Instinto, Autoridad y Carisma del Líder Político
La autoridad que encarna un líder es a veces un don natural que muchos no alcanzan a explicarse de dónde proviene, pero que sí tiene una existencia real. El don de la autoridad no tiene un rostro que pueda ser identificada, su fuente u origen de forma fácil, ya que muchos lideres emanan autoridad , pero muchos , incluso los colaboradores mas cercanos no alcanzan a ver de dónde provienen la misma.
Richard Nixon en su libro “Lideres” nos habla de ese don de los grandes lideres que ha tenido la Humanidad y nos dice lo siguiente:”Pero este don es muy raro, pues ciertos hombres emanan autoridad casi desde sus nacimiento, como si fuera un liquido, aunque resulte imposible precisar en qué consiste”.
Cuando este autor habla de la autoridad que debe tener todo líder se esta refiriendo al carisma que debe adornar a éste como cabeza visible de ese liderazgo. El carisma es algo que nadie puede explicar, pero que todos conocen que son cualidades propias de una persona y que su personalidad y los actos y gestos que de él provienen resultan agradables a los miembros de su organización y a la sociedad, donde ejerce su liderazgo.
El líder, según De Gaulle, debe agregar a sus actuaciones frente a la nación y a la historia tres cualidades concretas: misterio, carácter y grandeza. En sus planes y conducta un líder siempre ha de tener algo que intrigue e inquiete a los demás Para este autor no puede haber prestigio sin misterio, pues la familiaridad engendra el desprecio. Para este autor el líder debe tener algo que intrigue a los demás, los inquiete y atraiga su atención*”.
Todo liderazgo que ocupa su espacio en la sociedad e imprime su impronta entre sus conciudadanos debe poseer lo que se denomina el instinto, ya que es una condición necesaria para todas aquellas personas que desean trazar el camino de su sociedad y su gente, persuadir a la mayoría que desea que le siga.
El instinto es un aspecto esencial que ha caracterizado a muchos líderes. Grandes líderes como Alejandro Magno denominaban el instinto como “su esperanza”. Julio Cesar lo denominaba como su suerte y Napoleón Bonaparte lo denominaba como “su estrella”.
Cuando se plantea que un líder tiene visión o un buen sentido de la realidad, estamos diciendo que comprende instintivamente como funcionan las cosas y también sabe que es lo que hay que hacer, en cada coyuntura especifica, para avanzar en el sentido que desea la gente y en el desarrollo de sus condiciones de liderazgo.
El instinto, según Charles de Gaulle, en su libro “Al Filo de la Espada”, que reúne varias conferencias que este dictó, permite al líder ir al fondo de las cosas En este aspecto nos dice que nuestra inteligencia nos proporciona conocimientos generales y abstracto y puntualiza que sólo el instinto puede hacernos sentir lo practico, lo particular y lo concreto de la realidad que vivimos día a día.
Cuando un líder desea el equilibrio necesario para manejar una realidad debe establecer un equilibrio correcto entre inteligencia e instinto. En este aspecto debe saber porqué camino conviene avanzar, por eso es necesario que focalice su inteligencia y su instinto, porque ello le permitirá capacidad para actuar como guía, ver mas allá del presente y trazar la vía hacia el futuro.
Según Charles de Gaulle la política no es el arte de lo posible como la entienden muchos, sino el arte de lo que al líder le conviene que ocurra, porque lo ve como prioridad que beneficia a la sociedad y a sus gentes. Consideraba la voluntad como la fuerza central que mueve a las naciones y estaba convencido de que la voluntad del líder, cuando es sólida, ofrece a éste la capacidad de moldear la historia de la nación en que ejerce su liderazgo.
Según este autor lo que separa a los hombres de los muchachos es que los muchachos desean ocupar cargos en el gobierno porque desean prestigio y fama para ser alguien en la vida. En el caso de los líderes desean ocupar cargos con el fin de hacer algo por su nación. Con esta afirmación este autor busca poner en evidencia que el líder debe buscar una posición publica porque ve que puede realizar una labor en beneficio del país y de sus ciudadanos y que en caso contrario, o sea cuando una persona va a un puesto sólo por lo que puede conseguir, en términos económicos, como persona; en esos casos quienes así actúan no lo están haciendo desde la óptica de afianzar un liderazgo en el seno de la sociedad.
El liderazgo que vacila demasiado en la ejecución de sus tareas, si deja que el sentimentalismo lo lleve a desistir de su gran tarea de gobernar o dirigir, no hará bien lo que esta llamado a hacer y en muchos casos, si así procede, dejara de realizar tareas esenciales que le acarrearan graves inconvenientes en su ejercicio de mando.
Evelio Arroyo es Sociólogo, Abogado y Escritor. Estos temas son publicados del libro “Lideres y Liderazgos” de su autoría.
2008-04-06 19:52:30