Opiniones

El Líder Político y el Silencio

El Líder Político y el Silencio

El líder político debe actuar con comedimiento y de forma serena cuando ocurren insultos, tanto en el plano interno de su organización como cuando ocurren en la oposición o en el seno de la opinión publica. El líder con el fin de construir relaciones armoniosas y de paz debe dejar pasar por alto las insidias de aquellos que le vilipendian.

En la medida que el líder asume una actitud serena y permanece indiferente ante los ataques personales que recibe de sus adversarios, su actitud será valorada tanto por sus parciales como por aquellos que han decidido denostarle. Cuando el líder  asume una posición ecuánime y no se impacienta ni se irrita con los ataques personales de sus oponentes, esta dando el primer paso para ganarse, sea en el presente o en el futuro a quienes ahora le atacan y le critican.                                           

                                                                                                                     

El líder político debe guardar silencio y callar en aquellas circunstancias  en que ser reservado y cauto suman a su causa. El líder sólo deberá reaccionar a los ataques de sus oponentes cuando los mismos afectan su imagen en el aspecto moral y de credibilidad pública, así como cuando se trate de dañar su integridad personal. En esos casos su reacción sólo se justificara si quien hace la crítica tiene la misma jerarquía social, económica o política que el líder. Si quien hace las críticas o los ataques es una persona que sólo busca notoriedad pública, en esos casos el líder  no deberá responder ataques de personas que no tienen la misma jerarquía social y política que él.



En esos casos si  éste respondiera estaría disminuyendo su jerarquía social y política.   

                                                                                                                         

Siempre se ha dicho que los hombres comunes descubren sus ideas y pensamientos de manera espontánea, sin embargo, el líder político debe cuidarse de no ser un hablador permanente, porque el mucho hablar conduce a errores  y eso debe ser evitado por el líder de cualquier organización política. Aun aquellos que no son líderes, pero que son reservados y discretos en sus palabras  son tratados con consideración por quienes le rodean. El líder político sólo debe decir aquello que conviene decir y no entrar en disquisiciones innecesarias.

El líder político que permanezca al frente del Estado debe tener presente que cuando se está en el poder se tendrán los aplausos y sonrisas, tanto de seguidores como de aquellos que desean acercarse, tratando de disfrutar “de las mieles” que reporta el poder. En muchos casos, el líder inteligente, en ocasiones, deberá apartarse de las lisonjas  de su entorno y acercarse a los sectores humildes para conversar con ellos y enterarse de las necesidades mas sentidas de la gente .Ese contacto con la gente le permitirá palpar, por si mismo, cuál es la realidad que están viviendo esos sectores y ese contacto le permitirá saber lo que piensan las personas humildes sobre la gestión que esta llevando a cabo desde el gobierno.                                                                                        

Ante la gente, el líder político debe actuar con sencillez y cortesía porque cuando se procede de esa manera las personas humildes que él contacta podrán hablar y exponer, de forma sincera, y sin reparos sus preocupaciones y necesidades. El líder político debe ser cauto, y en las oportunidades en que advierte ha cometido errores, en sus actuaciones debe proceder con rapidez para corregirlos a tiempo, ya que si así lo hace los mismos pueden pasar por desapercibidos o sencillamente  no tener los efectos negativos  que tendrían si se insiste en ellos.

El líder en el gobierno no debe caer en la excesiva pasividad, porque eso da origen al desánimo y a la confusión en la población. Tampoco puede ser excesivamente riguroso porque una actitud similar puede acarrearle resultados negativos. De toda forma éste debe saber que siempre habrán contradicciones e inconsecuencias entre los hombres, porque esa es la esencia de la vida, por eso el líder debe preocuparse por conocer  el país que gobierna  y además debe ser un preocupado por saber cuál es la tendencia de los acontecimientos locales y mundiales, porque ello le permitirá ajustar sus ideas y actuaciones  a las tendencias y pensamientos vigentes, tanto en el plano interno como externo al país.

Evelio Arroyo es Sociólogo, Abogado y Escritor. Estos temas son publicados del libro “Lideres y Liderazgos”  de su autoría            

2008-03-24 22:35:16