Opiniones

EL TIRO RÁPIDO

EL TIRO RÁPIDO



Por: Mario Rivadulla

Terminò la Semana Mayor y parece conveniente hacer un breve balance de su desarrollo.

Primeramente hay que destacar que la Comisiòn de Operaciones de Emergencia montò un excelente operativo de seguridad y auxilio.  Decenas de miles de socorristas titulares y voluntarios sacrificaron sus dìas de asueto y el compartir con sus familias, para proteger y brindar asistencia a los vacacionistas.  Ellos son, lo hemos dicho en otras ocasiones y vale reiterarlo, los grandes hèroes anònimos de la Semana Santa y los dìas navideños,  y merecen todo nuestro reconocimiento y gratitud.

Hubo tambièn una buena informaciòn mediàtica sobre el estado del tiempo, las recomendaciones para los vacacionistas, las previsiones y medidas de seguridad a tomar y los balnearios y playas cuyo uso se prohibiò por ofrecer riesgos, no obstante lo cual, hubo imprudentes que desafiaron la disposiciòn oficial y a los que fue preciso sacar del mar a la fuerza.  Son los necios de siempre que muchas veces pagan esa necedad con la vida.

El desplazamiento fue masivo.  Los hoteles, resorts y sitios de recreaciòn en general, hicieron su agosto aunque estamos todavìa en marzo.  Llenaron sus cupos al tope. No pocos llevaron  tiendas de campaña para acampar a sol y sereno.  En los barrios, muchos disfrutaron de las piscinas plàsticas, principalmente los menores.  Y siempre en la retaguardia, quedaron fieles catòlicos que dedicaron estos dìas a recogimiento, oraciòn y participaciòn en los oficios religiosos. En la explanada de la Catedral, el habitual concierto, con hermosas interpretaciones que pudieron seguirse por la televisiòn.

Los partidos polìticos hicieron receso, aunque al parecer mantuvieron en alto la guardia y el fusil, recargando pilas para seguirse despedazando durante el tramo final de la campaña.  La impaciencia les impidiò esperar al lunes, y ya el domingo recibieron el regreso de los vacacionistas con los consabidos bandereos.

Si a la ida facilitò el trànsito la eliminaciòn del cobro del peaje de jueves a viernes al mediodìa, el retorno tambièn resultò màs fluido y organizado por el operativo montado por las autoridades.  Esto tambièn fue positivo y redujo la posibilidad de accidentes.

Un detalle interesante es que COOPRESIDA instalò puestos mòviles en las playas y bateyes realizando màs de 9 mil pruebas de SIDA, de las cuales una 70 resultaron positivas.

La contrapartida la dio como siempre la habitual cosecha de muertos y heridos.  Aunque posiblemente todavìa no se disponga de la totalidad de los datos que permitan dar cifras precisas, el nùmero de los primeros pudiera exceder los cuarenta y el de los segundos, superar los cuatrocientos  Aunque muchos fueron por riñas, a balazos y cuchilladas, la mayorìa correspondiò a los consabidos accidentes vehiculares por màs que se asegura que la cifra disminuyò un 40 porciento en relaciòn al año anterior. Como era de esperar, los motoristas aportaron la mayor cosecha.  Hasta hoy en la mañana, la Comisiòn de Operaciones de Emergencia habìa reportado 121 accidentes de trànsito, en los que estuvieron vinculados 118 motoristas y pasoleros.

Queda ahora retornar a la normalidad.  A los bien sazonados discursos y declaraciones de los polìticos, las màs de las veces sobrados en denuncias, acusaciones y duros calificativos en tanto vacìos de ideas y propuestas ùtiles al paìs.  A la anunciada huelga mèdica.  Y a la que para los primeros dìas de Abril està organizando el Foro Alternativo. La dura lucha que mantienen Barak Obama y Hillary Clinton por la nominaciòn presidencial demòcrata.  Y a los posibles efectos negativos de la crisis econòmica norteamericana y los reales que venimos sintiendo como crecientes desgarraduras en carne y huesos, por el precio desorbitado del pretròleo y la canasta de combustibles, pese a lo cual no acabamos de adoptar politicas y mecanismos de ahorro.

En fin, el regreso a los afanes del dìa a dìa.   La gran interrogante que quedarà sin respuesta hasta la pròxima Semana Santa, es si habremos aprendido y madurado lo suficiente para que sea de resultados menos dolorosos que la presente, como se asegura que èsta lo fue de la anterior.  A ver si aunque sea paso a paso,  vamos adquiriendo mayor conciencia del valor de la vida, la propia y la ajena,  y comportàndonos con mayor racionalidad.  Dios lo quiera.

2008-03-25 14:22:35