Opiniones

EL TIRO RÁPIDO

EL TIRO RAPIDO

de



Mario Rivadulla

En dìas recientes acogimos declaraciones del Secretario de Economìa, Desarrollo y Planificaciòn, Temìstocles Montàs, advirtiendo que el paìs se encuentra abocado a una situaciòn que con toda propiedad, califica de “terrible”.  El sombrìo pronòstico està màs que justificado, tomando en cuenta las sobradas señales que se nos presentan a la vista y que nos pronostican un futuro preñado de grandes dificultades y retos.

Dos factores sobre todo, que venimos mencionado desde meses atràs,  resultan de una influencia negativa capital.  Uno,  el alza continua del precio del petròleo que hace rato traspasò la barrera de los cien dòlares el barril y apunta que pudiera llegar a ciento veinte, sin una aparente posibilidad de reducciòn al corto plazo.  Otro, la recesiòn de la economìa norteamericana desatada por la crisis del mercado inmobiliario, y que, agravada por otros factores,  ha colocado en dramàtico reto de sobrevivencia a poderosas firmas financieras y emporios industriales asi como a millones de familias en el poderoso pais vecino, que es nuestro principal socio comercial, 

Hay en adiciòn otros elementos agravantes.  Tales, el alza de costos de no pocos insumos, materias primas y productos esenciales para nuestra propia economìa debido a diversas razones de carácter internacional, que escapan a nuestra voluntad y manejo. Entre èstas, figuran el vigoroso despegue de esos dos gigantes que son China Continental y la India como la misma depreciaciòn del valor del dòlar estadounidense frente al euro.

Debido a esas causas exògenas, renglones tan importantes como el acero y los fertilizantes, por citar dos ejemplos, o el maìz, el trigo y la leche entre los productos alimenticios de mayor consumo han visto disparados sus precios, y por consiguiente incidido en los costos de la producciòn agrìcola y de la canasta familiar.

Cierto que se trata de una situaciòn de efectos muy generalizados que golpea a numerosos paìses, inclusive los de mayor desarrollo industrial y economìa màs pujante. Pero ello no alivia los reflejos mucho màs apremiantes, que pudieran llegar a un nivel angustioso, para los paìses en desarrollo y los que figuran en el renglòn de los màs pobres. 

Mucho menos excluye el que debamos tomar conciencia inmediata de los riesgos que nos amenazan. No cerrar los ojos a la realidad que se nos viene encima ni cruzarnos de brazos con resignaciòn o volver la espalda con indiferencia para hacer frente a esa especie de posible “tsunami”, de presumibles terribles efectos econòmicos y sociales, y aùn, por extensiòn,  polìticos.

Dentro de este marco tan preocupante, sosiega el ànimo en buena medida las seguridades que ha venido dando el Gobernador del Banco Central, Hèctor Valdez Albizu, de que consciente de esa situaciòn, la entidad que es eje del sistema financiero, se ha venido preparando adecuadamente para hacerle frente.

El alto funcionario bancario, apelando a una expresiòn muy gràfica, afirma que los pasos que se han dado en este sentido han permitido dotar al paìs del necesario “blindaje” a fin de encarar posibles contingencias desfavorables.



En este sentido, recuerda que hoy disponemos de un amplio inventario de reservas netas en dòlares, en cantidad muy superior a la que en el acuerdo stand-by,  habìa requerido el Fondo Monetario Internacional.

A Valdez Albizu hay que reconocerle que ha manejado la economìa con mano firme y segura en todo este tiempo, venciendo los màs adversos pronòsticos y superando los diferentes escollos que se han presentado en el camino.  De ahì,  que sus opiniones estèn avaladas por el fuerte sello de credibilidad que ofrece el resultado de su gestiòn. 

En otro orden, es conveniente que la ciudadanìa sepa que nos esperan tiempos difìciles y que resulta oportuno que nos preparemos mental y materialmente para hacerles frente. Y que uno de los requisitos fundamentales serà asumir una polìtica oficial y una cultura social de austeridad.  Que deberemos declarar el dispendio como enemigo pùblico nùmero 1.  Y convertir la continencia y el ahorro en artìculos de fe, tanto en la gestiòn del Estado como en la de cada sector y cada ciudadano en particular.

El pueblo dominicano ha afrontado y superado grandes escollos a lo largo de su todavìa breve existencia como naciòn.  Esta serà una batalla màs, una nueva prueba, posiblemente la màs difìcil.  Pero estamos seguros que si todos ponemos el hombro a la tarea saldremos adelante como en tantas ocasiones anteriores,  y lo haremos màs fortalecidos para alcanzar un futuro mejor.

2008-04-02 14:15:25