EL TIRO RAPIDO
de
Mario Rivadulla
Desde hoy temprano en la mañana, el personal mèdico de los hospitales pùblicos y del Seguro Social que se acogiò a las directrices de su gremio profesional se encuentra en huelga.
En esta ocasiòn, sin embargo, unos mil 800 galenos de filiaciòn peledeìsta, en el curso de una asamblea efectuada ayer en la sede del organismo, rechazaron el llamado calificàndolo de inoportuno y politizado al producirse a solo algo màs de medio y medio de las debatidas elecciones presidenciales del 16 de Mayo, anunciando su decisiòn de prestar servicios de consulta a los pacientes que acudan a esos centros.
La decisiòn huelgaria era de esperarse. Una crònica anunciada sin variables visibles, tomando en cuenta las posiciones irreductibles asumidas por la directiva del Colegio Mèdico por un lado, reclamando un significativo aumento salarial, y del gobierno por otro, sosteniendo la imposibilidad de satisfacer ese reclamo.
Ahora bien, ¿hasta dònde es sostenible y soportable esta confrontaciòn que, a fin de cuentas, priva o reduce de manera apreciable las indispensables atenciones mèdicas a los varios millones de pacientes que pertenecen a la clase obrera y a los segmentos màs desvalidos de la poblaciòn? Aquellos precisamente que no disponen de recursos para asistir a clìnicas y consultorios mèdicos privados.
Desde aquì, hemos sostenido y apoyamos como la gran mayorìa de la ciudadanìa y los medios de comunicaciòn que los mèdicos deben recibir salarios adecuados a su exigente profesiòn. Pero al mismo tiempo hemos reclamado y seguimos reclamando de su directiva, tambièn como esa misma mayorìa ciudadana y mediàtica, apelar a otros mecanismos de lucha que le van a procurar un masivo respaldo y de seguro resultados pràcticos màs positivos.
Hoy, desde esa misma posiciòn, reiteramos el reclamo al gremio mèdico y a las autoridades de sector a retomar el diàlogo con calma, sensatez y vocaciòn de soluciones viables, tomando en cuenta que la primera obligaciòn de ambos es no dejar desprotegida a la poblaciòn de un servicio tan esencial como es la preservaciòn de la salud y la propia vida.
Pero igualmente queremos insistir en que el sistema asistencial de salud pùblica no puede seguir dependiendo de estas frecuentes crisis que, con mayor o menor intensidad pero de manera periòdica, se registran en todos los gobiernos. Ni de continuas soluciones coyunturales.
Creemos que tenemos que ir màs lejos para llegar al replanteo total del concepto y el manejo de la salud pùblica en el paìs, dando preferencia a la medicina preventiva y considerando al paciente como protagonista primario y principal del sistema sanitario. Y por consiguiente, a cubierto de cualquier eventualidad que pueda atentar contra su bienestar y su seguridad.
No es posible que cada vez que se presenta algùn reclamo salarial para el sector no satisfecho de primera intenciòn por el gobierno, se apele a la huelga y la suspensiòn del servicio mèdico como elemento de presiòn.
No es posible tampoco reclamar un servicio eficiente y dedicado al mèdico, si no se le retribuye adecuadamente y se le dota de los elementos necesarios para realizar su trabajo.
No es aceptable tampoco que haya mèdicos que no cumplan con su horario de labores y presten a los pacientes la dedicada atenciòn que requieren y que constituye el compromiso ètico de su profesiòn.
Ni que haya algunos que hacen el trabajo de tres y tres que hacen el de uno y aùn otros que no realicen pràcticamente ninguno.
Ni que los hospitales pùblicos carezcan de camas suficientes, equipos, materiales y medicinas asì como de las condiciones ambientales y de higiene y limpieza.
Deseable y de esperar que el conflicto actual quede superado en breve. Que no tengamos un rosario de huelgas, no tanto por la circunstancia premeditada o simplemente coincidente de que se produzcan en medio del fragor de un proceso electoral a pocas semanas de definiciòn, como por los perjuicios que reciben los pacientes.
Pero tambièn que con una visiòn màs amplia, todos los actores que participan del sistema de salud se aboquen a esta revisiòn y reconversiòn del mismo para la aplicaciòn de criterios màs amplios, modernos y funcionales teniendo siempre como base y objetivo fundamental no los ventajismos personales ni los intereses polìticos, sino el bienestar de los pacientes.
2008-03-27 15:10:28