Opiniones

EL TIRO RÁPIDO

EL TIRO RAPIDO



de



Mario Rivadulla.

Las voces de advertencia resuenan altas y claras.

Dìas atràs fue el propio Secretario de Estado de Economìa, Planificaciòn y Desarrollo, Juan Temìstocles Montàs, al pronosticar que el paìs pudiera estar abocado a una situaciòn que califica de “terrible”.  Esto asì, debido a diversos factores de origen externo que han coincidido en el tiempo y que escapan a nuestro control, aunque no excusan  cualquier posible falta de urgente previsiòn.

Por un lado tenemos las desbordadas, irrefrenables alzas del petròleo que ya superaron la barrera de los ciento doce dòlares el barril, un precio que meses atràs lucìa imposible. Con ligeras oscilaciones, dependiendo a su vez de otros diversos factores, pero siempre cuesta arriba todo apunta a que continuarà su marcha inexorable hasta tocar la frontera de los ciento veinte dòlares. La gran interrogante es si se detendrà al llegar a ese punto.

Otro elemento que no podemos ignorar es la recesiòn de la economìa norteamericana. Por màs vueltas que se le dè, lo cierto es que al presente la naciòn màs poderosa del mundo està confrontando serios problemas financieros desatados por la crisis inmobiliaria que, dìa por dìa, pone a ocho mil familias en el rango de deudores morosos pasibles de ejecuciòn hipotecaria.  Una situaciòn por demàs imposible de digerir por las entidades bancarias sin sufrir fuertes pèrdidas y caer en las garras de la iliquidez y la posible quiebra.

Una circunstancia que, por otra parte, hay que tomar en consideraciòn como uno de los factores desencadenantes del problema es el desarrollo de las dos economìas emergentes màs grandes del mundo que al mismo tiempo son los paìses màs poblados: China Continental y la India.  El combate contra la pobreza en ambos se ha traducido en una elevaciòn considerable de sus importaciones de alimentos e insumos, aumentando asì la presiòn sobre una oferta cada vez màs insuficiente.

Todavìa queda por agregar otro factor negativo. Es el incremento de la producciòn de etanol y biocombustibles a partir de maìz y otros rubros de la canasta familiar.   Su uso creciente como alternativa energètica para enfrentar las alzas del petròleo en tierras aptas para el cultivo de los alimentos agrìcolas,  provoca la carestìa y el encarecimiento de èstos, al tiempo que  dispara los  fertilizantes y otros insumos, elevando  los costos de los agricultores y por consiguiente, los precios a los consumidores.

De ahì,  las sombrìas aunque oportunas clarinadas de alerta de los organismos internacionales sobre los riesgos de hambruna que comporta el futuro inmediato de la humanidad, principalmente los paìses de economìa màs dèbil, 

La FAO principalmente, aporta datos concretos sobre la espiral inflacionaria en los alimentos que amenaza la subsistencia de decenas de millones de seres humanos en el mundo.  En los ùltimos tres años, pero sobre todo en los meses màs recientes, los aceites comestibles han acusado un aumento en promedio a nivel mundial de un 60 porciento, los cereales (trigo, maìz, soya y otros) de un 41 y los productos làcteos nada menos que un 83 porciento.

La propia FAO pocas semanas atràs dirigiò un dramàtico llamado a las naciones màs ricas para lograr un modesto aporte inmediato de 500 millones de dòlares, a fin de mitigar el hambre y evitar la muerte,  casi inmediata,  por desnutriciòn de unos setenta millones de seres humanos residente en àreas muy vulnerables quienes se encuentran en condiciòn de extrema precaridad.

En el plano de las advertencias, no se quedan atràs ni el BID, ni  el Fondo Monetario ni el Banco Mundial. Los tres advierten que la situaciòn pudiera llegar a extremos crìticos, con una hambruna generalizada.  Màs aùn: prevèn que la carestìa y el encarecimiento de alimentos pudiera extenderse por varios años.

Dentro de este marco de tanta inquietud, sobre el cual parecerìa que no se està actuando con la rapidez requerida, se pronostica que en esta parte del mundo que ocupamos,  los paìses màs vulnerables serìan Nicaragua, en Centroamèrica, y Haitì y la Repùblica Dominicana navegando en las turbulentas aguas del mar Caribe, que nunca como ahora presagian tormenta.

Frente a estas perspectivas tan ominosas sòlo existe una alternativa: prepararnos, “blindarnos” si se quiere apelar a la gràfica expresiòn del Gobernador del Banco Central, y hacerlo con la màs apremiante urgencia en lo que debiera ser considerado un gran desafìo nacional a enfrentar al margen de banderìas partidarias.  Un tanto ingenuo pensarlo posible al momento presente en que todo el interès parece estar focalizado en la cita electoral del 16 de Mayo.  Pero una realidad inexorable que deberàn enfrentar el gobierno que surja de las urnas y el paìs una vez pasada la fiebre comicial, si es que queremos evitar una rèplica local de lo que està ocurriendo en la vecina Haitì.

2008-04-15 13:38:22