante, en otro diario, El Caribe, el Departamento de Inspección de la Secretaría de Trabajo informaba que durante el 2002 se produjeron 45 mil desahucios. ¿Qué estaba pasando? Sencillamente que eran los primeros resultados devastadores de la crisis económica que se venía incubando, que comenzaba a devorar como un monstruo hambriento los empleos de los trabajadores, cuyos salarios venían perdiendo poder adquisitivo como resultado de la inflación, la cual, al cierre de ese año terminó en  dos dígitos (10.51%) y la devaluación del peso en un 40%. La prima del dólar, que para agosto del 2000 era 16 por 1, ya se cotizaba al 26 por 1, debido a la equivocada medida de las autoridades monetarias del gobierno del PRD de “deslizarlo”. Cuando el gobierno del PRD concluyó en el 2004, la inflación anualizada era de 51.84% y la tasa de cambio  había alcanzado 49 por 1.

Dos mil empresas quebradas y 45 mil desahucios en un año, constituye la pérdida de millares de empleos, pues el personal de una sola empresa quebrada va totalmente a la calle.



Pueden ser cinco empleados, pero también cincuenta o más según los casos, que afectan a su vez a por lo menos cinco personas indirectamente beneficiadas de esos ingresos.



¿Por qué perdieron sus trabajos con el cual solventaban las principales necesidades de su hogar?, sencillamente porque las crisis económicas lo primero que afectan son los empleos.



Cuando hay crecimiento y estabilidad, ocurre todo lo contrario, el trabajador no sólo conserva su puesto de trabajo, sino que incluso tiene la oportunidad de que se produzca un aumento salarial o un ascenso, si la empresa, al influjo del crecimiento de la economía y el ambiente propicio para la inversión, se amplia o mejora su productividad y sus ventas. De manera que uno de los primeros beneficios directos que los trabajadores y empleados obtienen del crecimiento de la economía y la estabilidad macroeconómica es la seguridad de su empleo. ¿No es este acaso un importante beneficio que todo debemos apreciar?

Durante el periodo gubernamental que presidió el Dr. Leonel Fernández Reyna (1996-2000), mejoró el índice del desempleo que fue reducido de 19% a 15%. La crisis del 2003 y 2004 volvió a colocar el nivel del desempleo en 19%, al perderse alrededor de 600 mil puestos de trabajo, tirando por la borda cuatro años de esfuerzo de crecimiento y mejoría del empleo, todo por el torpe manejo de la economía del país.

El mejor ejemplo de los positivos resultados que genera el crecimiento, lo hemos visto recientemente. Desde que a partir de agosto 2004 la economía reinició su crecimiento con estabilidad y se restauró el clima de confianza, comenzaron de inmediato a mejorar las ofertas de empleos. El Banco Central informó que de octubre 2004 a abril 2006, se lograron crear 224,818 nuevos puestos de trabajo, cifra que logró disminuir el porcentaje de desempleo de 19.7% a 16.4%. Estos datos son el resultado de la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo, realizada durante el periodo del 1 al 7 de abril 2006. Son las informaciones ofrecidas por los propios empleadores, lo que incluso permite determinar la cantidad de empleos por área, como en este caso en que la agropecuaria generó 26,226 empleos, la construcción 23,347, hoteles, bares y restaurantes 18,844, y servicios 38,688, entre otros.



La mejoría del empleo ha continuado al influjo del crecimiento económico, pues la encuesta siguiente realizada en abril 2007, reveló que de octubre 2006 a abril 2007 se generaron 59,141 nuevos empleos, para sumar 345 mil 777 empleos para el periodo octubre 2004-abril 2007. Incluso, este incremento compensó los despidos en las zonas francas, aquejadas de una situación especial como sector productivo, ya que de no haberse producido estos nuevos empleos, el índice de desempleo hubiese sido mayor.

El crecimiento de las inversiones extranjeras directas en el país como resultado del crecimiento económico y de un adecuado clima para la llegada de capitales, es otro de los beneficios inadvertidos por la gente común. El establecimiento de nuevas industrias y empresas comerciales, crean fuentes de empleos y abren nuevas oportunidades a los trabajadores. La Inversión Extranjera Directa (IED) alcanzó 978 millones de dólares en el 2003, pero debido a los efectos negativos de la crisis perdió impulso, cayendo en 758 millones de dólares en el 2004. Sin embargo, tan pronto la economía comenzó a estabilizarse y a crecer, las inversiones extranjeras volvieron a recibir un fuerte impulso, alcanzando 1,023 millones de dólares en el 2005; 1,334 millones de dólares en el 2006; y 1,036 millones de dólares en el 2007. Se espera que con la cantidad de proyectos de inversión extranjera anunciados, el monto del 2007 será superado con creces en el 2008.



Otros datos vinculados con la inversión, la creación de nuevos negocios y las oportunidades de empleos, son los ofrecidos por la Oficina Nacional de Propiedad Intelectual (ONAPI), al informar que durante el 2007 se registraron 20,000 nuevos nombres y marcas comerciales, de los cuales, el 70% corresponde a inversionistas extranjeros. Como puede comprobarse con datos irrefutables, la creación de nuevas empresas y mayores oportunidades de empleos son también beneficios inadvertidos del crecimiento.

Otro beneficio que recibe el trabajador del crecimiento económico y la estabilidad, es que al mantenerse controlada la inflación, su salario le alcanza más, porque la moneda nacional, al no devaluarse y no perder su valor frente al dólar, mantiene un adecuado poder adquisitivo. En cambio, cuando la inflación crece, erosiona el salario de los trabajadores. Veamos un ejemplo práctico: Para agosto del 2000, el costo de la canasta familiar alimenticia era estimada por el Banco Central en RD$6,796, pero ya para diciembre del 2003, y como resultado de la crisis económica y el aumento de la inflación, el costo de la canasta familiar alimenticia ascendió a RD$11,832. Este monto equivalía a 219 dólares a la tasa del momento, pero el salario mínimo de los trabajadores de las grandes empresas, era de 102 dólares y el de las zonas francas de 75 dólares o menos. Un simple cálculo demuestra que con su salario, aunque poco, pero además erosionado por la inflación, los trabajadores estaban muy lejos de poder garantizar, al menos, el suministro adecuado de alimentos para su familia.

Pero hay más. En tiempos de crisis, las empresas distribuidoras de electrodomésticos y ajuares del hogar, lo primero que hacen es paralizar el crédito (el “fiao”, como se le llama popularmente). Esto se debe a un simple mecanismo de los negocios de esa naturaleza que realizan sus transacciones con dólares. Cuando la moneda norteamericana se vuelve inestable y encarece, los comerciantes no se aventuran a importar mercancías para venderlas a crédito, porque corren el riesgo de que cuando terminen de recibir el pago en pesos, el alza experimentada por el dólar le impida reponer inventario al necesitar un mayor número de dólares. Una situación como ésta les puede llevar a la iliquidez y les puede hacer quebrar sus negocios. En cambio, con un ambiente estable y con la seguridad de que no habrá cambios bruscos con el dólar, el empresario importa y vende a buenos precios, a largo plazo y sin inicial. “Con la sola presentación de la cédula basta”, como indican algunos anunciantes ahora en sus ofertas.

Esta claro entonces que una situación de estabilidad y crecimiento, les permite a los trabajadores ese otro e importante beneficio de poder adquirir un bien que mejorará su calidad de vida, en condiciones y facilidades que no le constriñan mucho su presupuesto. Hay economistas que sostienen que esto no representa un beneficio a tomar en cuenta como ejemplo del crecimiento de la economía, sin embargo les sugiero que le pregunten a un trabajador si la lavadora que adquirió con un fiao para regalársela a su mujer para que deje de lavar en la batea guayándose las manos todos los días, constituye un salto de mejoría para ellos. Los altos niveles de importaciones y ventas de todo tipo de equipos electrodomésticos y mueble del hogar durante los años 2006 y 2007, demuestra que cuando hay crecimiento y mejora el poder adquisitivo, los trabajadores adquieren bienes y servicios para mejorar su calidad de vida.

Los bancos, que son otro segmento que se beneficia del crecimiento, ofertan ahora créditos para el consumo personal como nunca, a bajas tasas de interés, poco inicial y a largo plazo, lo que igual ha permitido que muchos ciudadanos puedan obtener bienes y servicios fácilmente. Las llamadas “Ferias de Autos”, “Ferias Inmobiliarias” y “Ferias del Mueble”, han vendido toda clase de artículos por valor de miles de millones de pesos. Las bajas tasas de interés son un aliciente para dinamizar la economía, y esto sólo se logra con crecimiento y estabilidad. A propósito de bajas tasas de interés, existe otra ventaja y es que los bancos, ante el ambiente de un mercado de tasas de interés competitivas, disponen reducir las tasas de los préstamos ya concertados, lo que se traduce en una disminución de la cuota de dicho préstamo, lo que beneficia a los clientes, reflejándose en un ahorro, al quedarle de su salario más recursos que puede invertir en otras necesidades.

Hay que agregar también que cuando la economía crece y el Estado recibe mayores ingresos, los programas sociales marchan sin dificultades beneficiando a los ciudadanos de menores ingresos. El desayuno escolar se incrementa para abarcar una mayor población estudiantil, que recibe además sus útiles escolares y uniformes; las farmacias populares se amplían y se mantienen abastecidas; y los subsidios en el transporte, al gas licuado de petróleo y la energía se mantienen favoreciendo a los ciudadanos de menores ingresos. Cuando la economía se cae, se caen también estos programas.



Recordemos que durante el gobierno de Hipólito Mejía se dispuso la ampliación de las Boticas Populares, pero dos años después, como resultado de la caída del crecimiento económico, tuvo que disponer el cierre de 250 de esos centros perjudicando a los ciudadanos más pobres con problemas de salud.

Seguridad del empleo, nuevas oportunidades de trabajo, un salario con su poder adquisitivo sin deterioro, facilidades crediticias atractivas para viviendas, bienes y servicios, y recibir los beneficios de los programas sociales, tales como Seguridad Social, desayuno escolar, subsidio al transporte, al gas licuado y de la energía, son sólo algunos de esos “beneficios inadvertidos que recibe el ciudadano del crecimiento de la economía y la estabilidad”. Los hechos están ahí. También los datos, las cifras, los índices y las estadísticas para comparar.

10 marzo 2008

2008-03-10 02:00:56